No me vendas historias, Cristóbal, yo sé igual que tú lo dura que es la política", le soltó José Manuel Soria a su colega Montoro al comprobar que le hacía imposible la aprobación de la reforma energética. Una de las asignaturas pendientes del Gobierno que preside Mariano Rajoy es el déficit de la tarifa eléctrica, cifrado en cerca de 24.000 millones de euros y el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, se ha empeñado en resolverlo.

Soria prepara un sistema impositivo para gravar la facturación de las empresas eléctricas con el objetivo de liquidar el déficit tarifario. Y, en el camino, se ha tropezado con la oposición del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien sostiene que en materia impositiva cuenta con la última palabra. Lo peor que podía pasar. Un enfrentamiento de dos ministros dentro del mismo Gabinete es garantía de un retraso en la solución del problema. Y ni España ni Canarias se merecen más retrasos en la solución a sus problemas energéticos.

Las declaraciones del ministro de Hacienda contra los planes del titular de Industria y Energía representan una enmienda a su proyecto de reforma energética. Sin acudir al tópico de amigos, enemigos y compañeros de partido, y dejando al margen de qué lado está la razón, cuando menos es necesario articular una solución para el sector de las energías renovables en Canarias.

José Manuel Soria apuesta por nuevos tributos que suponen un gravamen del 19% a la energía fotovoltaica y un 11% a la eólica, las únicas renovables hoy en las Islas y con importantes proyectos en marcha a la espera de que se aclaren las condiciones económicas y fiscales.

A los hogares ya se les ha subido la luz y se ha impuesto una moratoria de las primas a las renovables para la que se esperaba una excepción canaria que sigue sin conocerse. Pero el titular de Industria se ha propuesto resolver la maraña regulatoria antes de cumplir su compromiso con las energías renovables en las Islas.

El ministro canario ha demostrado valor no sólo para enfrentarse a los mineros, sino también para plantar cara a la patronal eléctrica. No parece que Soria esté en una lucha por el poder en el seno del Gobierno de Rajoy. Más bien el líder popular canario debe resolver uno de los grandes problemas de la economía española y articular una de las reformas más importantes que encara el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Desde que asumió la cartera de Industria, José Manuel Soria ha insistido en que el déficit tarifario puede significar una verdadera quiebra para el país. Antes de elevar el recibo de la luz un 84% para equilibrar las cuentas, la propuesta del Ministerio pasa por un plan que establece nuevos tributos a las empresas. El proyecto de Soria ha molestado en el sector energético, que ha encontrado un sorprendente aliado en el ministro Montoro.

Es necesario tener en cuenta que el precio de la energía eléctrica que paga el ciudadano en España es uno de los más elevados de Europa y el Gobierno no debiera caer en la tentación de seguir subiendo el recibo de la luz. Así que la opción que le queda es repartir las cargas sobre las eléctricas: o impuestos; o primas o combinando ambas medidas.

Y como nada sucede por casualidad, Endesa ya ha insinuado que la inversión de 250 millones de euros prevista en la central hidroeléctrica de Gran Canaria, el salto de agua de la presa Chira Soria, peligra si las nuevas tasas de Industria no son rentables a la hora de generar energía. En este sentido se encuentra a la espera de la reforma que cocina el ministro para adoptar una decisión definitiva y presentar el proyecto.

Por otro lado, la patronal de las energías renovables en Canarias reprocha a Soria la falta de transparencia en su propuesta para la reforma del sector energético. Las energías limpias abaratan los costes de producción en las Islas en relación con las convencionales. Un megavatio producido con fuel en las centrales del Archipiélago cuesta 200 euros, pero si se produce con viento el precio se reduce a 80 euros.

El ministro debe ser sensible a la realidad de las Islas que tan bien conoce y buscar un equilibrio. Desde Bruselas, el comisario de Energía ya señaló que una normativa desfavorable para las renovables sería mal vista en Europa.

El final de las primas y el régimen de preasignación de tarifas a las renovables, aprobado a principios de este año, no ha gustado nada al sector. La Asociación Canaria de Energías Renovables ya ha avisado de que deja en el aire más de mil millones de inversión programada en las Islas. Sería un error ahondar en la herida en lugar de corregir errores.

El Ministerio de Hacienda, ante la controversia con Soria, dio a conocer un comunicado en el que aclara que no tiene "intención de bloquear la aprobación de la reforma eléctrica", pero un retraso puede perjudicar considerablemente el mapa eléctrico insular.

Otro de los aspectos a tener en cuenta en esa reforma es la competitividad de las empresas. A Soria tampoco se le puede ir la mano y dejar a las compañías eléctricas en inferioridad de condiciones con sus homólogas europeas.

En definitiva, la reforma eléctrica debe servir para acabar con el déficit tarifario, aunque se pretende resolver en un año lo que se gestó en diez, pero sin que ello suponga subir más el recibo de la luz, desanimar a las empresas a materializar sus inversiones programadas o cegar el camino a las renovables, que tramitan 39 parques eólicos en las Islas. Por eso Canarias, que no ha contribuido a generar el déficit tarifario por su sistema eléctrico extrapeninsular, necesita un régimen especial para sus energías renovables. Y Soria, además de lidiar con la sensibilidad fiscal de Cristóbal Montoro, deberá contar con la decisión clara de Mariano Rajoy.