El 23-J deja en el aire la elaboración de los presupuestos estatales de 2024

Las elecciones dificultan que se presenten nuevas cuentas antes de final de año, sin descartar una prórroga si en el Congreso hay bloqueo político

Fernando Clavijo habla por teléfono tras cerrar el pacto de gobierno con el PP en junio. | | ANGEL MEDINA /EFE

Fernando Clavijo habla por teléfono tras cerrar el pacto de gobierno con el PP en junio. | | ANGEL MEDINA /EFE / Joaquín Anastasio

Joaquín Anastasio

Joaquín Anastasio

Las elecciones generales del próximo día 23 van a imposibilitar con toda seguridad la presentación en tiempo y forma del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el próximo año. El hecho de que la cita electoral se haya adelantado cinco meses sobre el calendario previsto de final de la legislatura, que inicialmente se contemplaba para diciembre, no evita que las nuevas cuentas estatales vayan a entrar en un limbo de difícil pronóstico de evolución independientemente de los resultados que arrojen las urnas. Canarias mira este circunstancia con preocupación no tanto porque tema una prórroga de las cuentas, que se produciría automáticamente si el 1 de enero no hay un proyecto presupuestario aprobado, sino por la incertidumbre que arroja sobre el futuro próximo en función de la situación política que se abra a partir del 23-J.

Julio suele ser el mes en el que el Gobierno de turno pone en marcha la maquinaria y el procedimiento de elaboración de los presupuestos del siguiente año, pero en este caso la situación política del país vuelve a condicionar esta dinámica como ya ocurrió en el año en que Rodríguez Zapatero convocó elecciones para noviembre de 2011, y posteriormente cuando el último gobierno de Rajoy antes de la moción de censura que lo desalojó del Gobierno en 2018 aprobó los presupuestos de ese año, que fueron prorrogados dos veces y estuvieron en vigor hasta el 2020, gestionados por un gobierno socialista durante varios meses en funciones por el bloqueo político del 2019 antes de la últimas elecciones de noviembre de ese año. Sin embargo, en la legislatura que culmina ahora el Gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez logró presentar en el plazo establecido, tres meses antes de finalizar el año, el proyecto de nuevas cuentas de cada uno de los ejercicios en curso, los de 2021, 2022 y 2023, consiguiendo en todos ellos la mayoría parlamentaria necesaria para aprobarlos.

De entrada, el proceso electoral deja en suspenso todo el proceso que ya debería estar en marcha en el seno de los ministerios. Primero pintar las partidas en los programas correspondientes y aprobar el anteproyecto de ley en el Consejo de Ministros a mediados de septiembre, previa aprobación por el Congreso del techo de gasto y la comunicación del mismo a las Comunidades Autónomas en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) que siempre se convoca a tal efecto a finales de julio. Todo ello está ahora en stand by por el 23-J. De momento, ninguno de los candidatos a la presidencia del Gobierno con posibilidades de alcanzar La Moncloa, Pedro Sánchez (PSOE) y Alberto Núñez Feijóo (PP), ha hecho referencia alguna a sus planes para los próximos presupuestos más allá de sus respectivas menciones a propuestas fiscales y de gasto que incluyen en sus programas, la mayoría sin justificación ni memoria económica.

Los resultados condicionarán el espíritu a imprimir a la ficha financiera para Canarias

Pero las principales dudas sobre los próximos presupuestos la causan la incertidumbre sobre el tipo de mayoría que se vaya a dar en el Congreso a partir del día 24, y la posibilidad de que un resultado muy ajustado entre los dos grandes bloques de izquierda y derecha suponga una imposibilidad de investidura de alguno de los dos grandes líderes, y la posible repetición de las elecciones para deshacer ese hipotético empate. Incluso en el caso de una investidura a las primeras de cambios del candidato con más apoyos retardaría varios meses el proceso de elaboración de los presupuestos teniendo en cuenta que la sesión de constitución de las Cortes es el 17 de agosto, y la de investidura no se produciría hasta bien entrado septiembre. La posterior formación de gobierno y toma de posesión de los ministros y resto de equipos en cada departamento retrasaría la elaboración presupuestaria hasta finales de año como mínimo, y la tramitación parlamentaria de tres meses obligaría a una prórroga de las actuales cuentas como mínimo hasta marzo.

Ajuste fiscal

Aunque algunas fuentes señalan que una hipotética mayoría absoluta del PP y Vox dejaría margen y plazo para unos nuevos presupuestos muy aproximados al calendario oficial de los tres últimos meses de año, reconocen sin embargo que no es lo mismo hacer unas cuentas que se inspiran en gran parte en las anteriores, como sería el caso de que gobernara la izquierda y Pedro Sánchez, a que haya un nuevo gobierno de otro color político, en especial en este caso en el que una coalición inédita como la de populares y ultraderechistas tendría que ponerse de acuerdo en el enfoque de la política económica y fiscal, y en el reparto de fondos entre sus respectivas áreas de control. Además, se da la circunstancia de que los presupuestos estatales de 2024 tienen que reflejar ya los nuevos aires que imperan en Bruselas para recuperar la senda del ajuste fiscal tras los años de fastos’presupuestarios para hacer frente a los efectos económicos y sociales de la pandemia.

CC aspira a ser determinante en el Congreso con cualquier que sea el color que gobierno

En este sentido, Bruselas avaló los planes de reducción de déficit presentados en el último Plan de Estabilidad que el Gobierno remitió a la Unión Europea, pero la Comisión ha reclamado a España que durante el año que viene comience a reducir déficit. Las grandes inversiones están aseguradas, lo que está por ver es cómo se gestiona la reducción del gasto y cómo alcanzar los objetivos comunitarios de déficit y deuda pública, y todo ello depende de las prioridades del nuevo gobierno sobre todo si hubiera cambio en La Moncloa. La UE volverá a abrir procedimientos de de déficit excesivo en abril de 2024 como preparación de la vuelta de las reglas fiscales, en pausa tras la pandemia, y Bruselas recomendó a España que limite el aumento del gasto público para lograr el recorte del déficit estructural por valor de más de 9.000 millones.

Mejoras para Canarias

Este marco es el que preocupa en Canarias pese a que aún restan por transferir a España 90.000 de los 140.000 millones de los fondos de recuperación y resiliencia. Y dado que los partidos que conformarán el nuevo Ejecutivo en las Islas, CC y PP, eran críticos con el peso de las partidas canarias en los presupuestos estatales de años anteriores, pese al apoyo final de los nacionalistas a en los de 2023, lo lógico sería que reclamaran mejoras sustanciales en los de 2024, algo que confían en conseguir más fácilmente si gobierna Feijóo. La otra opción sería que, independientemente del color político asentado en La Moncloa, los nacionalistas lograran presencia en el Congreso y una posición que pudiera determinar la investidura de alguno de los candidatos o la propia aprobación de las cuentas del próximo año. El retraso de su tramitación se sumaría al de algunas de las cuestiones de la agenda canaria con el Estado con efecto presupuestario, así como al de la actualización de los fondos estatales de financiación autonómica con el que el nuevo gobierno regional tendrá que alimentar buena parte de los propios presupuestos canarios, que esta vez tocará elaborar a la consejera popular Matilde Asian, y la cobertura de los servicios públicos esenciales.

Suscríbete para seguir leyendo