Cómo utilizar un extintor o cómo actuar ante una parada respiratoria. Son algunas de las medidas de seguridad y protección que deberán conocer los organizadores de las carrozas que participen en la próxima Cabalgata de Reyes. El Ayuntamiento ha extremado este año la precaución en este evento, en el que miles de personas se echan a la calle, después de que el pasado año un niño muriese atropellado en el desfile de Reyes de Málaga al intentar coger un caramelo en el asfalto. Las medidas de precaución también servirán para las cabalgatas del Carnaval.

El próximo 5 de enero, Melchor, Gaspar y Baltasar desfilarán por la ciudad con tantas medidas de protección que solo les faltará abrocharse el cinturón de seguridad. Aparte de los consabidos permisos de responsabilidad civil, documentación en regla de los vehículos para su circulación así como del chófer, el Ayuntamiento exigirá que dos personas de la organización de cada carroza pasen por un Curso de Formación Básica en Autoprotección en Cabalgatas, que ofrecerá gratuitamente el área de Protección Ciudadana.

En el cursillo, que se celebrará en dos jornadas -19 y 21 de diciembre- previa inscripción, será impartido por miembros de Protección Civil de Las Palmas de Gran Canaria, aunque participarán también Bomberos de la capital. Los asistentes recibirán clases prácticas y teóricas en una sola jornada y recibirán al final de la misma un diploma de acreditación, que tendrá validez por tres años.

Minimizar riesgos

Salvador Santana González, jefe de la unidad de Protección Civil de la ciudad, encargado de coordinar el cursillo, explica que el objetivo del mismo es "minimizar los riesgos" que se puedan presentar en estos eventos multitudinarios en los que corre peligro tanto el que va en una carroza como el que acude de simple espectador. Y, sobre todo, cumplir con las tres máximas de la seguridad: "Proteger, alertar y socorrer". Conocidas en el argot de los cuerpos de seguridad y protección como PAS. En el cursillo, los asistentes aprenderán nociones sanitarias sobre como inmovilizar a una persona en caso de caída, cómo responder a una parada cardiorrespiratoria, valorar el estado de una víctima y cómo trasmitir esa información a los servicios de emergencia que se encuentran instalados a lo largo del recorrido. También cómo responder a un pequeño conato de incendio, cómo usar el extintor y cómo desalojar la carroza, entre otras medidas.

Santana insiste en que, sobre todo, los participantes aprenderán "lo que no tienen que hacer" en situaciones de riesgo, ya que, en ocasiones, con el afán de ayudar se actúa de modo incorrecto con el consiguiente peligro tanto para la víctima como para el propio salvador.

El jefe de la unidad de Protección Civil de Las Palmas de Gran Canaria añade que estas medidas de protección servirán también para gestionar mejor los recursos de emergencia ya que las personas que hagan el curso estarán más preparadas para alertar de la incidencia de forma más correcta a los cuerpos de seguridad.

Santana, que ha participado ya en más de 60 cabalgatas en los cerca de 20 años que lleva como profesional de la seguridad, asegura que esta medida se toma para "minimizar los riesgos" y no porque en los últimos años se hayan visto situaciones criticas de riesgo en las cabalgatas de Reyes o de Carnaval. "Cuanto más formados estén los participantes en materia de seguridad y autoprotección más se minimizarán los riesgos. Cualquier actividad humana conlleva riesgos. Desde salir a la calle hasta acudirá a un evento de este tipo en el que hay una gran concentración de personas y en donde la ciudad se colapsa. De lo que se trata es de minimizarlos y de actuar rápidamente ante cualquier alerta que se produzca", responde. Solo el pasado año participaron en la Cabalgata de las Carnestolendas 107 carrozas y más de 200.000 mascaritas.

Opiniones diversas

Las medidas de seguridad adoptadas por el Ayuntamiento para las próximas cabalgatas han sido recibidas de forma diversa por los organizadores de carrozas. Para algunos son positivas porque tratan de proteger a los participantes, mientras que para otros las exigencias son excesivas y pueden disuadir a más de uno a no participar en el desfile.

José Juan Socas, cuya carroza ganó en la pasada edición de la Gran Cabalgata el primer premio con el diseño Venecia en Góndola, ve "positiva" . "No estamos hablando de un impuesto, de una medida del Ayuntamiento para recaudar dinero, sino de la protección de los participantes. Y todo lo que repercuta en la seguridad de los mismos es positivo; la gente será así más responsable".

Samuel Sánchez, cuyo vehículo Homenaje al deporte español ganó el tercer premio, argumenta, por contra, que las medidas son "excesivas" ya que hay suficientes normas de seguridad establecidas en las bases para garantizar la protección de los participantes. "Los organizadores ya tratamos de que todo esté bien amarrado para que no suceda nada. Llevamos un seguro de responsabilidad civil y otro para circular aparte de personal se seguridad", apunta. Cree que tanta normativa puede influir para que las personas que no tengan mucho poder adquisitivo no participen.