Conocer para conservar la memoria

La coordinación institucional y la divulgación se alzan como elementos esenciales para proteger el patrimonio en las Islas

La artista Vanessa Alice posa con su pintura en una casa patrimonial del siglo SVIII en Lanzarote.

La artista Vanessa Alice posa con su pintura en una casa patrimonial del siglo SVIII en Lanzarote. / La Provincia

Iván Alejandro Hernández

Iván Alejandro Hernández

Durante su viaje a Lanzarote, una casa blanca llamó la atención a la artista francesa Vanessa Alice. No solo decidió pintar una de sus paredes, subió el proceso a sus redes (con más de 80.000 seguidores) y posó con su obra el pasado 19 de enero. Lo que en sus palabras era “un regalo” a la isla que daba “atención" a una “ruina que casi nadie conocía ni miraba”, suponía un atentado contra el patrimonio incluido en el catálogo arquitectónico de Teguise. Sin saberlo, había dañado a un inmueble del siglo XVIII y uno de los pocos ejemplos de la arquitectura doméstica tradicional y característica del entorno rural de Lanzarote. Y el Cabildo tramitó la correspondiente sanción: hasta 3.000 euros y la restauración a su estado original.

El caso supone una de las muchas infracciones leves contra el patrimonio que habitualmente se atribuyen al desconocimiento de lo que, precisamente, es parte de la historia y la memoria de las Islas, pues la estructura, de propiedad privada, presenta un estado de abandono y carente de protección o señalética de ningún tipo. "Este tipo de casos ponen en evidencia la existencia de patrimonio abandonado (...). Hay estructuras patrimoniales que se están cayendo a pedazos por toda Canarias", señala Jaime Coello, director de la Fundación Telesforo Bravo-Juan Coello, que entre otras acciones, se dedica a la preservación del patrimonio.

Como ejemplo, Coello expone uno que para él es paradigmático: la Casa Amarilla, en Puerto de La Cruz (Tenerife), un Bien de Interés Cultural que fue un centro de experimentación con primates, cuya "fachada está en un estado ruinoso y como siga así le quedará poco tiempo". También cita la Casa de La Costilla, una vivienda de arquitectura tradicional en el municipio de La Oliva (Fuerteventura), por estar "absolutamente vandalizada de arriba a abajo" y en evidente estado de abandono. "Tenemos un serio problema en Canarias con las personas que se dedican a pintar pensando que cualquier sitio es su lienzo", lamenta Coello, quien demanda acciones de concienciación y protección en ese sentido.

Un ejemplo contrario lo representa La Fortaleza, en Gran Canaria, un Bien de Interés Cultural del pasado aborigen por el que ha apostado el Cabildo para ponerlo en valor y convertirlo en un parque arqueológico. "Es un buen ejemplo porque ha sufrido una transformación. La cueva túnel se usaba para hacer asaderos y ahora se visita con el objeto de aprender sobre el pasado", explican desde inspección del Servicio de Patrimonio de la Corporación Insular. No solo se evitan atentados en la zona, también se fomenta la investigación y la divulgación educativa.

La isla tiene inventariados 1.200 yacimientos arqueológicos y 10.000 bienes etnográficos, además de bienes arquitectónicos, conjuntos históricos o bienes de interés cultural. "Más que apostar por la vigilancia y el control, queremos apostar por la educación y concienciación", remarca Inspección. Las infracciones al Patrimonio llegan al servicio, fundamentalmente, por tres vías: las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, como la Policía Canaria o el Seprona de la Guardia Civil; la ciudadanía o las actuaciones de oficio del propio Cabildo. Y en los últimos años, la ciudadanía cada vez denuncia más.

"Gran Canaria está bastante destacada a la hora de proteger y divulgar sus yacimientos", remarca Coello. Además, reconoce el esfuerzo de reforzar las plantillas de patrimonio cultural con personal preparado y especializado en el Gobierno regional. Pero lamenta que en la política patrimonial los cabildos vayan a distintas velocidades. "Se tiene que hacer desde toda Canarias, no cada isla por su lado porque la pérdida de patrimonio es un problema bastante grande que nos debería preocupar porque se nos va una parte de nuestra historia", apunta.

Por ello reivindica más coordinación entre las instituciones al tiempo que reivindica trabajar de cerca con la población y destinar más fondos a la vigilancia. "Si todos entendemos que eso es un valor que hay que proteger, es mucho más difícil que se produzcan actos vandálicos". Como símil, Coello recuerda que en sus charlas sobre el asunto en el ámbito educativo siempre repite que "cuando se destruye un grabado arqueológico o un elemento del patrimonio en Canarias, es como si estuviéramos destruyendo la Mona Lisa, Los Girasoles o La Noche Estrellada. Es exactamente lo mismo (...) Mientras no entendamos como pueblo que eso es una parte de nuestra identidad con independencia de cualquier tipo de ideología, no vamos a conseguir el objetivo de una protección efectiva".