CARNAVAL DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 2024

Y con los Caribe arrancó la fiesta

Dos meses después de la muerte de Franco se creaba la primera comparsa en Las Palmas de Gran Canaria y se organizaba el Carnaval de La Isleta, origen de los actuales festejos

La asociación de vecinos, presidida por Manuel García, promovió el evento, que se desarrolló en la primera semana de marzo de 1976

Desfile de la comparsa Caribe por Las Palmas de Gran Canaria.

Desfile de la comparsa Caribe por Las Palmas de Gran Canaria. / LIBRO CUATRO DÉCADAS DEL CARNAVAL

Las obras de la Metroguagua en el parque de Santa Catalina han obligado este año a la organización de Los Carnavales del Mundo a instalar la fiesta en La Isleta, el barrio que recuperó las carnestolendas para la ciudad tras 40 años prohibidas por el franquismo. Al margen de los pro y de los contra que han surgido por su traslado, el regreso del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria a su lugar de origen bien vale una vista atrás para saber cómo se cocieron aquellos primeros festejos.

No había hecho ni dos meses de la muerte de Franco -20 noviembre de 1975- cuando el periódico el Eco de Canarias daba cuenta el 23 de enero de 1976 de la creación de la comparsa Caribe entre jóvenes del barrio de La Isleta de Las Palmas de Gran Canaria. El conjunto formado por 70 componentes entre hombres y mujeres ensayaba en el castillo de La Luz, aunque ya había debutado en la Cabalgata de Reyes. El grupo, en el que había estudiantes y trabajadores, había contado con la Asociación de Vecinos de La Isleta para su formación, y estaban dirigidos por Juan Carmelo Mortell y Juan Domínguez Ganda. La idea era actuar en clubs y casinos de la ciudad, entonces abarrotada de locales nocturnos por el turismo internacional que llegaba a la ciudad buscando el sol y la playa e incluso ya tenían dos relaciones públicas para ello -Mario Henríquez y Ginés Betancor-, pero leyendo las declaraciones entrecomilladas de la periodista Olga C.V., no aludían a nadie en concreto, se detecta que en La Isleta se cocinaba algo.

"Es este un primer intento, aquí en Las Palmas, de hacer una comparsa de tipo carnavalesco. Queremos que se nos conozca, poder actuar en clubs y casinos, todo muy en la línea de los carnavales. La nuestra por supuesto son los aires tropicales. Hemos tenido ya unos primeros contactos y han sido esperanzadores, nos han aceptado muy bien”, manifiesta alguien del grupo, que unas líneas más adelante confesaba que "La idea básica es, con esta comparsa, promover los carnavales en Las Palmas: queremos ser los pioneros. ¿Por qué no puede haber unas buenas Fiestas de Invierno en Las Palmas? Quizá con la comparsa Caribe en movimiento las demás se animen”.

Comparsa Los Caribe.

Comparsa Los Caribe. / LPACARNAVAL

El Carnaval como tal seguía prohibido, pero había logrado camuflarse durante el Franquismo en muchos lugares de la Península y de Canarias, donde tenían gran tradición, como Fiestas de Invierno. Por supuesto, sin mascaritas, salvo a puerta cerrada en la intimidad de las casas y en algunas sociedades recreativas.

Efectivamente, en La Isleta se tramaba algo porque el 12 de febrero de ese mismo año, dicho periódico, que puede ser consultado en el archivo Jable, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, se hacía eco del primer recorrido que la comparsa Caribe efectuaría al domingo 15 de febrero de 1976 por la ciudad, desde el Castillo de La Luz hasta la avenida de Las Canteras.

El periodista José Febles, en su libro 'Cuatro décadas de Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria', señala que los primeros movimientos para celebrar la fiesta empiezan a los pocos días de la muerte de Franco, el 20 de noviembre de 1975, con motivo de las fiestas de la Naval, cuya comisión estaba presidida por Manuel García Sánchez, todo un personaje de la época. Aunque en la conspiración para su celebración oficiaron también otros vecinos como Miguel Padrón, Manuel Rodríguez Costa y otros.

El gobernador civil del momento Salvador Escandell Cortés permitió unas fiestas de invierno a los vecinos de La Isleta, tal y como se hacía en Tenerife desde que Franco prohibió las carnestolendas, pero el presidente de la asociación vecinal Manolo García anunció la vuelta de los Carnavales

Manolo García sería el encargado de reunirse en enero con el entonces gobernador civil del momento -Salvador Escandell Cortés- para pedirle la autorización, aunque este, visto lo que se hacía en Tenerife, permitió unas Fiestas de Invierno, aunque con condiciones: que la organización y vigilancia de los actos estuviera en manos de la asociación vecinal. Pero Manolo García era mucho. Y tras acabar la reunión con Escandell acudió a la prensa del momento para anunciar que el Carnaval estaba en marcha en la ciudad. Y la palabra apareció por primera vez unida ya a Las Palmas de Gran Canaria.

El preludio de lo que serían aquellos primeros carnavales de la ciudad tras el Franquismo, cuyo programa aún no se había anunciado, comenzó el mismo 15 de febrero con el desfile que hizo la comparsa Caribe en la zona del Puerto y Las Canteras. La expectación que formó fue tal, que al llegar a la playa de Las Canteras, tuvieron que darse la vuelta y regresar por la calle Albareda al castillo de La Luz, desde donde el grupo había partido, tal y como se recogía el martes 17 de febrero de 1976 en dicho periódico.

Manolo García, precursor

El 27 de febrero de 1976, la Asociación de Vecinos de La Isleta convocó a los medios de comunicación en el castillo de La Luz para anunciar lo que serían Los Carnavales de La Isleta, tal y como ya se decía en el titular del artículo, sin firma alguna en el Eco de Canarias. Allí se encontraba también el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria Blanco Torrent apoyando la fiesta, en nombre de la ciudad.

El presidente en funciones de la asociación vecinal Manolo García declaró que “después de una larga serie de años nos hemos propuesto que el Carnaval, así llamado y no con subterfugios del sobrenombre de Fiestas de Invierno u otros parecidos salgan nuevamente a la calle, el único protagonista de estas fiestas arraigadas en nuestra isla hasta un extremo tal que fue imposible reducirlas a la nada. A pesar de que no se pudieron celebrar en la calle, el pueblo lo siguió celebrando en las sociedades y en los clubes, y ahora ha llegado el momento de sacar las fiestas de Carnaval otra vez a la calle”. Toda una declaración de principios, que continuaría con la de no “emular a los brillantísimos logros alcanzados en Tenerife” dados sus años de experiencia y tradición, ya que en la isla de enfrente continuaron como Fiestas de Invierno; la de hacer partícipe a todos las agrupaciones carnavalescas de la isla de Gran Canaria y de empezar una tarea con proyección de futuro para que “los que nos sucedan en su momento tengan ya una experiencia adquirida y para que el pueblo de este Puerto de La Luz y de la ciudad de Las Palmas pueda manifestarse en la calle, como lo hacen otros pueblos y ciudades”. Y, por supuesto, “aportando un motivo de atracción turística a la ciudad, de lo que tan necesitado está.”

Manuel García Sánchez, presidente de la asociación de vecinos La Isleta, y promotor del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria.

Manuel García Sánchez, presidente de la asociación de vecinos La Isleta, y promotor del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria. / LIBRO CUATRO DÉCADAS DEL CARNAVAL

Manolo hacía un llamamiento a la colaboración ciudadana para que con “su presencia, participación y entusiasmo” propio de las fiestas hicieran posible el éxito de las mismas, pero también un ruego a los ciudadanos para que en todo momento se mantuviera “un comportamiento cívico con el fin de no restarle lucidez a las fiestas” y para que al ser las primeras, tras la prohibición, no se diera motivos a las autoridades para volverlas a censurar.

El Carnaval de La Isleta, promovido por los vecinos del barrio de Las Palmas de Gran Canaria, contó desde el primer momento con el apoyo del Ayuntamiento de la ciudad, el Cabildo insular y diversas instituciones públicas y privadas

Los festejos fueron apoyados por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, pero también por el Cabildo de Gran Canaria y otras instituciones públicas y privadas. Los Carnavales se celebraron en la primera semana del mes de marzo de 1976. La escueta programación se circunscribió a las actuaciones de la comparsa Caribe, las murgas 'Los pobres reunidos S.A.' – de La Isleta- 'Eso es lo de menos' y 'Los Isleños S.L.' y los gaiteros de la Casa de Galicia en el castillo de La Luz. Y de un sábado de Cabalgata, desde el Muelle Grande hasta el parque de Santa Catalina y regreso por la vía del Muelle de Rivera.

El concurso de elección de la reina, ni se incluyó en el programa, aunque se coronó a Rosa Delia González Santana, de 16 años, en el castillo de La Luz

Ni siquiera se mencionó en el programa el concurso a Reina del Carnaval, aunque sí tuvo lugar su elección en el castillo de La Luz entre cinco jóvenes del barrio durante aquella semana.

Rosa Delia González Santana -segunda por la izquierda-, primera reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria en 1976.

Rosa Delia González Santana -segunda por la izquierda-, primera reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria en 1976. / LA PROVINCIA/DLP

La primera reina fue Rosa Delia González Santana, de 16 años de edad, con un vestido de María Antonieta confeccionado por su propia madre. Recibió un palo de escoba y un ramo de flores; cosas de la época,

La afilarmónica tinerfeña Ni fu ni fa en el desfile

El acto más multitudinario fue la Cabalgata del sábado 6 de marzo que contó con la participación de 17 carrozas, varios grupos de personas disfrazadas, la Casa de Galicia y murgas y comparsas de diferentes puntos de la isla como Los Chivichangas, Los Tupios, Amnistía y la Los Maniceros, de Telde; Los Palmatorias, Chambos y Los Astemios de Gáldar, y Los Bullangueros, Los Atrevidos y Los Maracas de Agete.

Desde Tenerife llegarían la Afilarmónica Ni Fu ni Fa; la primera dama de honor de Tenerife, Los Federales de Abona, la comparsa Los Brasileiros y Charlot, así como la murga infantil Ni pico ni corto.

La Cabalgata se celebró sin incidencias salvo la aparición de unas octavillas de "tipo subversivo", según contó el Eco de Canarias el 7 de marzo de 1976. Todo fue fiesta y diversión, y de este modo arrancaron los festejos más multitudinarios de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, hoy declaradas de Interés Turístico Internacional.