Fotograma del alma.Lienzo del sentimiento. El renacentista que bailó al Madrid de Zidane en el Bernabéu, coqueteó con la selección española de Del Bosque, alumno aventajado de Setién e integrista del Pío Pío con ocho años. Vicente Gómez tiene sangre amarilla. ADN de pintadera. A sus 242 partidos oficiales con Las Palmas, el centrocampista del Dépor ya tiene su foto de estos días de confinamiento. Hay que volar a la campaña 1995-96, la elástica de las pintaderas, y el ascenso a Segunda A con Pacuco Rosales de director técnico en el Martínez Valero (1996). El arquitecto de los sueños, junto a los 'Orlandito', Manolo López, Chili, Eduardo, Eloy Jiménez, Socorro, Ángel Rodríguez, Valerón, Eleder, Jaume...Una generación que contó con el aliento de Vicente. Luego como jugador, el del barrio de Schamann coincidió con Valerón y Ángel -segundo de Paco Herrera-.

"Es la mítica foto del ascenso en el Insular, el último partido de la liguilla de la 1995-96 [ante el Elche y que terminó 1-1 con gol de Ángel Rodríguez desde el punto de penalti]. Abrieron las puertas y nos permitieron retratarnos con nuestros héroes. Yo siempre iba al fútbol. Fui de la Naciente desde que tengo uso de razón. Luego pasé al corazón del Estadio de Gran Canaria, esa forma de animar, esa forma de vivir el fútbol...Haciéndome adolescente me metí en ese mundo y es cierto que de esta foto tiene una gran estima. La recuerdo perfectamente", realza el jugador del Dépor, que pasó por el Huracán -con León Gómez- y Las Palmas Atlético. Debutó de la mano de Jémez -ante el Real Valladolid en Copa- con la UD, y con Setién alcanzó la excelencia.

Su tanto ante el Tenerife le ha convertido en histórico (2014), ya que es el último tanto al eterno enemigo que significó un triunfo en Siete Palmas. Fotos y sentimientos. Como esa sociedad de fantasía con Tana, Roque y Viera. Los cuatro mosqueteros del queso tierno, que junto a Setién, pusieron a la UD en el primer puesto de la tabla en 2016.

Devorador de las novelas de Alexis Ravelo, el sueño de Vicente Gómez es formar parte del cuerpo técnico de Quique Setién -ahora en el Barça-. En el verano de 2018, dejó plantada a 'Pinito', con la tradicional ofrenda floral a la Patrona de Canarias, para firmar por el Dépor tras una pretemporada repleta de angustia. Era el cierre del mercado. Sus lágrimas fueron la única positiva del deshonroso descenso con Jémez unos meses atrás. No pudo soportar el desmoramiento del imperio de seda. En dos ocasiones se midió a la UD en Siete Palmas con la elástica gallega, y en la primera no celebró un tanto coruñés. Ya en octubre de 2019, el sector Naciente le brindó un homenaje. Era el cierre del círculo. Del Insular a Siete Palmas. De la grada al césped. Del céspded al cemento. A sus 31 años, como toda la Segunda, aguarda confinado el regreso de la competición. Releyendo los protocolos sanitarios, para una institución deportivista que ocupa posición de descenso.

Restan once fechas y el presidente del Dépor, Fernando Vidal, ya ha amenazado con acudir a los tribunales si se echa el cierre a la competición y se consuma el descenso sin agotar el calendario. Además, Vicente, como la gran mayoría de equipos de LaLiga SmartBank, verá recortado su salario por la crisis de la Covid-19.