Una de terror

El cine de terror en un Archipiélago de pesadilla

Sucesos paranormales, zombis, brujos o fantasmas, aderezados con un amplio catálogo de muñones y monstruos, han protagonizado las películas de terror rodadas durante los últimos lustros en Canarias

La actriz Manuela Velasco huye de su perseguidor durante el rodaje de ‘REC 4’ en un barco petrolero en Las Palmas de Gran Canaria.  | LA PROVINCIA/DLP

La actriz Manuela Velasco huye de su perseguidor durante el rodaje de ‘REC 4’ en un barco petrolero en Las Palmas de Gran Canaria. | LA PROVINCIA/DLP / miguel ayala

Miguel Ayala

Miguel Ayala

En el año 2014, las calles de Guímar, en Tenerife, fueron tomadas por un grupo de asesinos infectados por un extraño virus que sólo afectaba a adultos; en 2018, el Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria sufrió entre sus muros una serie de violentos fenómenos paranormales en la misma ciudad donde, en 2020 y a bordo de un petrolero, se libró otra brutal batalla contra un ejército de despiadados posesos contagiados a consecuencia de una maligna epidemia global historias que, al menos en la ficción, arrebataron a Canarias su reconocido sobrenombre de Islas Afortunadas para convertirlas, por obra y gracia de los guionistas, en Archipiélago de pesadilla.

Las series y el cine de miedo tienen gran tradición en el territorio canario donde los espectadores son fieles consumidores de este género, se celebran festivales específicos y secciones dedicadas a las producciones freak como el grancanario Festival de Cine Fantástico y de Terror de Las Palmas de Gran Canaria o el tinerfeño Isla Calavera, en La Laguna, o han tenido lugar rodajes de cintas memorables como REC 4 (2014) o Blackwood (2018), dirigidas por Jaume Balagueró y Rodrigo Cortés, respectivamente.

Sin embargo, el distribuidor y especialista canario de cine Francisco Melo cree que si se habla de producciones de terror en el Archipiélago se debe comenzar mencionando al cineasta grancanario Wansy Navarro, autor de títulos de clase B que ha tenido retrospectivas en el Gabinete Literario de Las Palmas, en Santa Cruz de Tenerife y en la muestra Atlantik Lights de Berlín.

Uma Thurman y Macarena Gómez o los directores Jaume Balagueró, Thierry Poiraud y Rodrigo Cortés han ‘sembrado’ el miedo en las Islas

Navarro iene a sus espaldas 17 cortometrajes realizados como productor, guionista y director, más el largometraje Dispersión mortal (2008), trabajos que avalan la trayectoria cinematográfica de esta personalidad de la industria audiovisual canaria, bruta y dura pero delirantes, por ser uno de los autores más singulares que ha dado el Archipiélago, una región que tiene el lujo de ser cuna de uno de los grandes directores europeos de terror. Juan Carlos Fresnadillo, con 28 semanas después, logró facturar más de 64 millones de dólares —costó 15 millones—, llenando de humanos infectados de rabia el centro de Londres, un dato casi más destacable que la facturación porque, generalmente, no se permire cerrar durante el día el centro de la gran urbe al tráfico rodado y a pie debido a los turistas que transitan sus monumentos. Pero el creador —junto a Nicolás Casariego— del terrorífico Carahueca en Intruders (2011), que despeinó incluso a Clive Owen, logró convencer a las autoridades británicas.

La que no se despeinó durante el rodaje en Canarias de Blackwood (2018) fue la actriz Uma Thurman, cuyo personaje de directora de un internado condujo por el camino del martirio y el sufrimiento la estancia de un grupo de alumnos, con la superfamosa actriz, modelo y cantante estadounidense, AnnaSophia Robb —más de 1,2 millones de seguidores sólo en Instagram—, en un centro escolar de ficción que era en realidad el Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria.

Down a Dark Hall, que es el título original de esta producción de Lionsgate, de temática fantástica y de terror, estuvo dirigida por el español Rodrigo Cortés, con guion de Chris Sparling y Michael Goldbach.

Escena de 'El hombre del saco'

Escena de 'El hombre del saco'

Otro grande del cine patrio de terror como es Jaume Balagueró convirtió un barco petrolero atracado en el Puerto de La Luz de Las Palmas en el escenario de REC 4: Apocalipsis, película con la que puso fin a la saga de terror. Durante varias semanas la reportera Ángela Vidal, interpretada de nuevo por Manuela Velasco, convertida gracias a la saga en icono del cine de género, corrió empapada ante un puñado de infectos asesinos.

El cineasta catalán firmaba el guion de la cuarta entrega, junto a Manu Díez, coguionista de REC 2, en la que la acción comienza en el momento en que la periodista, la única superviviente de la terrible infección, es evacuada del edificio donde queda atrapada cuando va a cubrir un suceso que acaba como el rosario de la aurora; eso sí, con más vómito y sangre que devoción madrugadora.

«Cuando por fin la situación parece estar controlada, el caos vuelve a desatarse y la semilla del mal renace adoptando nuevas y terribles formas», explicaban desde la producción sobre un rodaje que se prolongó durante siete semanas entre Gran Canaria y la ciudad de Barcelona.

Un monstruo de talla global circula por las calles de Canarias

Es también responsablidad del cine de terror que por las calles de Canarias se pasease sin que las alarmas pitasen a toda potencia uno de los tipos más terroríficos que ha dado la cinematografía a lo largo de la última década: el actor Javier Bonet, figura clave del género a nivel nacional e internacional que ha protagonizado Su majestad Minor, de Jean-Jacques Annaud; las sagas de REC; La cumbre escarlata, de Guillermo del Toro; El renacido, de Alejandro González Iñárritu; Alien: Covenant, de Ridley Scott; Insidious: The Last Key (2018), MARA, It: Capítulo dos o Malasaña 32, entre otras.

Junto a Bonet, la llamada reina del grito española y nominada al Goya, Macarena Gómez, y el ganador del Goya Manolo Solo completaban el elenco del largometraje El hombre del saco, dirigido por Ángel Gómez Hernández, que durante dos semanas del pasado mes de agosto recaló en distintas localizaciones de Gran Canaria.

El hombre del saco, que también se filmó en parte en Madrid y Cádiz, está producida por Esto También Pasará, Mother Superior y Bowfinger International Pictures, en asociación con AF Films, BTF Media, Atresmedia Cine, CREA SGR y Mogambo. La película llegará a las salas de cine durante este año y posteriormente a Prime Video.

Escena de 'Blackwood'.

Escena de 'Blackwood'.

El filme, que en parte transcurre en una vivienda de la calle Bravo Murillo de la capital grancanaria, explora y lleva a la gran pantalla al popular personaje que tantas pesadillas ha provocado entre los más jóvenes y sumerge al espectador en los orígenes españoles de la historia: un almeriense enfermo de tuberculosis dispuesto a cualquier cosa para curarse, incluso a beberse la sangre de los niños a los que mete en un saco tras secuestrarlos.

Hasta el Cristo de La Cañita de la iglesia de San Pedro, en la bonita localidad de Guímar, tembló de miedo con el rodaje en el municipio tinerfeño de la coproducción internacional Don’t grow up, una película de suspense y terror dirigida por el francés Thierry Poiraud que convirtió el casco güimarero en un set al aire libre para contar las vicisitudes de un grupo de jóvenes conflictivos que están internados en un centro para menores situado en la isla.

Los canarios Wansy Navarro o Ado Santana inundan de sangre y misterio las Islas rodando guiones que trascurren en el Archipiélago

Los internos se encuentran de repente libres y sin vigilancia ya que el educador responsable de su supervisión ha desaparecido. Una gran tormenta de nieve cae sobre el lugar y los protagonistas campan a sus anchas hasta que, de repente, son atacados por su educador a quien matan accidentalmente. Se creen culpables del accidente y deciden huir, sin saber que en la isla todos los adultos han sido infectados por un extraño virus.

Los adolescentes tendrán que sobrevivir en un mundo hostil lleno de adultos que tendrían que protegerlos, pero, en cambio, están tratando de matarlos. El rodaje obligó a hacer cortes intermitentes de tráfico y a que se prohibiera el estacionamiento desde las cinco de la tarde y durante toda la noche en las calles y días señalados por la organización, lo que generó más terror si cabe que la propia cinta entre los habitantes del pequeño pueblo.

En otra muestra de que no sólo delas grandes ciudades vive el cine de terror, además de reflejar que el miedo rural no debe envidiar nadita al típico susto urbanita, el cineasta canario Ado Santana rodó 30 Monedas tras haber realizado más de una veintena de cortometrajes y cinco largometrajes.

Escena de 'No crezcas o morirás'.

Escena de 'No crezcas o morirás'.

30 Monedas es una película de terror dramática, rodada en la Casa Capitán Quesada de Gáldar y que cuenta entre sus protagonistas con los actores Luifer Rodríguez, Idoia Maez y Maykol Hernández. Santana calificaba en 2014 la película como el proyecto «que estaba esperando rodar». Cuenta con una banda sonora original e inédita, compuesta por Germán Betancor y Lisandro Rodríguez. El hecho de que tardara más de un año en postproducirse y que se financiara gracias a las aportaciones desinteresadas a través de crowdfunding habla también de cómo se mueve la creatividad de género en este Archipiélago. «Se apoya mucho más al cine que llega de fuera que el que se plantea aquí», contaba la pasada semana otro cineasta tinerfeño.

Destaca en 30 Monerdas la presencia del maquillador experto en efectos especiales Emilio Guerra, que trabajó con el director estadounidense Brad Anderson en la película de 2004 El maquinista. El trabajo de Guerra ha permitido completar, en lo estético, un proyecto en el que se ha apostado, en buena medida, por hacer un cine de terror «psicológico» y «elegante» y que huya de los clichés que han hecho de éste un género «muy, muy maltratado».

Escena de 'Dispersión mortal'.

Escena de 'Dispersión mortal'.

La nómina de famosos que acaban a grito pelado en las Islas por exigencias del guion tiene también al reconocido Javier Gutiérrez, que en invierno de 2022 rodaba en Las Palmas de Gran Canaria la película de Netflix Estación Rocafort. A las órdenes de Luis Prieto, director de películas como Secuestrado y Shattered, la ficción convierte la capital grancanaria en Barcelona, en cuyo metro transcurre la acción después de que a una chica le asignen la vieja y tranquila estación de Rocafort para trabajar. No tardará en descubrir que la parada alberga una leyenda que la empezará a perseguir: allí ha muerto mucha gente en extrañas circunstancias a lo largo de los años y nadie parece estar interesado en saber la verdad. Laura pedirá ayuda a Román (Javier Gutiérrez), un curtido expolicía que alberga sus propios demonios relacionados con el caso y que tratará de averiguar qué es lo que está pasando. Poco a poco, descubrirá que sea lo que sea que pasa allí abajo sigue sucediendo y no va a quedarse en la estación Rocafort. Irá a por ella y a por todos los que la rodean.

Sesiones especiales en el Cine+Food de la capital grancanaria o la creación de eventos como Isla Calavera, en La Laguna, o el Festival de Cine Fantástico y de Terror de Canarias nos situán, también, como un terrirorio de miedo.

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