Fundada en 1746, la Universidad de Princeton (Nueva Jersey) es uno de los centros académicos más prestigiosos de Estados Unidos. Miembro de la Ivy League (junto a Brown, Columbia, Cornell, Dartmouth College, Harvard, Pensilvania y Yale), por sus aulas han pasado personajes tan ilustres como John F. Kennedy (licenciado posteriormente por Harvard), James Madison (cuarto presidente de Estados Unidos), John Nash (Nobel de economía en 1994), Ethan Coen (ganador de cuatro Oscar) o Stanley Jordan (guitarrista de jazz). Y entre todos los alumnos que, durante los últimos 264 años, han estudiado en su campus, uno defiende ahora los intereses del Gran Canaria 2014: Charles Judson Wallace.

Licenciado en Ciencias Políticas en 2005, CJ Wallace (Atlanta, Estados Unidos, 1982) fue reclutado por la Universidad de Princeton en 2001 tras destacar en el instituto Westminster Schools. "Se interesaron por mí porque jugaba bien al baloncesto, pero para poder ingresar tuve que superar unas pruebas académicas bastante duras", rememora el ala-pívot del Granca, quien además recuerda el especial interés de su madre por que recalara en el campus de Nueva Jersey. "Es un centro de prestigio, en el que se da mucha importancia a los estudios y eso siempre se valora en las familias, más allá de lo que puedas hacer en el mundo del deporte".

Con los Tigers de Princeton, CJ Wallace disputó 101 partidos en la NCAA, en los que promedió 10,7 puntos y 7,4 rebotes. Campeón de la Ivy League en 2004, el jugador de Georgia apunta hacia "la rivalidad con Pensilvania" como uno de los recuerdos más intensos de su paso por la universidad. "Eran duelos de máxima intensidad, que trascendían fuera del baloncesto por el prestigio de los dos centros y que, incluso tras salir de Princeton, se mantienen cuando te mides a un jugador formado en Penn", añade.

Admite CJ Wallace que la vida en un campus universitario de Estados Unidos se ajusta, en parte, a lo que se refleja habitualmente en el cine. "Sin embargo", agrega, "en Princeton todo gira alrededor de los estudios y los deportistas pasamos un poco más desapercibidos. Probablemente Taurean Green [Universidad de Florida] o Jaycee Carroll [Universidad Estatal de Utah] fueron más relevantes que yo en el campus", apunta entre risas el ala-pívot del Granca.

Cuatro años después de finalizar su carrera universitaria, y tras jugar en Alemania (Eisbären Bremerhaven) e Italia (Pierrel Capo d'Orlando y Benetton Treviso), CJ Wallace no liga su futuro inmediato al mundo de la política. "De entrada, sólo me preocupa ganar al Menorca Basquet. No miro más allá del baloncesto, de los años que me quedan como profesional. ¿Dedicarme a la política cuando me retire? Es una posibilidad, pero lejana aún. Me gusta jugar al baloncesto y, aunque tienes presión cuando juegas para ganar, la profesión de político es, probablemente, la más dura, ya que mucha gente depende de tus decisiones", subraya el jugador.

Dentro de la política, admite CJ Wallace su interés por el funcionamiento y la articulación de las campañas electorales de los partidos. "Es algo que siempre me ha fascinado. Mantengo contactos con compañeros de promoción que se dedican a eso y siempre me ofrecen la posibilidad de trabajar con ellos. De momento siempre he aplazado esa decisión con la excusa del baloncesto, pero el próximo verano igual me sumerjo en ese mundo", reconoce.

Cuatro años por Europa sirven para que el baloncestista del Gran Canaria 2014 encuentre parte de las diferencias entre Estados Unidos y el Viejo Continente al encarar los asuntos políticos. "Tras vivir en Alemania, Italia y España creo que los medios de comunicación, en Estados Unidos, son más críticos, inciden más sobre la gestión de los políticos y marcan más el sentir de la opinión pública", argumenta el ala-pívot.

Simpatizante del Partido Republicano, a la hora de analizar la situación política de Estados Unidos, CJ Wallace se muestra crítico con Barack Obama y su Administración. "Los cambios pueden ser buenos y la elección del primer presidente negro estuvo bien para el país pero, sin llegar al socialismo o el marxismo, creo que su línea política con tendencias hacia la izquierda perjudica a los intereses de Estados Unidos", puntualiza.