Una gran manta solar fotovoltaica cubrirá el viejo vertedero de Salto del Negro, que fue clausurado el pasado miércoles por orden de la Unión Europea a raíz de una denuncia vecinal, porque no cumplía la normativa medioambiental.

La empresa que gestiona el complejo medioambiental de Salto del Negro dispone de un año para construir la instalación fotovoltaica, que tendrá capacidad para producir 441.000 kilovatios al año y al que se añadirá un aerogenerador que generará 110.000 kilovatios por año. Ambos sistemas de producción se destinarán al autoconsumo del complejo e irán complementados con otras pequeñas instalaciones de placas solares sobre las cubiertas de las plantas de tratamiento y otros edificios, cuya producción será equivalente a la de 1.280 hogares.

La consejera de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, María del Mar Arévalo, calificó de "hito histórico" la clausura del vertedero ilegal, porque a su juicio se inicia una senda de "no retorno y un compromiso con la sostenibilidad, que se concluirá cuando comiencen a funcionar en el plazo máximo de un año la planta de biometanización y en los vasos de vertido sólo se tiren la basura de rechazo ya tratada".

De momento, ya ha sido clausurado el vertedero principal, que carecía de impermeabilización y ahora comenzará, según señaló Arévalo, un proceso de estabilización de la montaña de basura, mediante el control de emisión y extracción de gases, que concluirá con el sellado del vaso, algo que está previsto para el próximo verano. A partir del sellado, se iniciará la construcción de la instalación fotovoltaica y los aerogeneradores. La consejera Arévalo afirmó que cuando el complejo esté funcionando a pleno rendimiento se acabará lo de "tirar la basura como viene y enterrarla", aunque reconoció que para ello falta todavía al menos un año, el tiempo en que está previsto que culminen las infraestructuras para poner en marcha el ciclo de tratamiento de la basura.

Tras el cierre del vertedero principal, la basura de la capital grancanaria seguirá enterrándose en un vaso de vertido, pese a que se construyó en 2007 para depositar la basura después de haber sido tratada. Arévalo explicó que el municipio capitalino ocupará sólo un 5% de la superficie de este vaso intermedio y, mientras, "se acondicionará la otra parte" para que los otros doce municipios que han tenido que irse a Juan Grande puedan volver en mes y medio. Además, está previsto construir otro vaso, que unido al intermedio sumarán 4.700 metros cuadrados de superficie y tendrán una vida útil de 17 años, que puede aumentar si la población recicla.