"Me obligan a ir a los partidos que juega el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Podré ir contra el Barça, ver a Cristiano Ronaldo en directo, la Liga de Campeones...". El grancanario Juan Carlos Arana (Las Palmas de Gran Canaria, 2000) vive el sueño de millones de jóvenes en el planeta fútbol. Acaba de fichar por un año con el club blanco y jugará esta temporada en el Infantil B merengue.

No es normal que el Real Madrid fiche a un jugador tan pequeño. Se trata de una excepción porque lo habitual es que los madridistas acojan a jugadores de fuera de la capital a partir de los 14 años. Con menos edad no suelen atreverse en La Fábrica porque los jóvenes pueden atravesar diferentes problemas de adaptación a la gran ciudad y a su nueva vida. La anterior excepción fue otro grancanario: Jesé Rodríguez, con 13 años, que en la actualidad se encuentra a medio paso de hacerse un hueco en los planes del técnico portugués José Mourinho después de haber encandilado en la cadena de filiales.

A Juan Carlos lo seguían desde hace tiempo los emisarios blancos que hay repartidos por la Isla, pero ha sido su actuación en la Danone Cup este verano lo que ha precipitado los acontecimientos. Observaron que tiene un enorme potencial goleador, no en vano la campaña anterior anotó más de 110 goles de todos los colores en el alevín de la Unión Deportiva, y no quisieron que se les adelantasen sus máximos rivales, es decir, Atlético de Madrid o FC Barcelona, que también tenían sus ojos puestos en el atacante.

Mientras, el niño todavía intenta digerir las vivencias de las últimas semanas. Todo ha pasado demasiado deprisa para un chico de su edad: el viaje a Madrid, la visita a Valdebebas, conocer a Rubén de la Red, firmar con el club...

Nada más pisar Valdebebas, Juan Arana, su padre, supo que su hijo estaría en buenas manos. "Es inmenso como dos veces el estadio de Gran Canaria", dice el joven futbolista para referenciar la dimensión de los campos de entrenamiento de su nuevo equipo. "Se nota que cuidan la cantera hasta el mínimo detalle. Tienen todo bajo control, hay máxima organización para que el jugador progrese en sus estudios y en el fútbol", precisa el progenitor, quien ha inspeccionado personalmente las instalaciones deportivas y académicas que dispone el Real Madrid, además de conocer a sus responsables.

Juan Carlos estudiará en el SEK El Castillo, un colegio interno conveniado con el club, donde también están ingresados otros futbolistas de la casa blanca que llegan de distintas partes del mundo, entre ellos, el grancanario Néstor.

De ocho de la mañana a cinco tendrá clases y, por las tardes, una vez acabados los deberes del colegio, cuatro veces por semana irá una guagua que los llevará directamente a la Ciudad Deportiva madridista para entrenar. Los sábados jugará los partidos con el Infantil B, que en un principio iba a dirigir el exjugador Rubén de la Red, pero por cuestiones de reorganización interna ha cambiado de manos. "No vamos a ir toda la familia a vivir a Madrid, como ocurre con otros chicos, sino que cada quince días iremos a verlo. No podemos cambiar nuestra estructura familiar", razona Juan, quien pretende darle un punto de sosiego a un hecho que parece extraordinario.

"Voy al Real Madrid, pero sigo siendo de la UD Las Palmas", retoma Juan Carlos, que en los últimos tiempos se ha perdido pocos entrenamientos del primer equipo amarillo. Los habituales a las sesiones de Barranco Seco lo podían ver hablando a menudo con algunos futbolistas, con el anterior entrenador amarillo, Juan Manuel Rodríguez, o incluso aprovechando para juguetear con los balones que no utilizaban los profesionales.

"A ver si puedo ver a la UD contra el Castilla o el Alcorcón", comenta, al tiempo que aprovecha para preguntar a qué hora entrena Las Palmas de Sergio Lobera. Lo suyo es pura pasión por el fútbol.

Antes de ubicarse definitivamente en Madrid, el joven grancanario va a ir convocado con la selección española Sub 12, que disputará el campeonato del mundo alevín en Varsovia, la capital de Polonia, la primera semana del próximo mes de septiembre, donde compiten un total de 40 combinados nacionales.

Otro sueño más que añadir a un verano que difícilmente podrá olvidar el joven Juan Carlos.