Un escudo instalado en el caos. La nada. Una pizarra vacía. Pañuelos, pitos y la voz del orgullo. Solo el lamento del capitán Vicente Gómez, en la emisora oficial del club, en el césped, tras ser aplastados por el Dépor, baila como símbolo de la resurrección. Esta UD es una 'kalamidad' con 'k' de Pako, una legión despistada en tareas de supervivencia que complican de forma notable la respiración asistida en la Primera. Abocados al suicidio colectivo.

Pako Ayestarán ha hecho lo más difícil: convertir a Manolo Márquez en un catedrático del balón. El que fuese técnico de Las Palmas Atlético, que tomó las riendas del vestuario profesional el pasado 3 de julio y sin la preparación adecuada por la urgencia, duró seis jornadas y dejó un expediente de dos victorias y cuatro derrotas -cinco goles a favor y nueve en contra-. El plantel más caro de la historia latía fuera de la zona roja del descenso a Segunda tras besar la lona ante el Leganés.

Pero el aterrizaje exprés de Pako, tras la renuncia del catalán -que ya valoraba desde la pretemporada su espantada- se ha convertido en una losa insalvable para un plantel galáctico [valor de mercado de 115 'kilos']. Conviene recordar esta cifra, porque la UD va camino del crematorio con los mejores mimbres de su historia. Una clave increíble.

Las coartadas de Pako son difícilmente sostenibles. Cuatro derrotas de forma consecutiva -la única alegría llegó en Riazor en el (1-4) de la ida de los 1/16 de final-; tres goles a favor y quince tantos encajados. Un calvario a nivel defensivo. El problema radica en la nula consistencia de una línea repleta de agujeros.

Z De Ferrari a coche fúnebre

Tras diez jornadas, la UD respira en la UVI. El cuadro grancanario parecía un bólido de alta gama, en pretemporada cuando llovían las contrataciones de primer nivel, pero se ha convertido en un coche fúnebre. El Ferrari no camina. Encajar los dos goles de Borges de cabeza invita al pánico. Un motivo para pedir cita con el psiquiatra. Con cinco remates portería -por los cinco del Dépor-, los de Ayestarán dominaron la posesión con un 62,2%.

En lo referente a los saques de sequina, los isleños firmaron ocho por los cinco del cuadro de Cristóbal. Estadísticas que trasladan cierto equilibrio pero son mentira.

A pesar del tanto inicial de Rémy, la UD saltó por los aires tras la lesión de Jonathan Viera. Ahí terminó el partido. Sin el genio de La Feria, los de Ayestarán fueron zarandeados por el club gallego, que solo había completado tres entrenamientos con Cristóbal. El colmo de los despropósitos, que un estratega sin margen para plasmar su boceto, te pinte la cara. ¿Por qué no se ha taponado la sangría de goles encajados tras más de un mes de trabajo con el nuevo cuerpo técnico amarillo?

Pues por la boca muere el pez. Ayestarán fue cuestionado tras el (2-5) ante el Celta de Vigo. '¿Cómo piensa taponar la sangría tras recibir 18 dianas?' La respuesta aporta algo de luz al drama: "Pues atacando más". 180 minutos después, recibió siete más. Cuatro en el Estadio de La Cerámica y tres ante el Dépor.

Z La falta de un once

La UD está fracturada. En el césped y en la grada. Si analizamos lo acontecido en el verde, la línea de defensas -Macedo, Bigas, Macedo y Dani Castellano- fueron acribillados de forma salvaje por Cartabia, Bakkali y Lucas Pérez. ¿Les suena esta película? Ejecutores a mil por hora en el verde como Aspas o Bakambu. Queda en evidencia la falta de cintura para encontrar con la fórmula secreta. En esta línea de despistes, se optó por mandar a Javi Castellano al banquillo y darle la titularidad a Samper. Resultó un fiasco, que ya el jugador del Barça se fue diluyendo en el caos. Falta una idea y falta un once claro. Nítido. Experimento tras experimentos, en esa caudal de delirios, Pako con 'K' se permitió el desliz de prescindir de Momo, que fue bigoleador en Riazor en el pulso de Copa del Rey.

Además, zagueros veteranos y curtidos en mil batallas como David García y Aythami Artiles [que completaron una gran actuación en el Sánchez Pizjuán] se quedaron en la grada, junto a Hernán Toledo. La UD no tenía agitadores de pólvora en el banco. Tras la lesión de Viera, Pako dio entrada a Tana y luego puso al estilista Aquilani. Otra vuelta de tuerca al 'kaos' con 'K'.

Z Respaldado en el terremoto

En plena guerra civil con la grada, las altas esferas de la UD recurren a la calma y la "tranquilidad" para afrontar una de las situaciones más dramáticas que se recuerden. Ayestarán tiene suerte, contará con otra moneda de crédito. Debe imponer el criterio y cerrar la portería de Chichizola o Raúl. Elevar una muralla de hormigón armado y acabar con esta 'kalamidad'. Y pasa el tiempo...