"Es el partido que se juega". Sin un gramo de dramatismo, Herrera, dos triunfos en doce encuentros, elude pronunciarse sobre la guadaña. Un desliz dejaría el playoff a más de diez puntos. Pero para el veterano estratega: no hay finales. "Hay que centrarse y sobre todo ganar (...) En este caso, hay detalles que hacen que la victoria sea más importante". Más allá de las teorías conspirativas sobre su destitución [el presidente Miguel Ángel Ramírez confirmó a este medio la continuidad del catalán tras la derrota ante el Alcorcón], para Herrera, la única preocupación es que la corriente de negatividad no salpique al vestuario.

"Nunca he sentido la presión de irme a casa si el partido no salía bien [el 22 de febrero aseguró que estaba más fuera que dentro]. Seguramente, porque toda la gente que está a mi alrededor lo oculta muy bien o desea que esto funcione sin ser necesario el comentario [el de su continuidad]. Llevábamos siete partidos sin perder. En la primera que caemos, aparece esta situación. Trabajar todas las semanas así no es fácil. Me preocupa que los jugadores lo lean en los medios; no sé cómo les va a afectar".

Confirma la baja de Nauzet Pérez por un problema médico, así como los descartes de David García, Javi, Dani, Deivid y Pekhart. Analiza el dato de que el Gran Canaria presenta la séptima media de afluencia. "Las Palmas viene de un año negativo [el descenso en la 'era Emenike'] y se vendió un proyecto ilusionante que no ha cuajado. Hay que disculpar a la gente que no esté. El aficionado menos fiel solo se apunta cuando el equipo va bien, sucede en todos los campos. Espero que esté lleno y que seamos los que ilusionemos a la gente que es reticente".

No quiso pronunciarse sobre el regreso del colegiado Gorka Sagués, que pitó el UD-Tenerife, el pasado diciembre, y expulsó de forma injusta a David García, y puso en bandeja de plata un penalti a Suso, que hizo el 1-1. "Fue una equivocación que nos restó dos puntos, todos podemos tener un error así".

La llegada de un nuevo técnico como Manuel Mosquera al Extremadura le obliga a cambiar los planes. "Nos hemos centrado en nosotros y no valorar la posición táctica del rival pero sí a nivel individual. Dicen que 'a entrenador nuevo, victoria segura'. Conmigo no se dio, y nos pegamos una buena leche".

Rechaza concentrar al plantel y es hoy cuando velen armas en un hotel de la capital. "Somos mayorcitos como para no tener que hacer concentraciones desde el día antes".

Dos dianas en los últimos cinco partidos. La UD tiene un problema alarmante de definición: "Me preocuparía si no tuviésemos posibilidades. Tenemos ocasiones muy claras y no las terminamos".

No da pistas sobre el once, y tampoco se pronuncia sobre la posible titularidad de Maikel Mesa, en detrimento de Timor. Realza la vuelta del tinerfeño a la convocatoria. "Arrastraba unas molestias las últimas. No estaba fino y ahora desaparece el dolor. Creo que ha sido un acierto pararle con las inyecciones que se le han puesto en la espalda. Va a ser importante ante el Extremadura. Lo que tengo en la cabeza, si sale bien, Maikel será un jugador importante".

El pasado martes, debajo del rótulo 'Mas' -proyectado en una lona bajo la terminología de UD Las Palmas-, se mostró pensativo Herrera. El estratega suspira por el más. Reclama continuidad bajo las llamas.