El Granca concilia en Trento su superioridad en la Eurocup (73-87)

Los claretianos suman su tercer triunfo en la competición continental y continúa líder de su grupo

Entre Brussino (24) y Landesberg (22) suman 46 puntos

David Rodríguez

David Rodríguez

Victoria lograda a base de fogonazos la que consiguió el Dreamland Gran Canaria en su visita a Trento. Da la sensación de que este equipo va tan sobrado en la competición continental que a poco que quiere dominar los encuentros lo lleva a cabo. Sin embargo, esa superioridad le va penalizando por momentos en los partidos. Así, en Italia vivió una montaña rusa de emociones para anotarse el tercer triunfo de la fase de grupos por 73-87.

Que cada partido de la competición continental es un correcalles no va a ser una sorpresa a estas alturas de experiencia del conjunto claretiano en la Eurocup. Las defensas casi que brillan por su ausencia hasta las eliminatorias y es tiempo para que los anotadores saquen a relucir todo su arsenal de virtudes ofensivas.

Y así, si en los primeros 20 minutos Brussino ya llevaba 22 puntos en su haber con 6 de 7 en triples; en el último cuarto Landesberg se puso manos a la obra y añadió otros nueve a los 13 que había anotado en el primer cuarto. Entre los dos exteriores lograron el triunfo en la cancha italiana para compensar las desconexiones vividas a lo largo del partido, en especial entre el segundo y el tercer cuarto.

Porque entender que Europa es un oasis para lo metepuntos y en Trento, ante un equipo que es un regalo defensivo, desde el comienzo del encuentro se pudo intuir la carnicería en la que se iba a convertir el partido. 31 puntos anotados por parte amarilla, de los que entre Brussino con cuatro triples impolutos, y Landesberg con otros tres para sumar 13 puntos, se combinaron para sumar más puntos que el equipo local. 12 del argentino y 13 del escolta sumaban 25, por 20 de los transalpinos.

Sin embargo, como suele ocurrir durante la presente temporada, al Granca le da por entrar en un túnel sin luz en la carretera de la autocomplacencia que da vidas extras a sus rivales. Se ve tan superior a veces a sus contrincantes que le cuesta disgustos. Así le pasó en Girona, cuando salió trasquilado, y así le suele ocurrir en casi todos los tercer cuartos del curso.

Esta vez, se adelantó la pájara un periodo antes y en los siguientes cinco minutos jugados en el Il T Quotidiano Arena el parcial fue de 15-5 para los locales, y para desesperación de Jaka Lakovic, que esta temporada se le está notando más cabreado que nunca con sus jugadores.

Sobrevivió el Gran Canaria antes de llegar al descanso gracias a su acierto desde la línea de tres al anotar cuatro en todo el cuarto. Aun así, tal y como confirmó Paul Bighlia a la televisión con derechos del torneo, era el plan del Trento. “Tenemos que forzarles a que tiren más de tres puntos”, comunicaba el pívot italiano.

Tres triples anotados para añadir 13 puntos en los diez minutos disputados por 21 de los italianos, lo que dejó el marcador en un apretado 41-44 para el Granca, después de que los de casa supieran cómo encontrar el pasillo hacia la canasta claretiana con continuas penetraciones sin que ninguno de los pívots guardara sus dominios.

Cuestionado Landesberg sobre cuál era el plan a seguir a la reanudación del choque, el escolta, apuntó a que debían “mejorar en el pick&roll”, en clara alusión a que los cincos amarillos se pusieran las pilas en el tercer cuarto para que controlaran los emparejamientos de los italianos con sus exteriores lejos del aro.

Vuelta a los pecados capitales

De vuelta del vestuario, regresó la divinidad de Brussino para anotar siete puntos en los primeros instantes del cuarto, que añadidos a cinco de Lammers en un abrir y cerrar de ojos volvió a poner al Gran Canaria con una cómoda renta 48-58. Regresaba la barrera de la decena al haber amarillo y regresaba la autocomplacencia como consecuencia.

De ese +10 en el ecuador del tercer cuarto, las grietas en la pintura insular se multriplicaron, sobre todo cuando está Ethan Happy Pierre Pelos sobre el parqué. En el comienzo de temporada ambos interiores están dejando que desear con su implicación defensiva.

Basta con analizar un secuencia de menos de cinco segundos para entender los despistes que comete el Dreamland que le cuesta una barbaridad de puntos en contra. Pelos fue incapaz de defender una penetración de Udom, que no había hecho nada hasta el momento, le concedió la canasta fácil y como consecuencia de su impotencia quiso sacar rápido de fondo y le entregó directamente el balón al pívot rival de nuevo. Canasta y por desesperación, tiro libre adicional. En un pestañeo el Trento sumó cinco puntos, que añadió al triple final del propio jugador para ponerse por delante en el tanteador por primera vez en el partido (64-62).

Sin embargo, en el último cuarto regresó la versión sobrada del equipo amarillo. Al igual que los anotadores tomaron el protagonismo en el primer cuarto, ahora, 20 minutos después fue el momentos de Sylven Landesberg para cocinarse las jugadas desde la más absoluta individualidad y añadió nueve puntos en su haber para un total de 21.

Con Lammers en la cancha el equipo claretiano conjuga mejor el verbo defender y da rienda suelta a sus generadores para anotar canastas con mayor soltura en la cancha rival. Así, el Dreamland se soltó la melena y sumó su tercer triunfo en la fase de grupos a medida de no encajar y firmar un parcial 2-11 para el defintivo 73-87 en los últimos tres minutos del partido.

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