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Rafael Sánchez-Araña estrena con la OFGC el Requiem «esperanzador» de Luigi Cherubini

El maestro dirige a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria este viernes en el Auditorio Alfredo Kraus | El programa lo completa la ‘Suite Checa’ de Dvorák

La Orquesta Filarmónica de Gran Canaria y el Coro OFGC ensayando bajo la dirección de Rafael Sánchez-Araña. LP / DLP

Rafael Sánchez-Araña estudia las partituras por las que sus ojos persiguen la luz cegadora de Luigi Cherubini para conducir por primera vez el Requiem en Do menor con la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria y el Coro de la OFGC. En esta ocasión, la cita la completa la Suite Checa de Dvorák en un relato donde la festividad y la mirada contemplativa se combinan en esta cita musical. El estreno se realizará el viernes 1 de abril en el Auditorio Alfredo Kraus a las 20.00 horas y el sábado 2 de abril en el Teatro Auditorio Agüimes a las 19.30 horas con una pieza central que, en las palabras del director asistente, «eleva a tener un poco más de esperanza, sobre todo en estos momentos donde es tan necesaria». 

Luigi Cherubini compuso en 1816 la misa de difuntos por encargo de Luis XVIII en honor a su hermano Luis XVI, quien murió guillotinado, tras la caída de Napoleón y recién restaurada la monarquía francesa. «Cherubini vivió entre el clasicismo y el romanticismo, por lo que refleja este momento», recuerda el maestro. «Además, Beethoven, contemporáneo del italiano, dijo que si hubiera tenido que escribir un requiem, se hubiese fijado en este». Entre las particularidades de la obra, ideada en la época de madurez del florentino, destaca que omite la voz solista y hace recaer el peso vocal en el coro. «Después de una etapa dedicada a la ópera, el compositor quiso alejarse de este registro y decidió centrarse en el mensaje absoluto del texto, haciéndolo a través del coro», detalla, como la escritura vertical está mediada por los dúos dentro conjunto entre los tenores y sopranos o los bajos y contraltos.

Dvorák y los sonidos folclóricos

La Orquesta Filarmónica de Gran Canaria lanza dos propuestas de inusitada fuerza que, en el caso de la primera, ha quedado ensombrecida por la popularidad de otros requiem como el de Mozart, Brahms o Verdi, a pesar de haber sido nombrada el «requiem de requiem». La apuesta del director artístico de la OFGC Chichon se trata de «una obligación por rescatar composiciones que no son tan interpretadas y, sin duda, son obras maestras». Razón por la que, al margen de de la Sinfonía del Nuevo Mundo, las Danzas eslavas o el Concierto para violonchelo, la Suite Checa, escrita en 1879, viene a completar esta apreciación: «La Suite pasó bastante desapercibida después de componer la Serenata para cuerdas y para vientos, aunque fue apodada de esta forma porque está fuertemente influenciada por la música popular checa, como la polca o el minueto», resalta el director. «Aquí Dvorák está en su máximo esplendor».  

Con motivo de la actividad itinerante de la OFGC, el evento recala en Agüimes, cuna de Sánchez-Araña. El firme compromiso por divulgar el patrimonio musical la ha trasladado por los 21 municipios a lo largo de su trayectoria: «Es una obligación moral y una necesidad que tiene la sociedad grancanaria de disfrutar y aprender de su Orquesta». El artista destaca de este público sus ganas por dejarse sorprender, prefiriendo que la espontaneidad llene el espacio y, si hace falta aplaudir, que lo hagan. Recuerda que al estrenar Carmen en la Ópera de Lituania la audiencia no respondió a ningún aria, lo cual es costumbre, hasta levantarse al final con una ovación de quince minutos. «Es cierto que en el escenario estás muy concentrado, pero no podemos cohibir a los asistentes, es más, como artista agradezco ese gesto, por otra parte, vemos que poco a poco la norma -que data del siglo XVIII- está cambiando». 

La música como agente transformador

La transformación es permanente en el panorama artístico, por lo celebra la aparición de formaciones como la Orquesta Comunitaria de Gran Canaria. «Ojalá sean muchas más puesto que, independientemente del nivel musical, se logra una cuestión social al interpretar: respetas, escuchas, esperas y entras, te pones de acuerdo y trabajas en equipo; la música es el único arte con el que puedes sentir, empatizar y nos hace sensibles y empáticos, es decir, nos hace mejores seres humanos».

En ella sigue profundizando su trayectoria como director tanto en el ámbito lírico como sinfónico. Después de dirigir la ópera Don Pasquale en la 55º temporada del Teatro Pérez Galdós, viajará con la Orquesta de Cambra de Mallorca y la Orquesta Ciudad de Granada con el fin de lograr un equilibrio en su formación que le proyecte a nivel internacional a la vez que refuerza su aprendizaje al frente de la Orquesta Sinfónica de Las Palmas. 

Contempla a la OFGC, con quienes ha atravesado un tiempo difícil que aún persiste con las distancias entre los intérpretes y el uso de la mascarilla por parte de los cantantes, aunque espera que pronto se normalice la situación. Toca encarar esos últimos 38 compases con un morendo donde Cherubini «busca la salvación eterna» en el Agnus DeiBerlioz quedó impresionado por esta introspección sacra, así espera el maestro que ocurra en la Isla.    

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