Llegó la resolución del expediente disciplinario abierto a Tana y es fulminante: la UD despide al jugador. Hoy, Tanausú Domínguez ya no pertenece a la entidad amarilla, con la que tenía contrato hasta junio de 2023 y con una de las fichas más altas de la plantilla. Pero el pulso entre el club y el jugador todavía no ha terminado, ya que el mediapunta pretende mover ficha; le toca dar el siguiente paso porque considera que la medida tomada por contra él es injusta. Y el tema, incluso, puede llegar a la justicia ordinaria.

Lo que sucedió por ahora es lo que tocaba: la decisión de la UD una vez conocidas las conclusiones del instructor. "En reunión del Consejo de Administración de la UD Las Palmas, celebrada en fecha 2 de septiembre de 2020, se acordó, por unanimidad, y en base a la propuesta de la instrucción del expediente y lo acordado por la Comisión Deportiva de la entidad, la extinción del contrato de trabajo del jugador Pedro Tanausú Domínguez Placeres, Tana, por causa de despido de carácter disciplinario", señala el comunicado emitido por la UD ayer por la tarde.

Los tiempos del caso Tana se han cumplido tal y como estaba previsto. Tras la apertura del expediente, hecha pública por Miguel Ángel Ramírez en su comparecencia del pasado 11 de agosto, el de San Cristóbal tuvo hasta el viernes pasado para presentar sus alegaciones, en las que exponía, sobre todo, defectos de forma que tendrían que darle la razón. Con todo en la mesa, el instructor presentó a principios de esta semana sus conclusiones al consejo de administración de la UD Las Palmas, quien, en base a las mismas, tomó la decisión de despedirle el miércoles y la publicó el jueves.

Ahora se espera que el grancanario denuncie al club por despido improcedente y que el conflicto llegue a los tribunales salvo que ambas partes lleguen a un acuerdo, algo altamente improbable en función del devenir de los acontecimientos de las última semanas.

Porque el asunto viene de lejos, en concreto, desde que hace meses, después del confinamiento, la UD contratara un detective privado para seguir los pasos de Tana en busca de deslices que pudieran constituir faltas graves y, en consecuencia, permitir al club despedirle. Así lo contempla, según reveló el propio presidente, el contrato del centrocampista, en el que se incluyen una serie de cláusulas disciplinarias que, en caso de incumplirse, permitirían a la entidad extinguir la vinculación de forma unilateral.

Unos dos millones

Todos los argumentos recogidos por la persona que espió a Tana durante meses fueron incluidos como pruebas en el expediente y entregados al instructor, que en base a lo aportado emitió unas conclusiones definitivas para la UD: lo que había era suficiente para despedir el jugador.

Ese era, precisamente, el fin último de Las Palmas, que pretendía rescindirle fundamentalmente para ahorrarse la alta ficha del futbolista, cercana a los 700.000 euros. Si la entidad resulta vencedora, habrá conseguido ahorrarse, por tanto, más de dos millones de euros en tres años.

Resulta paradójico, sin embargo, que la UD no hubiera aprovechado la ocasión anterior que tuvo para desprenderse de él. Según desveló Ramírez en su comparecencia de agosto, Tana ya había cometido dos faltas graves desde que volviera al equipo a finales de enero -estuvo cedido un año en un equipo de la segunda división china- y el club podría haberle rescindido, pero no lo hizo. Así pues, algo debió cambiar con los meses para que fuera la entidad amarilla la que buscara el fallo del jugador mediante la contratación de un detective privado.

No es la primera vez, en cualquier caso, que Tana incurre en casos de indisciplina. El último público tuvo lugar a principios de febrero, cuando el de San Cristóbal llegó "indispuesto", según fuentes del club, a un entrenamiento matutino. Trascendió posteriormente que el jugador había estado la noche anterior hasta altas horas de la madrugada y que trató de entrenar con normalidad, pero fue el médico del equipo el que le mandó para casa después de comprobar que no estaba en condiciones de ejercitarse.

Renovación con condiciones

Episodios anteriores de indisciplina en distintas temporadas llevaron a la UD a incluir esas cláusulas liberatorias en el contrato de Tana cuando le renovó en septiembre de 2018 hasta junio de 2023 y a las que ahora se ha acogido para quitárselo de encima. Son las mismas condiciones que tiene Sergio Araujo, que también renovó ese verano por cinco temporadas y protagonista también de varios altercados extradeportivos.

Mientras todo el conflicto ocurría Tana no ha entrenado con el equipo desde que empezara la pretemporada el pasado 10 de agosto. Lleva, además, meses sin cobrar, motivo por el que la Asociación de Futbolistas Españoles, AFE, envió un escrito a la UD para que abonara al futbolistas las cantidades adeudadas.

La resolución de despido por parte de Las Palmas es sólo la continuación de un enfrentamiento que parece que se prolongará en el tiempo. Lo que sí es seguro es que Tana no volverá a jugar con la camiseta de la UD Las Palmas, con la que termina de la peor manera una relación de casi toda la vida y que se tradujo en profesional desde la temporada 2013-14.