Era difícil repetir la hazaña de Rosa López en Eurovisión. No sólo devolvió a España al olimpo, sino que también disparó el interés por el certamen. Ramón del Castillo cogió el testigo de una Beth que, aunque a disgusto, hizo de Dime un himno atemporal. El reto era considerable, pues se trataba de mantenerse arriba y de reenamorar al país. Su Para llenarme de ti lo logró a pesar de las vicisitudes: terminó décimo, una posición que sólo rebasó Chanel 18 ediciones después. Aquel 2004, catapultado por Operación Triunfo, parecía el inicio de una carrera prometedora… pero, en realidad, fue el principio de un final (casi) anunciado. Tras editar dos elepés, dejó la música. Así que optó por estudiar Producción Audiovisual, lo que le abrió las puertas de Noruega. Allí trabajó cuatro inviernos y, al regresar, se puso al frente de la gira de Manuel Carrasco. Pasó por Sony Music, pero la paternidad le animó a volver a Las Palmas de Gran Canaria. Dos décadas después, regenta un restaurante mientras pone en marcha su propio sello discográfico.

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