Carnevali palpa ‘la tercera’

El portero de Argentina en el Mundial de 1974 acentúa «el espíritu de equipo» de la albiceleste para batir a Francia | «Sería la guinda para la trayectoria de Messi», recalca

El portero argentino Daniel Carnevali observa como Johan Cruyff le regatea para marcar en el Mundial de 1974. | | LP/DLP

El portero argentino Daniel Carnevali observa como Johan Cruyff le regatea para marcar en el Mundial de 1974. | | LP/DLP / David Rodríguez

David Rodríguez

David Rodríguez

Daniel Carnevali, además de ser uno de los grandes de la historia de la UD Las Palmas, fue el portero de Argentina durante el Mundial de 1974, por lo que entiende a la perfección lo que supone un torneo de tal magnitud. Mañana, con la disputa de la final en Catar entre su país y Francia (15.00 horas), se pone en manos de la divinidad de Messi para que la albiceleste gane su tercera copa, «sin nervios», como resalta.

Daniel Carnevali es una de las voces autorizadas para transmitir el significado de defender a tu país en un Mundial. Con la responsabilidad de guardar los palos de Argentina en 1974 con el equipo que germinó el primer título mundial de la albiceleste cuatro años después, el que fuera portero de la UD en la década de los 70 ya va palpando la tercera copa. «No me siento con nervios, la verdad», aduce el sudamericano desde el salón de su casa, justo donde tiene previsto ver mañana la final ante Francia (15.00 horas, La 1 de TVE y Gol Mundial).

Carnevali es uno de los tres jugadores que vistiendo la camiseta de la UD Las Palmas ha disputado una Copa del Mundo junto al iraní Masoud Shojaei (Brasil 2014) y el nigeriano Peter Etebo (Rusia 2018). El cancerbero rosarino disputó cinco partidos en el Mundial de 1974 celebrado en Alemania y en el que tal y como recuerda casi medio siglo después, no estuvieron «a la altura» y «otras selecciones ofrecieron un fútbol distinto» con el que dejar a su país en la séptima posición.

Ahora, Carnevali apela «al espíritu de equipo» como la mejor arma que ha conseguido forjar Lionel Scaloni desde que se hiciera con las riendas del vestuario en 2019. Una cuestión que en la selección con la que acudió a Alemania en el 74 no pudo disponer a pesar de que haya «similitudes» en cuanto a la nómina de nombres. «Nosotros teníamos grandes jugadores, y ahora ves los nombres y lo que destaca es que todos se entienden, van unidos a todas», resalta.

Para batir a Francia mañana, Daniel señala que precisamente es esa «unión» la que deben emplear Argentina para contrarrestar las amenazas del equipo de Deschamps. «Tienen que jugar un partido duro, de los de meter pierna y llevar el juego por el centro del campo porque si Francia juega por las bandas y Kylian Mbappé o Ousmane Dembelé tiran carreras van a sufrir mucho», advierte con su también sabiduría y experiencia como entrenador.

«La clave es el centro del campo, si se juega por banda, Dembelé y Mbappé tiran carreras y vamos a sufrir», resalta

Aun así, el ahora presidente de la Escuela homónima, donde forja a infinidad de jóvenes de Lomo los Frailes y barrios aledaños, tiene claro que todo lo puede determinar la divinidad de Lionel Messi. «Deseo con ganas que Leo gane este Mundial porque será su último, es la guinda a su carrera y por cómo perdió la final de 2014 –frente a Alemania en la prórroga con gol de Mario Gotze–».

Y es que en caso de que Messi levante mañana a los cielos de Qatar la Copa Mundial, podría despejar la última barrera que le separa en la comparativa con Maradona después de que el Pelusa cuente con el entorchado de 1986 en su palmarés personal.

«¿Si gana ya no existirán diferencias entre ambos? No creo que un título, aun siendo el Mundial determine que sea el más grande de la historia. Eso va por gustos personales. Lo que sí podemos decir los argentinos es que al menos los dos más grandes sí son nuestros», realza con una carcajada quien tuviera que sufrir en sus carnes a otro de los iluminados del fútbol como Cruyff en el 74 –anotó dos goles en un 4-0 de Holanda a Argentina, uno de ellos reflejado en la foto principal de este reportaje–.

«Él tampoco ganó el Mundial –Johan–y está en ese grupo de grandes, junto a Pelé, que Menotti dice que es el que más le gusta. Kempes fue el líder del 78 y aunque sea de los grandes está un escalón por debajo», subraya.

Cambio generacional

Precisamente Holanda, ligada históricamente a Argentina en la década de los 70 con la Naranja Mecánica, fue una de las víctimas de la actual selección albiceleste en los cuartos de final en un encuentro en el que los Oranjes distaron totalmente del fútbol total de Rinus Michels.

«Aquella Holanda nos pasó por encima, fueron una revolución, tenían movilidad total y nos quitaban el balón muy rápido; la de ahora fue todo lo contrario, no fue la Holanda de siempre, con otro estilo de juego y ahí Argentina demostró que también puede jugar contra estos equipos», apostilla Carnevali.

Precisamente si pasaron de ronda fue gracias a las intervenciones del portero actual, Emiliano, el Dibu, Martínez, que en la tanda de penaltis atajó los dos primeros al conjunto naranja –a Van Dijk y Berghuis–. «Es otro ejemplo de que Argentina no es solo Messi. El Dibu hizo una fase de clasificación espectacular y después fue determinante tanto con Australia en octavos como con algunas atajadas frente a Croacia en semis», añadió en cuanto al guardavallas, de quien dice que «tiene una gran personalidad» dentro de sus exhibiciones verbales con los rivales y por ende prefiere «no hacer comparaciones» con él mismo porque no lo ve oportuno.

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