La Avenida Marítima se ha convertido en un estorbo para la ciudad del futuro y el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, proyecta ya con vistas a una década el soterramiento por tramos de la autovía como mejor forma de eliminar actuales puntos negros del tráfico y, sobre todo, como manera de acercar a la ciudadanía al mar.

El regidor mantuvo una reunión ayer con el Gobierno de Canarias y el Cabildo para empezar a rediseñar el futuro de la vía rápida que pasa por soterrar tramos como la rotonda de Belén María y los accesos a El Sebadal y al Puerto, el istmo de Santa Catalina y el Guiniguada siguiendo el esquema diseñado por Joan Busquets. Otro punto que se trató como alternativa al soterramiento de alguno de esos tramos es la construcción de un puente colgante sobre la bahía que conecte el dique Reina Sofía con la entrada sur de la ciudad a la altura de la Vega de San José.

"Las ciudades son entidades vivas que demandan replanteamientos nuevos en los que se da más protagonismo al peatón y a las bicicletas", aseguró Cardona, "yo me propongo liderar como alcalde este proyecto que no es un proyecto para el año que viene ni el siguiente, es una apuesta de futuro que precisará de diez años de inversión y que habrá que abordar en los dos próximos mandatos".

La concejala de Urbanismo, María del Carmen Hernández Bento, presente también en la reunión de ayer con el consejero de Política Territorial, Domingo Berriel, reconoció que la futura actuación aún no tiene ficha técnica ni presupuestaria pero que se celebrarán mesas de trabajo entre todas las administraciones implicadas para determinar las prioridades y también las fórmulas de financiación. Hernández Bento adelantó que en el capítulo económico se va a implicar al Estado para que financie una gran parte de las futuras obras mientras que el resto saldrá del convenio de carreteras del Gobierno de Canarias y del Cabildo.

La edila precisó que una vez conseguida la financiación la prioridad sería el soterramiento de la rotonda de Belén María y separar los accesos al Puerto de la salida de El Sebadal y de La Isleta, aunque reconoció que este proyecto no está detallado. El siguiente tramo a afrontar, una vez se acabe el primero para evitar un caos total en el tráfico, sería el del istmo, en un recorrido que iría desde el edificio Woermann hasta el parque Santa Catalina. En este punto, los técnicos de Política Territorial no desdeñan como alternativa la idea del puente colgante sobre la bahía cuya realización tasan en unos 50 millones de euros. El último tramo a soterrar sería el que pasa bajo el Guiniguada desde San Telmo hasta Vegueta.