Las ‘líneas rojas’ de CC en tierra de nadie

Los nacionalistas mantienen su veto a negociar con Vox, pero tendrían que entenderse si los de Abascal entraran en un gobierno presidido por Feijóo

María Fernández, candidata de CC, tras la firma del manifiesto con el resto de formaciones del ‘frente canario’.

María Fernández, candidata de CC, tras la firma del manifiesto con el resto de formaciones del ‘frente canario’. / Andrés Cruz

Joaquín Anastasio

Joaquín Anastasio

Los pactos entre el PP y Vox en varias comunidades autónomas y cientos de ayuntamientos tras las elecciones autonómicas y locales del 28 de mayo están marcando la precampaña para las generales del 23 de julio. Los populares han apostado claramente por el pragmatismo para recuperar el poder territorial que hacía mucho tiempo que no tenían y han cedido en muchos aspectos programáticos e ideológicos del partido de ultraderecha. Canarias ha quedado sin embargo al margen de esta dinámica fundamentalmente por el hecho de que la iniciativa del pacto de gobierno cerrado entre CC y el PP, segunda y terca fuerza en el Parlamento regional respectivamente, ha correspondido a los nacionalistas, y obviamente también por el hecho de que los cuatro escaños conseguidos por Vox en las Islas no han sido necesarios para conformar una mayoría parlamentaria tras lograr sumar a ella a AHI y a ASG.

CC sí dejó muy claro desde el principio que descartaba cualquier tipo de negociación con el partido liderado por Santiago Abascal, liberando así a los populares canarios de cualquier iniciativa al respecto aún en el caso de que sus escaños hubieran sido necesarios. De esta forma, Canarias se ha convertido, junto a Cantabria y La Rioja, en el único territorio donde el PP, cuando ha necesitado pactar, estará en el Gobierno sin la compañía de los ultraderechistas. Tras el llamativo acuerdo cerrado por ambas formaciones en la Comunidad Valenciana, los populares han ido sumando gobiernos de coalición junto a Vox, cediendo consejerías o puestos relevantes en la administración y en las instituciones autonómicas, en Extremadura, Murcia, Baleares y Aragón.

En este marco, CC deberá gestionar su posicionamiento en el caso de que el 23-J depare una mayoría en el Congreso de PP y Vox y, en consecuencia, un posible gobierno de coalición presidido por Alberto Núñez Feijóo y con Abascal de vicepresidente, y con ministerios en manos de la ultraderecha. Un marco en el que los nacionalistas canarios que logren representación en las Cortes tendrán por un lado que negociar materias que impliquen a los respectivos grupos parlamentarios con decisiones de ese hipotético gobierno a dos, y por otro el Gobierno canario se verá obligado a una relación directa con esos ministerios tanto de manera bilateral como en las conferencias sectoriales.

La linea roja de Coalición respecto a Vox quedaría entonces condicionada en ese escenario y no tanto respecto al hecho de verse obligado a esa relación en el ámbito parlamentario o de gobierno, sino sobre todo respecto a aquellas medidas programáticas que los de Abascal consigan incluir en la agenda legislativa y/o ejecutiva.

Si Vox, como está haciendo en los gobiernos autonómicos que está pactando con el PP, promulga leyes o iniciativas parlamentarias en todos los aspectos que han justificado hasta ahora el veto de CC a esta formación política, obligará a los nacionalistas canarios a resituarse cuando esas propuestas se refieran a aspectos que incidan en la agenda canaria pactada con el PP en el Gobierno regional.

Este escenario se podría dar perfectamente en materias sensibles en las que la ultraderecha está poniendo más énfasis y dando la batalla a la contra allí donde está logrando entrar en gobiernos con el PP como el tratamiento de la inmigración, las políticas de sostenibilidad contra el cambio climático, la lucha contra la violencia machista, las políticas de igualdad y feminismo, la educación, el desarrollo del autogobierno reconocido en el Estatuto de Autonomía de Canarias, o las estrategias ante la UE.

En todas esas materias, CC ha defendido siempre, con matices en algunas ocasiones, posiciones centristas o progresistas y ha apoyado en la mayor parte de los casos las leyes y medidas del actual Gobierno socialista de Pedro Sánchez.

Materias sensibles

Para tratar de salir al paso de futuras discrepancias en relación a los planteamientos de su socio de gobierno, las que puedan surgir en el propio Ejecutivo regional o con políticas del PP en el ámbito nacional, el pacto canario incluye una cláusula para que cada parte mantenga sus posiciones y aparcar en la medida de lo posible esas divergencias. Pero eso será más difícil trasladarlo al escenario estatal cuando un hipotético Ejecutivo Feijóo/Abascal se someta a votación en el Congreso, que CC asegura que nunca apoyará, y posteriormente a la acción cotidiana del ese pacto en Madrid entre las dos derechas españolas. La linea roja de CC respecto a Vox quedará entonces expuesta a las contradicciones de ese juego a tres en el que los nacionalistas han hecho cuestión de principios.

En otro intento de matización respecto a ese compromiso de CC, sus cabezas de lista al Congreso por las dos provincias canarias, Cristina Valido y María Fernández, por Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas, respectivamente, junto a la ya diputada regional Ana Oramas, referente histórica de la formación en estrategia parlamentaria y relaciones con los demás partidos estatales, señalaron hace unos días que no votará la investidura de un Gobierno de España en el que tenga presencia Vox, veto al que suman a Podemos, Bildu o ERC, porque «va en contra de la esencia» de la formación nacionalista , pero que sí valorarán los proyectos legislativos e iniciativas que se presenten, «con independencia de quien las firme», si son buenas para el Archipiélago.

Si fuera Sánchez el que pudiera seguir gobernando, CC no aclara si su veto afecta también a Sumar por el hecho de que lleve a dirigentes de Podemos en sus listas. La diferencia en este sentido respecto al veto nacionalista a Vox es que parece claro que un gobierno liderado por el PSOE no tendrá ministros ni de la formación morada, ni de los independentistas vascos y catalanes. ¿Dejaría de apoyar CC una nueva investidura de Sánchez por el hecho de que los apoyara también estos partidos?

Otro elemento a despejar es si la posición de CC en Madrid sobre todas estas materias se someterán a debate entre los partidos que han firmado el ‘frente canario’ para el 23-J en el que se integran diez formaciones insularistas y locales más, entre ellas Unidos por Gran Canarias y AHI. El acuerdo firmado al respecto no contempla ningún mecanismo de puesta en común y se entiende que, aparte de los asuntos directamente relacionados con las Islas contemplados en el manifiesto, todos los demás se dejan al arbitrio de la formación nacionalista, sin discriminar aquellos que tangencialmente les puedan afectar estén o no relacionados con la ‘linea roja’ de CC a las políticas de Vox.

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