Opinión | Reseteando

¡Qué se lo mame el que venga detrás!

El concejal de Urbanismo, Mauricio Roque.

El concejal de Urbanismo, Mauricio Roque. / LP/DLP

Si hay un espacio en esta ciudad que acumula derrotas una detrás de otra ese no es otro que el conocido como Frente Marítimo, entendido como la franja que se extiende desde el Puerto de La Luz hasta la playa de La Laja. Se han soñado para el mismo playas artificiales, espigones para tomar el sol, rascacielos, terrazas para el divertimento nocturno, restaurantes y hasta islas para concentrar en un punto la administración portuaria. Una retahíla que daría para crear una de las ciudades invisibles de Italo Calvino. La última derrota se circunscribe a la interesante propuesta para crear un corredor verde de 50.000 metros, que cambiaría la identidad de zonas portuarias como el Sanapú, el muelle de Santa Catalina o el Pesquero. La apuesta, en todo caso, dependería del traslado de las naves de Cruz Roja y PMA, que se eterniza en el laberinto burocrático. La socialización urbana del Puerto, con ejemplos recientes como la pasarela Onda Atlántica o el Acuario, tiene efectos salvíficos para unos peatones agobiados que buscan más lugares para pasear. Y si es junto al mar, pues mejor que mejor. Ahora, preocupaciones de este calado deben tener por respuesta la solvencia de la planificación con su correspondiente ficha con la financiación necesaria. En este municipio llevamos décadas funcionado a golpe de improvisaciones, por no hablar de promesas o programas políticos que se incumplen. El dúo del PSOE Ibarra & Hidalgo, alejados en estos momentos del dominio municipal y portuaria, tuvieron la osadía de presentar con chácaras ese corredor verde con un simple borrador. Una vez cogieron la maleta para situarse en otras poltronas dejaron el bosquejo en cualquier sitio. Y que se la mame el que venga detrás. El concejal actual, Mauricio Roque, no ha tenido más remedio que reconocer al PP que sólo hay humo de pipa. Otro engaño flagrante con el Frente Marítimo, otro vacilón de la política profesional, otro funambulismo de los que son saludados como grandes gestores... Ya está bien. Otro fiasco para el desarrollo de una ciudad sobre la que ha caído la maldición de la mediocridad.

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