El Aula Wagner inició ayer su andadura en el Paraninfo de la Universidad de LPGC con un homenaje a la figura de Rafael Nebot, miembro del consejo rector de la citada aula y fallecido en agosto pasado. Isabel Pascua, vicerrectora de Cultura y Deportes, fue la encargada de presidir el acto institucional y Sonia Mauricio, su directora, de realizar una ofrenda a Rafael Nebot y precisar los objetivos de este aula que nace "por la necesidad de que haya lugar para el debate, el estudio, la investigación y la difusión de Wagner y el pensamiento estético", señaló.

Para la directora del Aula, esa apertura al pensamiento estético engloba una reflexión no sólo de las artes ya consolidadas como la música, pintura, arquitectura, poesía, literatura o escultura, sino de otros lenguajes como el cine, la fotografía, el cómic o el diseño. Sonia Mauricio también se refirió a la figura de Rafael Nebot y recordó que fue precisa una gran pasión artística como la suya para que la lucha diaria con la burocracia de la gestión cultural le permitiese la búsqueda de la música y el arte como el tesoro más preciado que traer a su tierra, logrando el reto más complicado como director del Festival de Música y luego del Teatro Pérez Galdós de situar a Canarias al nivel de la Europa de Salzburgo o Baireuth y estrechar lazos con el mundo.

Guillermo García-Alcalde, miembro del consejo rector del Aula, leyó la lección inaugural titulada Wagner y la literatura española del siglo XVIII sobre la apasionada frecuentación por Richard Wagner de la obra narrativa de Cervantes y la dramática de Calderón de la Barca. La altísima valoración en que tenía a estas dos figuras centrales de la lengua española, arrancaba de la admiración de Goethe y pasaba por Schopenhauer, filósofo romántico muy influyente en Wagner. La lectura en alta voz de Cervantes y Calderón fue habitual en las reuniones de la residencia de Wagner y Calderón deja sentir su huella en los dramas musicales, de los que el conferenciante destacó Sigfrido y Parsifal como más vinculados a la estela del gran dramaturgo y poeta español. El acto concluyó con el concierto del barítono alemán Dietrich Greve y el pianista canario Iván Martín sobre obras de Wagner y Brahms.