El llanto del francotirador. Genio y pecador. Nauzet Alemán Viera (28 años) da la cara y asume la pena de su expulsión, el pasado sábado, en la 25ª jornada, ante el Numancia. "Pido perdón a la afición, al equipo y a la institución. Asumo el error, fue imperdonable. Nos jugábamos mucho, prácticamente la vida, como lo haremos en el resto de partidos que restan de competición, y mi reacción no estuvo a la altura de la grandeza de este escudo", concretó ayer el de Las Mesas, abatido y con el corazón roto.

Para el isleño, la roja es el capítulo más triste en su trayectoria futbolística -se inició un 14 de septiembre de 2003, cuando debutó de la mano de Juan Manuel Rodríguez con la UD-. "El sábado fue el peor día de mi carrera profesional", asevera el talentoso jugador, que cuenta con dos ascensos [uno a Segunda con la UD (2006) -donde logró seis tantos- y otro a Primera con el Valladolid (2012) -sumó nueve-, club con el que jugó un año en la máxima categoría y logró batir a Casillas en el Bernabéu].

El extremo diestro, que suma cuatro dianas en este curso, se fue a la caseta en el minuto 68, tras propinar una patada por detrás al ex de la UD David González, que debutaba en el cuadro soriano. Sufrió un cortocircuito cuando el rival estaba contra las cuerdas. Con el 0-0 en el marcador del Gran Canaria, y con el Numancia en inferioridad -había sido expulsado en el 49 Pedraza-, Nauzet bajó a los infiernos.

"Como profesionales debemos estar a la altura de la circunstancias y de la exigencia, me encuentro muy jodido. No tengo palabras y sería imposible encontrar una justificación. Sinceramente, no creo que se empatase o perdiese por mi acción, hubo más cosas que no se hicieron bien, pero dejar al equipo con diez no entra en ninguna cabeza. Lo lamento muchísimo, profundamente. Sobre todo, la imagen que he dado a los niños y a los seguidores más jóvenes de la entidad. No fue la correcta y lo asumo".

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