Hotel Meliá Oceanic. Apenas han transcurrido un par de horas tras la derrota del Herbalife Gran Canaria frente al Casademont Zaragoza. Juanra Marrero y Berdi Pérez, director ejecutivo y director deportivo -respectivamente- del club claretiano, se acercan con un sobre a Fotis Katsikaris. El trato, frío, barrunta jaleo. Tras un breve intercambio de palabras, ambos le comunican al entrenador griego que, pese a firmar el verano pasado un contrato que le ligaba durante dos años a la entidad insular, la próxima temporada no continuará en el Granca.

En la conversación, con la herida por el tropiezo ante el Casademont Zaragoza aún abierta y a 48 horas del partido más importante de la temporada -una victoria ante el Valencia Basket metería al equipo amarillo en la semifinales de la Fase Final de la Liga Endesa-, Marrero y Pérez le notifican al entrenador griego la ejecución de una cláusula que permite al club claretiano cortar la relación entre ambas partes antes del 25 de junio -la fecha límite, por tanto, es hoy-.

El diálogo no va más allá. Katsikaris, que pide explicaciones, encuentra los argumentos de la decisión en una breve carta redactada por Berdi Pérez. En la misiva, el ejecutivo justifica la rescisión del contrato por no haber alcanzado los objetivos deportivos del curso. O lo que es lo mismo: no haber clasificado al Granca en la Copa del Rey y ni dejarlo al final de la liga regular entre los ocho primeros clasificados -pese a estar, hoy, a una victoria de las semifinales de la Fase Final por el título-.

Katsikaris, tras conocer la resolución de su contrato, ha puesto el asunto en manos de sus abogados con la intención de reclamar en los Juzgados el sueldo de ese segundo ejercicio. El técnico ateniense entiende que, al disputar la Fase Final de la ACB, ha cumplido con uno de los objetivos que el club presenta como justificación -llevar al equipo hasta el Playoff por el título- para acreditar su despido. Y la apuesta del entrenador cobraría más sentido si cabe si mañana, al final, el Granca se mete en las semifinales del torneo que decidirá el campeón de la ACB.

El caso adquiere un punto paradójico si se tiene en cuenta que Katsikaris, para defender su segundo año de contrato, ha utilizado los mismos argumentos que desliza Berdi Pérez -la persona que le despide- para defender su renovación como director deportivo de la entidad claretiana.

Francisco Castellano, consejero de Deportes del Cabildo -propietario del Granca-, ha deslizado que la vinculación contractual de Berdi Pérez no se prorrogará un año más por la ejecución de alguna de las dos cláusulas que contemplaban esa opción de manera automática: la clasificación del equipo claretiano a la Copa del Rey o el Playoff por el título.

Mismos argumentos de Berdi

El director deportivo del Granca, al igual que sostiene Katsikaris, entiende que la presencia del conjunto amarillo en la Fase Final -con opciones de meterse aún en las semifinales de la carrera por el título- valdría para renovar automáticamente por una campaña más su contrato.

No ha sido un año fácil para Katsikaris, que el verano pasado se enroló en el proyecto del Granca tras abandonar la NBA. El entrenador griego, que ejercía como asistente en los Jazz de Utah, fue el elegido por el propio Berdi Pérez para reemplazar a Pedro Martínez, tras la espantada del técnico barcelonés, que rompió su contrato para fichar por el Baxi Manresa.

Katsikaris llegó a un equipo que, pese a lo que le habían prometido, no jugó en Europa. Ese hándicap condicionó la confección de una plantilla que, bajo el mando único de Berdi Pérez, a lo largo de todo el curso ha mostrado muchas carencias: Omar Cook ha ejercido durante buena parte del año como único base -la apuesta por Fabio Santana ha sido mínima y Demonte Harper no ha cuajado como uno- y el exceso de aleros -Beirán, Okoye, Rabaseda y Paulí- ha descompensado una rotación que ha ofrecido una producción irregular.