Entrevista | Nicolás García Boissier Saltador de trampolín

Nicolás García Boissier: «Nuestro objetivo para París es alcanzar la final olímpica»

Enamorado de la disciplina de salto de trampolín desde los seis años, a sus 29, afronta su segundos Juegos Olímpicos, tras participar en los de Tokio, con el aval de haber conquistado la primera medalla para España –bronce– en un Mundial, junto a su compañero de salto Adrián Abadía, en la modalidad de tres metros sincronizado.

Nicolás García Boissier, olímpico en los Juegos de París, posa con su medalla de bronce lograda en Doha en el Metropole.

Nicolás García Boissier, olímpico en los Juegos de París, posa con su medalla de bronce lograda en Doha en el Metropole. / LP/DLP

Santiago Icígar

Santiago Icígar

¿A qué edad comenzó car los saltos de trampolín?

Empecé a practicar saltos de trampolín un poquito antes de cumplir los seis años de edad. Iba por entonces al CN Metropole con mi colegio, el San José Dominicas, a dar clases de natación y dio la casualidad de que a la hora que teniamos la clase se estaba entrenando el equipo absoluto y cuando vi a todos los mayores dando volteretas en el aire, tirabuzones en el aire y todo ese tipo de virguerías, la verdad es que me llamó mucho la atención y quise probar.

¿Por qué se decantó por esta modalidad deportiva en concreto y no por otra?

Lo cierto es que practiqué muchos deportes de pequeño, hice saltos, pero también gimnasia deportiva, probé con la natación, quise también jugar al fútbol, pero mi madre no me firmó la ficha (risas). Al final fue un poquito decisión de ella que tirase por el rumbo de los saltos y tuvo un buen ojo. Desde que probé mi deporte, me enganché a él y aunque hice otras cosillas por el camino, al final siempre le terminaba dedicando las horas que tenía a saltar.

¿Cuántas horas al día dedica a entrenar durante la semana?

Ahora mismo venimos haciendo prácticamente una jornada completa, como si fuese una jornada laboral de cualquier persona. Entramos a la piscina a las 9.00 horas y hasta las 17.00 horas no salimos de allí. La piscina se puede decir que prácticamente es nuestra oficina. Evidentemente no estamos entrenando de forma contínua esas horas, pero si lo dividimos en dos sesiones: la primera de 9.00 a 12.00 horas, paramos dos horitas para comer y a las 14.00 volvemos a empezar hasta que termines el entrenamiento de la tarde que suele acabar sobre las 17.00 horas. Si al final sumas las horas reales de entreno serían seis, por cinco días a la semana y los sábados por la mañana, al final salen muchas horas.

¿Cuánto tiempo llevas formando pareja deportiva con Adrián Abadía? Cómo se trabaja la sincronía con su pareja deportiva de salto?

Con Adrián empecé a hacer sincro el año de la Olimpiada de Tokio (2021). Intentamos clasificarnos para esos Juegos pero no salió, nos quedamos muy cerquita, a una sola plaza. Éramos por aquel entonces una pareja recién creada y como mucho llevábamos un mes entrenando juntos. Al haber quedado tan cerca de conseguir la clasificación, con tan poco entreno, nos animó a seguir con el proyecto e intentarlo para París. Con él la sincronía ha sido bastante fácil porque somos dos saltadores que a pesar de haber tenido entrenadores diferentes, ambos compartían la misma visión técnica y realmente los saltos que hacemos son muy similares, los hacemos de la misma manera y al final se trata de contar uno, dos y tres, y salir, porque al final el resto del salto sale solo. Tampoco hay que quitarle mérito a las horas de entreno que hay detrás, pero ha sido relativamente sencillo poder sincronizarme con él.

"Quique Martín es el entrenador que me ha convertido en el saltador que soy hoy en día, le debo todo"

¿Cómo fue ese momento en el que fue consciente de que estaba haciendo historia en su deporte? ¿Qué o quien fue la primera cosa o persona que se le pasó por la cabeza?

En ese momento tanto Adrián como yo no éramos conscientes de lo que habíamos hecho. Sabíamos que habíamos conseguido una medalla y estábamos súper contentos, pero no por haber conseguido la medalla, sino por la plaza olímpica. La gente le está dando mucha más importancia a la medalla, que dejando pasar los días nos damos cuenta de que es lo realmente importante, porque es la primera de la historia de España en este deporte. En ese momento nuestro objetivo era la plaza olímpica, era por lo que habíamos peleado desde el año pasado que nos habíamos quedado muy cerca en el Campeonato del Mundo de Fukoka. Ver en el marcador que lo habíamos conseguido fue un alivio y una sensación de que todo el trabajo y todo lo que habíamos tenido que dejar a un lado había valido la pena. La medalla ha sido un extra y bienvenida sea, pero por fin pudimos cumplir el sueño de todo deportista de poder acudir a unos Juegos Olímpicos.

¿Qué representa para usted esta medalla de bronce?

Lo representa todo. Es un premio a todo el esfuerzo, a toda una vida dedicada a este deporte, porque al final con 29 años siento que estoy en las últimas, tengo mis días contados en este deporte y poder cerrar mi carrera deportiva habíendome subido a un podio en un mundial, logrando la primera medalla de la historia para mi país en este deporte y haber escrito mi nombre en la historia del deporte de mi país, pienso que no se puede pedir más.

A nivel personal, ¿qué representa para usted representar a su país en unos Juegos?

Van a ser mis segundos Juegos, tuve la oportunidad de poder ir a ls de Tokio y cumplir mi sueño de pequeñito, pero una vez pisas esa tarima es como una droga y quieres volver a ir. Poder volver a conseguirlo, que no es nada fácil y poder volver a disfrutar de unos Juegos no hay sensación igual. Subirte a un podio está muy bien, pero es algo momentáneo, mientras que los Juegos Olímpicos es algo que se queda grabado para toda la vida y no todo el mundo puedecompetir ahí. Representar a tu país en el evento deportivo más grande que hay es lo mejor que hay en el mundo para un deportista.

"En Doha la meta era lograr una plaza para Los Juegos; la medalla de bronce fue un extra"

¿Sigue ligado de alguna manera al histórico Quique Martínez? ¿Qué incidencia ha tenido él en su trayectoria deportiva?

Él fue mi entrenador de pequeñito y el saltador quesoy es gracias a él, porque me ha hecho como deportista. Todo se lo debo a él. Es cierto que ahora en Madrid me lleva Arturo Miranda, pero él se ha centrado en mejorarme alguna cosilla y mantenerme, pero el saltador que soy ya estaba hecho. Los Juegos de Tokio los hice con él, fue el culpable de que pudiera cumplir mi sueño y le estaré siempre eternamente agradecido a todo su trabajo, a todos sus cabreos conmigo y a todo lo que me ha hecho sufrir. Le tengo un cariño muy especial y fue una de las primeras personas a las que llamé después de haber ganado el bronce en el mundial.

¿Qué objetivos le quedan por delante después de su paso por el Mundial de Doha hasta llegar a los Juegos? ¿Con qué objetivo va a la cita de París?

Nos queda un camino muy bonito por delante hasta dentro de seis meses que es cuando tendré mi prueba. Aunque en ese tiempo tenemos más competiciones y más pruebas, la preparación cambia por completo. Tenemos un objetivo claro en mente que es la final olímpica y eso nos cambia todos los esquemas. En medio tenemos varias Copas del Mundo, un Campeonato de Europa, Campeonatos de España y en todas las pruebas creo que tenemos opción de medalla, sobre todo en el Campeonato de Europa que vamos a intentar ir a por él. El objetivo principal es llegar con el pico de forma más alto a los Juegos. Hemos sido bronce mundial y todo puede pasar allí, aunque las condiciones de competición con las que nos vamos a encontrar en París no van a ser las mismas que vamos a encontrarnos en Doha, va a ser una competición mucho más corta, con 17 parejas y las cosas cambian. El objetivo es pelearlo con todo lo que tenemos y si con eso nos vale para estar en la pelea estaremos contentos.

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