El presidente de la UD, Miguel Ángel Ramírez, ha salido a la palestra para intentar calmar las aguas después de la tensión acontecida durante la última jornade liguera en el Estadio de Gran Canaria con los aficionados apuntando directamente al palco amarillo y volvió a mandar un recado al vestuario. "Si yo jugase se verían unas ganas que estoy echando en falta", subrayó el directivo, para acto seguido aclarar que según él, "lo de ayer fue un desahogo, el público tiene toda la razón".

Ramírez compareció esta mañana ante los medios en la rueda de prensa correspondiente a la presentación del nuevo director deportivo de la entidad, Rocco Maiorino, con la intención de explicar la situación en la que se encuentra inmersa Las Palmas y hacia donde quiere que se dirija con la contratación del italiano.

En un mensaje personalista, Miguel Ángel Ramírez dejó claro que: "mientras sea el máximo accionista del club continuaré siendo el presidente de la UD". Por lo que, para el directivo amarillo, "no tiene sentido poner a otra persona que no garantice la continuidad del equipo en la Isla.

En cuanto a cómo se va a encontrar la situación económica del club la temporada que viene, el presidente explicó que habrá "un déficit de 5 millones de euros", que pretende paliar "con la venta de algún jugador". Una responsabilidad de la dirección deportiva y que ahora está ocupada por dos personas.

Cuestionado sobre cómo se iba a trabajar con la cantera a partir de ahora, una vez ha llegado Maiorino al club, el presidente se ciñó a la actualidad y su gestión en años anteriores. "Nunca he roto la norma de pocos jugadores canarios en el primer equipo, pero este año no ha podido ser porque se pensó que no tenían el nivel requerido", remarcó.

Al respecto, Ramírez evitó hablar sobre el futuro del que todavía sigue cumpliendo las funciones de director deportivo, Toni Otero, y del director de formación y captación del club, Manuel Rodríguez Tonono.

Finalmente, pregunto si en los planes del futuro puede estar integrado Pepe Mel, el máximo accionista del club no fue contundente en su respuesta. "Quedan diez partidos y hay que esperar al final para poder hablar sobre lo que ha pasado". Asimismo, transmititó que es "complicado valorar el trabajo" que está llevando a cabo el míster madrileño, aunque para Ramírez, con Mel, "el equipo fuera de casa es mucho más competitivo", pero por contra ha perdido la seguridad en su feudo.