Letras

El ‘Platanal’ cobra vida

Escritores, profesores y alumnos funden arte con literatura en la sala Ámbito Cultural a través de cinco historias inspiradas en el emblemático cuadro de Felo Monzón

Obra ‘Platanal’ de Felo Monzón en el que se inspiraron los cinco escritores para crear sus historias.

Obra ‘Platanal’ de Felo Monzón en el que se inspiraron los cinco escritores para crear sus historias. / LP / DLP

De los actos que se han celebrado con motivo del 114 aniversario del nacimiento del pintor grancanario Felo Monzón habría que destacar un original encuentro que tuvo lugar ayer en la sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés. Escritores, profesores y alumnos recrearon una historia alrededor del cuadro ‘Platanal’ del artista indigenista en unos textos llenos de imaginación pero que podrían ser más reales de lo que parecen.

Eran cinco textos de ficción. Pero la fuerza que desprendían cada uno de ellos crearon la duda de si en el fondo había algo de realidad en aquello. Todo sucedió ayer, en la Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés, en un encuentro titulado Obra Platanal. Pinceladas literarias para Felo Monzón y dentro de las actividades que el pasado jueves y viernes se realizaron con motivo del 114 aniversario del nacimiento del pintor indigenista. 

Fue una velada literaria inspirada en uno de los cuadros más emblemáticos de uno de los pintores más importantes surgidos en el Archipiélago e intervinieron el escritor y catedrático Francisco Quevedo; la nieta del artista y profesora Mercedes Monzón; la profesora Naira Suárez; la alumna de la Eso Grizel Rodríguez: el profesor y escritor Juan Sosa, y la profesora y escritora Elizabeth López. 

Fue, precisamente, Mercedes Monzón, la que actuó de maestra de ceremonias mostrando su deseo de que estas Pinceladas literarias se conviertan en una rutina todos los años sobre diferentes cuadros del artista. Monzón habló de los recuerdos literarios relacionados con su abuelo «con quien en casa de mi abuela me leía obras literarias sentados en la mecedora» y recordó que la parte indigenista de su obra «parece salida de un cuento, cercano al realismo mágico con esas mujeres con manos de plátano», añadió.

Francisco Quevedo relató el cuento La fotografía del platanal que incluía testimonios biográficos de su niñez. «Establezco la historia de un joven que recuerda a su abuela vestida de luto», señaló. «Y ella dice el motivo, la muerte de familiares», pero también que alguien le había hecho una última foto en color cuando trabajaba en una finca. Allí llegaron dos caballeros, uno era Monzón y el otro un fotógrafo, y la abuela fue una de las modelos del cuadro. El nieto «descubre la foto por una historiadora y se lo lleva como sorpresa».

Naira Suárez presentó un poema partiendo de la importancia de la identidad y la cultura canaria. La profesora hizo una descripción relacionando el cuadro con su época y la situación actual de la gente que trabaja en las plataneras «en la época del comercio al por mayor y la situación un poco injusta por parte del gobierno».

Elizabeth López aportó un texto en prosa poética que protagoniza uno de los personajes del cuadro. «Es la mujer que pasa desapercibida porque está justo en la parte atrás y no está mirando al pintor», señala. «Imaginé que esa señora estaba soñando en escapar del cuadro y escapar de la vida que le había tocado vivir centrada en la labranza, el cuidado de un marido, y no cumplir sus propios sueños, que era ser la pintora del cuadro y no el retrato», añadió. Realmente, el relato de López es al final «un guiño desde la actualidad, de la vida que me ha tocado vivir en la que, a pesar de que hay muchas cosas que cambiar, tengo mucha libertad, puedo elegir la vida que quiero y soy independiente económicamente». Mucha gente de esa época, sin embargo, «no tuvieron esa libertad la historia es una manera desde la literatura de permitirle vivir esa vida de ser libre».

Seguidamente, Juan Sosa también aportó un texto de prosa poética con el título de Género musa porque «descubrí que las plataneras pertenecen a las plantas musaseas, que representan lo femenino». Finalmente, la joven estudiante de catorce años, Grizel Rodríguez, aportó un cuento de fantasía sobre el esfuerzo del artista al pintarlo. «Es sobre una chica a la que le encantan las obras de arte y en una galería de arte ve el cuadro y se transporta dentro de él» e interactúa con los personajes. Muchos verán el magnífico cuadro con otros ojos a partir de ahora.

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