Danza

La compañía vasca Dantzaz busca nuevos bailarines en Gran Canaria

Sus miembros ofrecen el sábado, en el teatro Pérez Galdós, el estreno mundial de ‘Distirak’

La compañía vasca Dantzaz realizó ayer una audición a un grupo de seis bailarines grancanarios, de entre 18 y 23 años, en el Teatro Pérez Galdós, con el objetivo de ofrecerles una beca para que puedan estudiar en su sede en Rentería durante uno o dos años. La compañía, de 22 años de historia, que se centra en promocionar el contemporáneo y que ha acogido a 150 bailarines de todo el mundo, ofrecerá un estreno mundial este sábado, 27 de enero, a las 20.00 horas, en el teatro Pérez Galdós.

Todo esto se completa con un extenso trabajo de desarrollo de públicos que involucra a un colegio de la capital grancanaria, San Ignacio de Loyola, y cuyo alumnado, de 5º y 6º curso, participa en un proyecto de creación coreográfica con los profesionales de la compañía durante esta semana.

Para esta cuarta visita al coliseo grancanario, Dantzaz, por tanto, ha decidido crear más lazos de unión con la Isla. y el montaje de este sábado, titulado Distirak, estará compuesto por tres piezas de tres destacados coreógrafos europeos: Giovanni Insaudo, Alexandros Stavropoulos y Sarada Sarita.

Bailarines

La compañía realizó ayer una audición a bailarines de la isla a los que ofrecerá becas combinadas con contratos de artista para una estancia de uno o dos años en el País Vasco. Su director general, Fernando Sáenz de Ugarte, recuerda que «llevamos viniendo tres años seguidos a este teatro para representar nuestras obras». Pero como «este año traemos un estreno también quisimos añadir otras actividades». Según Sáenz de Ugarte la danza contemporáneo no es fácil en España por un motivo histórico. «Los años de gran desarrollo del contemporáneo en Europa fueron los del oscurantismo en nuestro país. Y la danza tampoco formó parte de la Transición como el arte o la música o el teatro», añade. Aparte de que a la danza «la tenemos muy ligada al ballet y a las danzas tradicionales de las regiones».

Los seleccionados estudiarán durante uno o dos años el contemporáneo en la sede en Rentería

Sin embargo, Dantzaz es una asociación creada para el desarrollo de este arte. «Damos la oportunidad a jóvenes bailarines para que puedan comenzar sus primeros contratos en el mundo profesional», señala. «Y contratamos a coreógrafos de todo el mundo para hacer distintas piezas». Unas obras que tienen que tener el requisito des que sean «disfrutables por todo tipo de público». El director general añade que también «trabajamos en la creación de público, y por eso vamos a la escuela y los niños hacen sus propias creaciones», algo que es fundamental «para hacer que el sector se vaya poco a poco desarrollando».

Los bailarines seleccionados tras la audición «entran en Dantzaz y tienen un contrato de un año y, si todo va bien, siguen otro». Una vez dentro, «trabajan las siete horas al día con un programa que incluye clases, entrenamientos y el material coreográfico». Los bailarines seleccionados ayer empezarán, probablemente, a partir del verano «porque es cuando hay gente que le toca por salir porque ya han cumplido su estancia». E irán entrando, «según sus características físicas en piezas apropiadas para ellos». En cuanto al programa que ofrecerán el sábado «es siempre variado y fiel a lo que se hace en Europa ahora mismo».

Equipo

Por su parte, la directora de bailarines, Adriana Pous, añade que «hemos llegado y entendido que el teatro Pérez Galdós tiene muy buen equipo para hacer un estreno», pero la semana previa «ofrecemos varias actividades; una es trabajar con una escuela local que formará parte del espectáculo el viernes previo al estreno».

A la audición de ayer se presentaron las bailarinas Lucía Castellano, Andrea Ramírez, Judith Sosa, Agustina García y Ainhoa Jiménez, y el bailarín Antonio Javier. La mayoría se enteraron por redes sociales y reconocen que envían todo a todo lo que surja. «Yo busco huir, aquí todo se queda pequeño, siempre son los mismos trabajos, las mismas gentes, y hay un momento en que te pide el cuerpo el querer irte», señaló Agustina García. «Al ser islas nos conocemos todos y enriquecerte de otros intérpretes, con la desventaja de que aquí no hay conservatorio de música, mientras que en la península hay muchísimos, y hay más posibilidad. Yo me fui a los doce años a Madrid para poder estudiar en el conservatorio», afirmó Judith Sosa. «Son muchos costes, porque es ir a un conservatorio con tu fisioterapeuta, médico, masajista, material de danza, etc. Pero antes a nivel institucional si daban becas», aclaró Lucía Castellano. «En Canarias hay menos oportunidades y al tener una prueba como esta no puedes decir que no. Hay que probar, darlo todo y que vean tu talento», afirmó Ainhoa Jiménez. Todas realizaron unas pruebas de barra de ballet clásico, que es la base de todos los estilos, en la primera parte de la audición. 

Representa en el coliseo grancanario obras conforme a las tendencias actuales europeas

Con respecto al montaje del sábado, Distirak, el espectáculo empieza con los diez bailarines de la compañía montando la escena como si fueran técnicos, en una coreografía llena de ritmo y de fuerza llamada Staff. Ellos son Estebe Abrisketa, Nerea Bakero, Mariona Carrasco, Margot Castro, Efrén Colomer, Filippo Cosso, Inés Costa, Clara Esteban, Alissa Kouzmenkov, Lele Mazzella, Maitane Picabea, Iñigo Rementeria y Ricardo Vasquez. La coreografía consistirá en poner todo el atrezzo hasta que quede mágicamente habilitado para recibir la siguiente pieza.

Sin pausa, bailarinas y bailarines representarán en la segunda coreografía unas figuras que se construirán desde elementos tradicionalmente ligados a lo femenino: movimientos, voces, colores, vestidos. La pieza, llamada Pink, pretende hacernos repensar sobre los clichés, y sobre todo, disfrutar de las evoluciones de la compañía en el escenario. Por último, todo ello dará paso a Verdantz, que nos lleva a la naturaleza y a las culturas indígenas, en las que la compañía nos hará viajar por un mundo-selva en constantes círculos y progresiones, para dar fin al espectáculo en un mensaje de esperanza.

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