La depresión de Jiménez. 43 días bajo la dictadura de las tinieblas. La UD computa siete puntos en los últimos 21 en litigio y el estratega del Arahal afronta un duelo dramático este viernes ante el Granada en el estadio de Gran Canaria (20.00 horas, TVC). Con el segundo plantel más caro de Segunda, siete puntos en siete jornadas es un motivo de notable preocupación. Ramírez, de forma urgente, ha salido a defender la cabeza del principal exponente del régimen legionario. "Sacará esto adelante", aseguró el principal mandatario, que cumplía su partido número 600 en el estadio Martínez Valero. Pero llega un conjunto en posición de ascenso directo. El veredicto de la grada puede ser crucial -ya sucedió con Pako Ayestarán-. Pero los amarillos siguen en posiciones de privilegio. ¿Por qué se ha llegado a esta situación con uno de los mejores planteles de la categoría?

La UD es un sello irreconocible. Ha jugado con tridente, en rombo, con cinco defensas, con tres centrales...Jiménez no ha logrado plasmar en el césped el nivel y la calidad de un plantel de enorme proyección ofensiva -otra cosa son las contrataciones en la retaguardia-. De Raúl Fernández a Juan Cala, la entidad amarilla puso encima de la mesa 17 altas. Había que escapar de la 'era Emenike' al precio que fuese. Una cifra que persigue a Jiménez: 19,2 millones de euros. Solo superado por el tope salarial del Málaga. Ante Mallorca y Elche, dos equipos recién ascendidos, la UD fue un sello frágil, que fue zarandeado en diferentes fases del encuentro. Siete partidos, un triunfo y la sensación de que algo no va bien. Una reacción negativa que salta del banco al verde. Activos como Mesa, Mir o Araujo ya parecen menos de los que son. Ante el Elche, estuvieron muy por debajo de su nivel real.

Ya lo dijo en su primer día

"Cada partido es una final", manifestó el expreparador del AEK de Atenas, el 28 de mayo, durante su presentación como técnico amarillo. Los últimos 630 minutos han sido una pesadilla y se cifran en una victoria, cuatro empates y dos derrotas. Trece batallas y la incertidumbre en la grada. Una derrota ante el Granada dejarían a los isleños a nueve puntos de un conjunto que ocupa plaza de ascenso directo. Jiménez se la juega. Un triunfo en ocho batallas es un guarismo complicado de sostener en una fórmula áspera, que comenzó como un tornado la Liga, se puso líder, pero padece un síndrome infeccioso. No hay resultados, falta juego y hay una plantilla de enorme categoría.

Prueba del sometimiento que ha padecido la UD es el número de saques de esquina en contra. 66 en 13 partidos. Lo que deja una media de 5,07 por partido. Ante el Extremadura, en Almendralejo, donde los amarillos sumaron su única victoria visitante, los de Jiménez sufrieron 12 saques de esquina. El Elche hizo siete, por los ocho del Dépor.