María Medina ni habla sentada en el umbral. Concentrada en el arroz, mueve con desparpajo el tenedor que sujeta con sus pequeñas manos y que lleva del plato que sujeta su madre, Yurena Ojeda, a la boca y a la inversa. "¿Te gusta, verdad?", le pregunta su progenitora. Ella, que está en plena faena de masticado y tiene los dos carrillos llenos y algún grano del cereal pegado en el rostro, tan solo asiente con la cabeza. "Come muy bien", comenta Ojeda, "pero aparte de eso es que se quiere ir a los cochitos y ya le hemos dicho que primero la comida". Todo cobra sentido con esta revelación. A sus tres años, Medina no quiere perder tiempo en hablar con desconocidos para disfrutar de la fiesta que hay en la plaza del Pilar en la que el plato fuerte del día es la paella.

Hace cuatro años que esta tradición se instauró en el barrio de Guanarteme promovida por Aurelio Gómez Bermúdez, quien desde las 12.30 horas se afana en la misión culinaria acompañado por Carmen Silvia Ramón, Emilia Santana, las hermanas Silvia y Maribel Corral y Violeta Bolaños. "Empezamos con dos paellas, una de pollo y otra de marisco y cuando estuvieron encaminadas nos pusimos con las otras dos", explica después de añadir un poco de colorante amarillo y agua a una de las cuatro paelleras gigantes. Repartidos en ellas, se han cocinado con un fumet a base de vino blanco y cerveza entre 27 y 32 kilos de arroz que darán de comer a más de 300 personas. Todo un reto en al que se entrega el equipo de cocina a pesar de los "pequeños inconvenientes". Y es que en el local de la comisión de fiestas donde están cocinando, hace un calor a tener en cuenta.

Mientras Gómez Bermúdez y algunas de las ayudantes remueven con brío el arroz, arriba comienza a escucharse mayor revuelo. La Virgen de Nuestra Señora del Pilar preside el escenario en el que se le dedica el canto del Ave María, antes de cumplir con otra de las tradiciones del día grande de las fiestas patronales del barrio: la suelta de palomas. Unos 120 ejemplares aguardan para surcar el cielo hasta sus palomares, tal y como explica Pascual Rodríguez Curbelo, dueño de alguno de los pájaros y miembro de la sociedad Fondo Club Guanarteme. "Antes se llegaron a traer hasta mil, pero ya no quedan tantos palomares", apunta. Pero el notorio descenso no impide que las aves mensajeras emprendan su vuelo entre aplausos.

Acabada la ovación, Pepi González, presidenta de la asociación de vecinos, coge el micrófono para anunciar el momento que muchos llevan esperando: probar la paella. Los primeros en estrenar la cola son José Antonio Sánchez, Mónica Rodríguez y la pequeña Laura, de casi seis años. No tardan mucho en salir también con su plato Nieves Sanz y Mariluz Ferrera. Las dos son vecinas de Jinámar que se han animado a disfrutar del día del Pilar. "Venimos por la Virgen y hemos llorado y todo", cuenta Sanz en lo que Ferrera prueba el arroz. "Está riquísima", asegura.

Con ella coinciden Sara Mensah y Paula Valerón, ambas de 10 años. Las niñas han acudido junto a su familia desde Schamann para disfrutar de la jornada festiva en la que no han tenido que ir al cole. "Es la primera vez que venimos y nos lo hemos hecho para ver a Maribel, la cantante de Quinta Marcha", cuenta Desirée Suárez paella en mano. Y es que la música tampoco faltó ayer en Guanarteme. Mientras la cola para degustar el arroz por un precio de dos euros, el ambiente en la plaza se anima.

Es un día especial en el barrio en el que tampoco se han olvidado de las mascotas. Siete protectoras de animales entre las que se encuentran Ada Gran Canaria, Pon un podenco en tu vida, Colonia felina mamá Minina, SOS Animales de Gran Canaria, Huellas que unen, Héroes y Life 4 pitbulls se han unido para hacer un mercadillo cuyos beneficios ayudan a cubrir los gastos de los animales.