El pueblo de Las Salinas del Carmen, en el municipio de Antigua, recuperó ayer las fiestas patronales en honor a Nuestra Señora del Carmen tras la suspensión del pasado año como consecuencia del fallecimiento de una de sus vecinas. La imagen volvió a salir de la pequeña ermita y, como ya es habitual, a hombros de las mujeres del pueblo, que se convierten este día en las principales protagonistas de los festejos. El fuerte calor reinante no fue impedimento para que la alegría y el jolgorio se apoderaran del ambiente, aunque se tuvo que retrasar la procesión marítima porque la marea estaba baja.

La ermita de Las Salinas volvió a quedarse pequeña para albergar no solo a los vecinos sino a muchos feligreses que se acercaron hasta el pequeño pueblo para compartir el fervor y la devoción por la Virgen del Carmen.

Tras la conclusión de la misa las mujeres, que en esta edición no iban ataviadas con los trajes tradicionales, portaron la imagen hasta la improvisada plaza donde la rondalla de la Tercera Edad de Antigua bailaba y tocaba en su honor. Había que ganar tiempo hasta que la marea subiera y las embarcaciones pudieran acceder a la bahía para embarcarla.

Juani Suárez, Sayo Gutiérrez, Aurora Hernández, Loli Gutiérrez y Pilar Suárez fueron las encargadas de transportar el trono de la Virgen hasta la misma orilla, donde ya esperaba una falúa para proceder al embarque. Durante el corto recorrido se vivieron momentos de fervor e incluso algunas personas lanzaron vivas a la Patrona. Una vez que la imagen fue cargada en la pequeña embarcación, esta enfiló mar adentro ante la expectación de numerosas personas que desde la orilla seguían la evolución de la comitiva.

Una vez en tierra, de nuevo las mujeres se encargaron de transportar la imagen hasta la ermita, donde permanecerá hasta el próximo año. Después comenzó la verbena del solajero, una nominación acertada por el fuerte calor que abrazaba el ambiente.

Por la tarde, en Puerto del Rosario, también se celebró la procesión marítimo-terrestre del Carmen.