Unas 200 personas esperaron en la mañana de ayer la llegada de David Batista, el hombre que el pasado 10 de julio prendió fuego a la que había sido su novia, Laura González, en Santa Cruz de la Palma a la que quemó viva y que falleció debido a la gravedad de sus lesiones horas después.

Los dos centenares de personas habían tomado la calle donde se encuentran los juzgados de la capital palmera y que la Policía Nacional y la Local se encargaron de cortar previamente.

Además, como medida disuasoria colocaron a ambos lados de la calle vallas. Sin embargo, los asistentes abuchearon e insultaron al presunto asesino.

Entre las numerosas personas concentradas estaban los padres de Laura, así como Yolanda Lorenzo, tía materna que pidió Justicia al tiempo que manifestó: "Mi hermana lo está pasando mal y pienso que toda la sociedad palmera está dolida y gritando que por favor no haya más violencia, que se haga Justicia".

David Batista, que se encuentra interno en una prisión sevillana, compareció sobre las 10 de la mañana ante la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Santa Cruz de la Palma. El imputado llegó a bordo de un coche patrulla de la Guardia Civil, escoltado por al menos otros cuatro vehículos de la Benemérita. David Batista descendió del coche esposado y custodiado por dos agentes de la Policía Nacional, mientras en la calle un numeroso grupo de vecinos clamaba justicia, entre gritos de "asesino", "retiren los coches, que salga a pie".

El presunto autor de esta muerte no permaneció más de diez minutos en los juzgados, ya que se negó a prestar declaración, por lo que la titular del órgano judicial le comunicó que le prorrogaba la prisión provisional. David B., en caso de ser condenado, se enfrentaría a una pena de cárcel de entre 15 y 20 años.