Arehucas invierte cerca de 5,3 millones de euros en la construcción de una nuevo inmueble "costumbrista" para la recepción de los turistas y como centro de información sobre la fábrica de ron, así como en la compra de una nueva destilería para prensar la caña de azúcar, que también podrá ser visitada a partir de ahora, y en la mejora de las instalaciones. La empresa recibe a casi 90.000 visitantes cada año, que espera ver ampliamente incrementado con los planes en marcha.

El 9 de agosto de 1884 se inauguraba la Fábrica de San Pedro en Arucas, dedicada a la destilación de rones y licores a través de un proceso artesanal para convertir el jugo de caña en ron. Un año después la empresa ya obtenía más de 5,6 millones de kilos en la primera molienda de caña de azúcar.

La Fábrica, como se le conocía de sus comienzos, entró en una fase de reactivación en la pasada década de los 40 bajo la dirección de Alfredo Martín. En estos años se aprueba la denominación de Ron Arehucas, y en 1965 pasa a denominarse Destilerías Arehucas, consolidando su posición en el mercado insular tras 130 años de historia.

Ahora la centenaria compañía se adentra en una nueva etapa de modernización de su central, después de 'digerir' la compra de Artemi, y haber acometido un plan de expansión internacional, que le ha llevado a tomar posiciones hace dos años en Estados Unidos, y tener presencia en países como China y Alemania. Las ventas en el extranjero le suponen ya prácticamente un 5% del negocio.

El nuevo proyecto contempla la construcción de un nuevo edificio que tendrá unas características "costumbristas", según el presidente de Destilerías Arehucas, Rafael Méndez, en la explanada de la fábrica en la que aparcan ahora las guaguas y camiones. Ese centro de una planta servirá como área de recepción para los turistas, tendrá una sala de degustaciones y dispondrá de pantallas en los que se informará sobre la visita, la fábrica y su historia.

Al mismo tiempo, se derribarán los pequeñas locales desde donde se controla ahora la entrada, ya que el acceso principal se desplazará hasta la puerta de acceso a las instalaciones, junto a la ermita.

La obra ya aprobada comenzará a ejecutarse a principios del próximo año, y tiene un plazo de finalización de 15 meses. Su coste se estima en 1,5 millones de euros.

De forma paralela, Arehucas acaba de instalar una nueva destilería hecha a medida y fabricada por una empresa especializada en la ciudad castellana de Tomelloso.

La industria tiene previsto realizar las primeras moliendas de prueba en semanas, para dejar perfilado este mecanismo que tritura la caña de azúcar para su destilado de cara a la próxima zafra.

La nueva máquina tiene capacidad para moler casi un millón de kilos al año, tanto de sus propias fincas de caña de azúcar como la que se compra a los agricultores grancanarios.

La modernización de la instalación cuesta 3,8 millones, de los cuales 2,1 millones corresponden a la adquisición de la maquinaria y el resto a la obra civil. Hay que tener en cuenta que también se ha acondicionado la nave, con nuevas zonas de almacenamiento y otras infraestructuras complementarias, junto a sistemas cortafuegos y mayores medidas de seguridad.

En conjunto, Destilería Arehucas invertirá al final cerca de 5,3 millones de euros para afrontar esta nueva etapa empresarial, en la que ha puesto sus miras en el sector turístico, aprovechando que la fábrica es uno de los grandes reclamos para conocer Arucas.

La instalación recibe en estos momentos a cerca de 400 visitantes diarios de lunes a viernes. Y los responsables turísticos de Arucas consideran que la apertura de nuevas zonas dentro de las instalaciones serán un gran atractivo, con lo cual se podría casi duplicar las entrada a la industria del ron.

Rafael Méndez resalta que Arehucas ha tenido que renovar la maquinaria después de irse adaptando paulatinamente a las sucesivas modificaciones de la normativa desde los años 40, hasta un punto en el que era aconsejable la renovación de la destilería y las instalaciones.

La antigua maquinaria se recolocará en lugares visibles como atractivo a la visita que realizarán los turistas, ya que forma parte de la historia de las últimas siete décadas de esta industria.

La actual entrada guiada muestra la bodega de ron más grande, más importante y más antigua de Europa, la planta de embotellado cuyo horario de actividad depende del volumen de pedidos, y buena parte de su historia. Los visitantes podrá ahora descubrir también la nueva zona de destilación, que hasta ahora estaba cerrada al público. Para ello se han colocado cristaleras, que sirven para aislar las zonas de trabajo. De esta forma, todas las instalaciones podrán ser visitadas en el recorrido, para hacer más llamativa la estancia.

El recorrido por la fábrica de Arucas dura en estos momentos unos 20 minutos. Y con los cambios previstos se incrementará hasta una hora, y no está previsto cobrar por el acceso, manteniendo las condiciones actuales. Y en la época de zafra, que se realiza de abril a junio, se podrá presenciar el proceso al que se somete la caña.

La mayoría de los visitantes llega a la industria a través de visitas guiadas, con predominio de los alemanes e ingleses, como es la tónica general dentro del sector turístico en Gran Canaria. Y en temporada alta de invierno también se suman muchos nórdicos.

La nueva zona de recepción permitirá fortalecer su zona de degustaciones, para incrementar también las ventas directas, aunque sea una parte mínima del negocio. Ahora mismo, los turistas optan especialmente por los rones de 12 años y el ron miel, y los licores, en línea generales.

Uno de los lugares que mayor expectación genera siempre es el paso por la bodega. El almacén guarda 6.500 barracas de 215 y 400 litros, en los que se envejecen dos millones de litros de aguardiente.

Y una de las zonas de paso obligado es la denominada bodega de celebridades, dónde personas de indudable reconocimiento público han plasmado su firma y dedicatorias en las tapas durante su estancia. Entre ellos, los antiguos Reyes de España, el cantante Julio Iglesias, el tenor Plácido Domingo, Tom Jones y personajes locales.

Destilerías Arehucas compró en 2006 la Fábrica de Licores Artemi, formando así el mayor grupo de destilados y bebidas espirituosas de Canarias, "con el fin de mantener la historia del ron canario y su histórica vinculación con el Archipiélago", según la compañía.

Y su gran área de influencia en la Península se mueve en torno a las zonas universitarias, tanto por los estudiantes canarios como por su expansión entre el resto de jóvenes. De ahí su especial colocación en Madrid, Salamanca y su extensión a Valladolid, además de Andalucía, donde emprendió su desembarco nacional.

Los tradicionales rones Blanco y Oro son los más vendidos en la calle. El primero se guarda de tres a seis meses, y el Oro durante un año, por lo que son los que genera en la rotación de la bodega.