El canario que susurra a los estados

Los fondos soberanos de todo el mundo recurren a Global SWF, fundada por el isleño Diego López, para decidir sus inversiones y la conformación de sus carteras

Diego López en Kuala Lumpur, con las torres Petronas al fondo.

Diego López en Kuala Lumpur, con las torres Petronas al fondo. / LP / DLP

Julio Gutiérrez

Julio Gutiérrez

Grancanario, estudiante de la ULPGC, cumple 42 años este mes, tiene empresa propia con sede en Park Avenue (Nueva York) y un teléfono móvil al que no cesan de recurrir los gestores de los principales fondos soberanos del mundo. Así es Diego López, fundador de Global SWF, empresa de consultoría y asesoramiento para unos gigantes financieros que mueven 11,5 billones de dólares en todo el planeta.

«Los dos últimos años estudié en Milán y Madrid», relata sobre los primeros pasos de una carrera que la ha conducido a sentarse en la mesa de los más poderosos. Terminados sus estudios, decidió continuar con un máster en Finanzas, también en la capital de España, y de ahí saltar a la London School of Economics, la academia británica por la que han pasado un sinfín de premios Nobel y políticos de primer nivel.

La mitad de los 11,5 billones de dólares que atesoran los fondos soberanos procede del petróleo

Los primeros pasos en el mundo financiero los dio en la Ciudad Financiera que Banco Santander tiene en la localidad de Boadilla del Monte (Madrid). Ya en ese momento «trabajando con derivados y bolsa; después en finanzas corporativas», señala. Sin entrar en detalles, el resto de su vida laboral hasta el momento en que decidió volar solo se completa con cinco años en KPMG y otros tantos, en Price Waterhouse Coopers (PWC).

«Durante esos diez años roté mucho: Madrid, Catar, Hong Kong, Brasil, Abu Dhabi..., hasta que en 2016 acabé en Nueva York». A lo largo de ese tiempo se especializó en fondos soberanos, un terreno en el que los nombres de los principales actores pueden encontrarse en el listado anterior y añadir a ellos otros como Arabia Saudita o Kuwait, por ejemplo.

La mitad de los 11,5 billones de dólares vehiculizados a través de esos fondos soberanos «procede del petróleo», señala López; el resto, «de reservas internacionales» de origen singapurense, chino y noruego.

Digerir el vértigo

Diez años trabajando con los mismos interlocutores le llevaron a concebir la idea de que caminar por propia cuenta no significaba saltar al vacío. Tampoco es que tuviera bajo sí una red de seguridad, pero los mimbres anudados en un decenio tenían suficiente fuerza como para ayudar a digerir el vértigo de trazar su propia senda.

«Empezar de cero habría sido muy complicado», explica, pero la red de contactos era suficiente como para, situado ya en el año 2018, salvar el primer escollo. Tampoco pretendió jugar de tú a tú a los gigantes con los que se había criado, sino que buscó su propio espacio. Hoy Global SWF tiene repartido el negocio en tres líneas principales: «educación ejecutiva, consultoría y datos e investigación», detalla Diego López.

«Entre otras muchas cuestiones, nos dedicamos a hacer análisis de cartera, cómo gestionar los fondos, cómo establecerlos, porque también nos preguntan los estados sobre cómo montarlos», relata el empresario grancanario. La educación ejecutiva es una línea de negocio iniciada este año, que está «dando mucho trabajo. Muchas semanas estoy en Oriente Medio», confirma desde Catar.

Lo que más echa de menos de su pasado «es no tener que perseguir a los clientes para cobrar»

En la comparativa con su vida anterior, lo que más echa de menos es «no tener que perseguir a los clientes para cobrar». Sobre todo porque es una labor de la que ahora tiene que preocuparse sin remedio y consume un tiempo del que casi no dispone. «Cuando decides hacerte empresario pasas a trabajar 24 horas al día, y más en este tipo de negocios, que se mueven a miles de kilómetros de distancia y con husos horarios muy diferentes unos de otros».

Sobre el futuro, no se cierra a nada. «¿Que si ha venido alguien con intención de comprarnos? El año pasado se vendió una empresa similar a la nuestra, pero nosotros no estamos todavía preparados para establecer ese tipo de diálogo, quizá más adelante», explica el fundador de Global SWF.

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