El 71 por ciento de los inmigrantes de Canarias reconocen que no son sometidos controles fronterizos dentro de las islas. El 95 por ciento usan el avión como medio de transportes para entrar en el Archipiélago y un 61,5 por ciento no contaba con la documentación legal para residir y trabajar.

Según el género, el 62,1 por ciento de las entradas irregulares son realizadas por hombres y el 37,8 por ciento por mujeres. Un dato que empieza a poner en evidencia que los varones recurren a la entrada irregular y la mujer a la reagrupación familiar.

Todos estos datos forman parte de un estudio más amplio, publicado recientemente por la Fundación de las Cajas de Ahorro, y realizado por Anastasia Hernández y Camelo León del departamento de Análisis Económico Aplicado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

El trabajo se denomina 'El bienestar de los inmigrantes y los factores implicados en la decisión de emigrar'. En opinión de los autores, los resultados obtenidos en este trabajo tienen "implicaciones" para el diseño de políticas que faciliten la inserción de los inmigrantes en Canarias.

Se analiza la inmigración internacional en la Comunidad Autónoma mediante la realización de 304 encuestas a extranjeros residentes en Gran Canaria y mayores de 18 años. Las entrevistas se realizaron personalmente desde febrero a noviembre de 2006.

El 34 por ciento de los encuestados (102) son de Europa. De éstos, el 60 por ciento (61 personas) proceden de la Unión Europea y el 40 por ciento (41 personas) del resto (Ucrania, Serbia, Moldavia y Montenegro, entre otros). El 16 por ciento (49 personas) son oriundos de Africa (Cabo Verde, Sáhara, Marruecos, Nigeria, Mauritarina, Senegal y Gambia. El 48 por ciento (148 inmigrantes) son de América (Sur y Centro) y el dos por ciento restante (5 personas) tienen origen asiático (China, Corea e Indonesia). La muestra representa aproximadamente el 3,28 por ciento de población de inmigrantes extranjeros de Gran Canaria.

La edad media del extranjero está alrededor de los 37 años. El 40,82 por ciento están casados, el 37,86 solteros y el 6,5 por ciento viven en pareja. De los matrimonios, el 78 por ciento tienen hijos y la media es de dos. El 50 por ciento tiene el castellano como primera lengua y el árabe es el segundo idioma más frecuente y después el alemán y el rumano.

El 80,6 por ciento proceden de una zona urbana frente al otro 17,4 por ciento que vino del campo. De los que dejaron su zona rural, el 45,2 por ciento son de América Latina. El 40 por ciento confesó que, antes de realizar el desplazamiento, ya había un familiar residiendo en Canarias. Lo más frecuente es que este pariente sea el cónyuge, un hermano, los padres o un tío.

El primer motivo apara abandonar su país es el económico-laboral, el segundo la reagrupación familiar y el tercero el clima. El 95 por ciento de los encuestados usaron el avión como medio de transporte para llegar a las islas. Los siguientes fueron la patera y el barco. En el caso de los inmigrantes africanos se mantiene el mismo orden.

El 61,5 por ciento aseguraron que, cuando entraron en la isla o llegaron a la Península, no contaban con la documentación legal para residir y trabajar en España. Según el género, el 62,1 por ciento de los irregulares son hombres y el 73,8 por ciento mujeres. Por lo que se empieza a confirmar que los varones recurren más a la entrada irregular y la mujer a la reagrupación familiar.

En relación a los controles en el interior de las fronteras, el 71,2 por ciento manifestó no haber sufrido ningún control en el interior de la isla, una vez que entraron. El 28,8 por ciento restante sí fue objeto de algún control. De éstos, el 30 por ciento son de Europa del Este básicamente, el 25 por ciento africanos y el 44 por ciento de América del Sur.

DESTINO DEFINITIVO. El 61,17 por ciento de los encuestados consideró a la Comunidad Autónoma como su destino definitivo. Un porcentaje que, a los autores del trabajo les llama la atención al contrastar con el 91 por ciento de los nuevos inmigrantes en Estados Unidos, que declaran su intención de permanecer allí el resto de sus vidas.

El 17,20 por ciento respondieron que no es su destino definitivo mientras que el 21,63 por ciento no sabe. Los que dan esta última respuesta argumentaron que su estancia depende de la disposición de un trabajo.

Seis de cada 10 tienen estudios pero no son universitarios. Los que no tienen estudios, pero saben leer y escribir, representan el 1,4 por ciento. El 38 por ciento restante tienen estudios universitarios. De ellos, el 26,4 por ciento con licenciados y el 11,5 por ciento diplomados.

Las licenciaturas más frecuentes son economía y derecho seguido de ingeniería, traducción e interpretación y educación primaria. El mayor número de titulados universitarios vienen de Europa.

Este análisis aborda también la incidencia de la experiencia laboral en destino sobre el salario del inmigrante. El número medio de años de experiencia laboral en origen es de 12 y en destino ronda los cinco. Los resultados revelan que los que tienen más años de experiencia en destino se ubican en tramos de renta superiores.

Algo más de la muestra estudiada trabaja entre cuatro y ocho horas diarias. El 43 por ciento más de ocho horas por día y sólo en tres por ciento está a media jornada. El 65,5 por ciento está empleado en el sector servicios, y de éstos el 13,7 por ciento son empresarios o profesionales independientes. Sólo 13 de cada 100 trabajan en la construcción y el 9,6 por ciento están en paro.

El 65 por ciento tiene un sueldo neto mensual inferior a los 1.000 euros. De ellos, el 3,8 por ciento cobra menos de 400 euros; el sueldo del 14,5 por ciento está entre 400 y 600 euros mientras que el 46,6 por ciento ingresa al mes entre 601 y 1.000 euros. El tramo salarial más frecuente está entre los 601 y los 1.000 euros. "No parece haber una gran incidencia de los años de estudio en las ganancias salariales" mientras que influye positivamente el número de años de experiencia laboral en las islas.

Casi 60 de cada 100 envían remesas a su país de origen. La media está en 126,15 euros por mes aunque los valores más frecuentes son los 100 y los 200 euros mensuales.