Carnaval 2024

Cámbate la peluca por tan solo un euro

Tres escenarios acogen la programación del Carnaval de Día con variedad de oferta de música entre murgas y ritmos latinos, que aportaron la nota musical

Celebración Carnaval de Día en Las Palmas de Gran Canaria.

José Carlos Guerra

Un puñado de purpurina por dos euros, un diseño de disfraz por 10, el puntito de silicona a tres euros, estrechar el tutú nada más que 1,75 y una cambada de peluca por 1,50 euros. ¡Y ojo! Que no se arreglan pantalones pitillos, en el Carnaval hay que tener un poco de fundamento al vestir. Así es la lista de precios de la Abuela Costurera, en algunos casos un poco subidos por la inflación, no hay que negarlo. Quien piense que detrás de la Abuela Costurera se encontraba una entrañable señora con aguja e hijo está muy equivocado. La doña tiene barba y se llama Elliot Pérez. El joven tenía en mente este disfraz de costurera desde hace por lo menos un año, y es que quería rendir homenaje a la profesión de su abuela, y qué mejor que mientras disfruta del Carnaval de Día celebrado este sábado desde las 16:00 hasta las 21:00 horas. La cita fue un éxito de público congregado principalmente en la plaza de Manuel Becerra.

La fiesta tuvo tres focos muy cercanos. La plaza de Belén María subió a las tablas a las murgas infantiles Biznietos de Sarymanchez, Los Chachitos y Los Trapasitos, a la murga Las Despistadas, primer premio de vestuario, y a la murga Los Nietos de Sarymanchez, primer premio de interpretación del Concurso de Murgas de «Los Carnavales del Mundo». Además, en esta cita y sobre las mismas tablas también lucieron las comparsas Kisamba y Baracoa. En el escenario de la plaza Ingeniero Manuel Becerra actuaron el Grupo Acuarela y Aitor Cruz, y por último, en el escenario de la plaza de los Patos tocaron Salsa7Siete y Furia Joven. 

«No me he sacado más fotos en mi vida», asegura Pérez mientras bailaba al ritmo de la música en la plaza de los Patos. Pasó dos semanas creando su traje compuesto por una mesa colgada a su cuerpo con una máquina Singer de cartón y la caja de galletas llena de hilos que no puede faltar en ninguna casa de abuela. «Han sido dos semanas con el cartón, la goma eva y pegando todo con silicona», recuerda Pérez. «Siempre me he vestido de vieja porque me gusta y en esta ocasión quería hacer un homenaje a mi abuela», asegura. Aunque confiesa que fuera del Carnaval no sabe coser, espera poder empezar en algún momento, quizás para el próximo disfraz.

Rumbo a Venecia

El que sí tiene mano para la costura es Pablo Barroso, que diseñó los disfraces para sus amigos Laura Sardoso, Juan Antonio Naranjo y Javier Pérez. El grupo iba disfrazado de los Carnavales de Venecia siguiendo la alegoría de este año, ‘Los Carnavales del Mundo’. Gracias a unos corsés, rejillas, tutús y unas altas pelucas blancas junto a un maquillaje cargado robaron la atención allá por donde pasaban. Para ellos ya es una tradición disfrazarse a conjunto, y siempre con disfraces muy cuidados con los que han conseguido aparecer en más de una ocasión «en la televisión, en prensa, en todos sitios». «Para mí de momento es el disfraz del que estoy más orgulloso de los que hemos hecho, este, y también el de Catrina», comenta. Aunque aseguraron que el ambiente era bueno, los amigos echaron de menos el Parque Santa Catalina. «No hay Carnavales sin Parque», considera Barroso. «Es muy bonito recordar de dónde viene el Carnaval, pero está mucho mejor en Santa Catalina está mejor situado», opina Juan Antonio Naranjo. Los amigos volverán a utilizar el traje en la Gran Cabalgata, aunque transformado porque cada uno representará a un animal. «Será fácil reconocernos porque también iremos de blanco y si es de noche llevaremos luces», comentan.

Laura Cardoso, Pablo Barroso, Juan Antonio Naranjo y Javier Pérez disfrazados de venecianas.

Laura Cardoso, Pablo Barroso, Juan Antonio Naranjo y Javier Pérez disfrazados de venecianas. / José Carlos Guerra

Tampoco estaban contentos con el traslado a La Isleta el grupo de amigas de Alicia Vega: «Ha sido un caos, ayer [el viernes para el lector] fuimos a la Gala de la Reina y no había taxis ni guaguas, llegamos caminando desde Belén María hasta Santa Catalina, se echa de menos un buen transporte», comentan. Las amigas se disfrazan de pasajeros del Titanic al borde de la hipotermia desde hace 17 años. «Es como el que tiene un fondo de armario, esto es lo mismo pero con un disfraz», comenta Vega. La idea se les ocurrió hace una década viendo la aclamada película. «Como somos tan carnavaleras la vimos y dijimos, pues ya tenemos disfraz». Y no les ha fallado en casi 20 años.

Ingrid Armas diseñó el traje que lucieron las 15 afiliadas del Real Club Victoria, que no faltan a la cita del Carnaval. Querían seguir la temática de este año y aunque no escogieron un Carnaval, sí se decantaron por una fiesta extranjera como es el baile de la rosa de Mónaco. «Lo conocimos por la tele y nos gustó, así que tiramos por esa idea», comentan. «No soy diseñadora ni costurera, pero me encanta hacer los disfraces. Empezó mi madre y ahora me ha dejado el relevo», cuenta Armas. El grupo lleva más de 20 años sin faltar a la cita de la celebración, y en esta ocasión volverán a salir para el entierro de la sardina con el mismo traje, aunque cambiando la capa.

En el centro Ingrid Armas junto a sus compañeras en el Carnaval de Día.

En el centro Ingrid Armas junto a sus compañeras en el Carnaval de Día. / José Carlos Guerra

También siguieron la alegoría el grupo Los Cachorros del Carnaval, que participaron en el Concurso de disfraces adultos, aunque sin premio. A pesar de ello, Juan Manuel Cardos, uno de los miembros, comenta que el galardón es lo de menos, ya que participan para aportar su granito de arena al Carnaval, y sobre todo el color que caracteriza a sus disfraces. El grupo tomó como referencia las carnestolendas de Barranquilla, Colombia. «Queríamos alejarnos de lo típico que siempre suele ser Venecia y Río de Janeiro, y en Colombia se hace mucha mención a diferentes muñecas y nos pareció ideal», apunta. Por ello, tomaron las telas más coloridas, con los estampados más estrafalarios para parecer una auténtica muñeca andante coronada por un gran lazo multicolor y unas hebras de tela amarilla como las habituales en las muñecas antiguas.