Los primeros en levantar el campamento junto a la taquilla, que se ubica en uno de los laterales del escenario de Las mil y una noches, llegaron el pasado domingo a las 12 del mediodía. A ellos se les fueron sumando, a lo largo de los tres días después, numerosas personas que, en grupos o en solitario, se apuntaban a la espera para no quedarse fuera del recinto el próximo 20 de febrero. Finalmente ayer, desde muy temprano, se podía observar una larga cola que en determinados momentos daba la vuelta al edificio Miller, dando la sensación de ser algo interminable. Más de mil personas pasaron por Santa Catalina con su dinero en efectivo en mano y las ganas de jarana en el espíritu. La cosa iba relativamente rápida. "¿Cuántas y dónde?", fue la pregunta más escuchada durante más de tres horas. Y aún así, hoy, todavía quedan unas 10 entradas a la venta por 15 euros para ver la gala Drag Queen dentro de algo más de una semana.

3.000 entradas a la venta

A las nueve de la mañana comenzó la ansiada actividad en el mostrador. La familia Camacho y sus compañeros de aventura fueron los primeros en plantarse ante él y hacerse con los tiques. A esa misma hora comenzó también la venta online. En total, 3.000 entradas se pusieron a disposición de aquellos interesados en asistir a uno de los eventos más esperados de las carnestolendas, que podían adquirir por 15 euros y, como máximo, cuatro por persona. La mitad estaba casi vendida vía Internet a la media hora de salir a la venta. Para las 1.500 restantes que se despachaban en la pequeña caseta blanca se esperaba el mismo destino. "Lo normal es que en unas tres horas se hayan vendido todas", apunta Patricia Ramos dentro de la taquilla recordando la experiencia de otras ocasiones. "No sé qué ha podido pasar este año", confiesa mientras cierra las cuentas que se han generado en la mañana.

En una hora, la cifra de tiques vendidos se paraba en los 371. De ellos, 18 fueron a parar a la familia de Rafael Díaz Navarro. Llegaron Telde a las seis de la tarde del día anterior [el martes] y gracias a que trabajan juntos en un negocio familiar pudieron permanecer en la cola hasta el momento de la compra. La espera "merece la pena", señala junto a Omar Torres, Laura Alvarado, Joana López y su madre Rosa María Navarro -quien casi se queda sin gala porque por error, después de las horas en la fila, compraron una entrada de menos-. Como en ocasiones anteriores, volverán a estar el día 20 en la última fila de la segunda grada, desde la que aseguran "se ve genial" y donde, además, van a "estar a tope".

La idea era no cerrar hasta que se hubiesen vendido las localidades disponibles, pero la realidad es que a las 13.30 horas se dio por finalizada la primera parte de la jornada con 1.093 tiques expendidos. Antes de bajar el toldo de la taquilla hasta la tarde, Belén y Klaus, que apenas acaban de llegar a la Isla desde Alemania, compraron un par de boletos para ver un espectáculo del que aseguran tener buenas referencias. "Nos dijeron que era muy difícil conseguir entradas, así que cuando pasamos por aquí y vimos la cola aprovechamos para adquirirlas".

Muy pocos minutos después de que los alemanes saliesen victoriosos del mostrados, le llegó el turno a Ayoze Silva. "No he tenido que esperar mucho", confiesa el joven que en otras ocasiones ha esperado desde las siete de la mañana a que abriese la taquilla. "Hoy he venido desde Telde porque me ha avisado mi novia", explica con cierta sorpresa al haber conseguido el par de entradas cuando "otros años, a las 11 y media de la mañana ya no quedaba ni una".

Sorprendido también estaba Ángel Luis Olivares por una compra que para él había sido "de película". Su odisea personal comenzó a las nueve de la mañana, frente a su ordenador -porque ya está "mayor" para irse desde por la noche- , sin perder de vista los movimientos que se producían en la página web. "Las iban poniendo en bloques, pero al final pude comprar dos". Al mismo tiempo su novia, Marta Naranjo, acudía al parque de Santa Catalina, logrando hacerse con otro par de entradas después de unas tres horas. "Ahora venimos y nos damos cuenta que todavía podemos comprar y encima son en platea, en la misma zona en la que ya teníamos las otras", comenta con los tiques que son para algunas compañeras de trabajo y que sigue sin salir de su asombro por la proeza de esta edición.

Por la tarde también se abrió la taquilla y, a pesar de que no se formaron grande colas, se vendieron casi todas las localidades. "Aún quedan diez sueltas", aclaran desde el interior de la caseta. Asimismo, todavía se pueden comprar pases para ver la gala de elección de la Reina del Carnaval de Las mil y una noches, así como para asistir a la preselección de los drags, que tendrá lugar el próximo lunes.