Te puedes llamar Carmen Delia, Fernando, Juani, o Carlos, quizás Sonia!!

Podrías tener a algún familiar en la UVI del hospital. Por un accidente de moto, de trabajo, o simplemente una enfermedad que haya surgido.

Lo pasas mal verdad? Tienes momentos de flaqueza, que se te nublan los ojos. Esos ojos llorozos, que ya casi no le salen lágrimas. Ese pensamiento que no se te puede quitar de la cabeza. A veces, hasta casi te sientes un poco culpable de lo sucedido. No. Sabes que no ha sido culpa tuya. De nadie. Tampoco de él. A veces, las cosas ocurren simplemente porque tienen que ocurrir. Siempre, en un accidente, como somos un poco egoistas, buscamos un por qué. Y si buscamos, siempre encontraremos un responsable. Pero no. No hay ningún culpable, estate tranquila, y más tu. Que te tienes el cielo ganado. Entre tu trabajo que te extresa, tu casa, el día a día, el reloj que no para, las tareas... y siempre ahí, en la punta de delante, al pié del cañón. Qué grande eres, valiente, cariñosa, siempre preocupada. Las personas como tú, aparte de tenerse ganado el cielo, tienen éxito en la vida. Cuando digo en la vida, me refiero en el amor, en la amistad, en el trabajo. En las cosas verdaderamente importantes de la vida. En tí, en tu corazón.

Verás como Jose, en el caso de Carmen Delia y sus hermanos, y llámese Pedro, Juan, o Teresa vuestro familiar, decía que ya verás, que se mejorará pronto. No te desanimes. Ten fe, que eso mueve montañas. A veces, hasta montañas más grandes que las que mueven los médicos.

Lo dicho, que os llegue este haz de luz de esperanza, sé que en el fondo no la necesitais, sois muy fuertes, lo sé, lo sabeis. Pero nunca viene mal que se extienda hacia nosotros una mano amiga. Y aquí la teneis. Apretadla fuertemente.

Y no quiero acabar sin deciros antes algo. Gracias. Si, gracias. Por la enseñanza que dais de fortaleza y de valentía. Es envidiable. Te admiro, les admiro, les quiero.

Ánimo, mucho ánimo para todos. Sed fuertes, así, como ya sois.