El éxito turístico eleva el déficit comercial que soporta el Archipiélago

El déficit comercial creció en Canarias en 468,1 millones de euros durante los primeros cinco meses del año. El Archipiélago, importador neto, tuvo que incrementar el capítulo de los pagos a proveedores foráneos para cubrir el servicio a los turistas, cuya presencia también ha crecido y mantiene una evolución nunca antes vista. Si a esto se suma el contexto inflacionario, con un encarecimiento generalizado de los precios, la tormenta es perfecta para explicar, al menos en parte, que la balanza de pagos acentuara su inclinación hacia el lado negativo un 160,4% en comparación con el periodo enero-mayo del año pasado.

Solo en parte, porque lo cierto es que los carburantes son altamente desestabilizadores cuando se intenta el análisis desde las Islas. El Informe Mensual de Comercio Exterior atribuye a los productos energéticos un peso del 53,8% sobre el total de las exportaciones del Archipiélago.

Para entenderlo de forma más clara, en los cinco primeros meses del año llegaron a Canarias 511,1 millones de euros por las ventas en este capítulo y el volumen de negocio del situado a continuación, los bienes de equipo, se quedó en los 115,5 millones de euros.

Las importaciones en el Archipiélago sumaron 1.710,2 millones de euros hasta mayo

«Importamos casi todo», señala el vicepresidente ejecutivo de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), José Cristóbal García. Por eso, «lo normal es que siempre el saldo sea negativo», completa el secretario técnico del Colegio de Economistas de Santa Cruz de Tenerife, Juan José Hernández. Y todavía más si al paso por mayo la comunidad autónoma ha contabilizado, como es el caso de este 2023, 6.694.157 turistas, que son 173.744 más de los sumados hasta ese mismo mes del año 2017, que marca el récord de visitantes hasta la fecha con casi 16 millones.

La escasa presencia del sector industrial y el limitado territorio provocan que gran parte de los productos –agrícolas o manufacturas– vengan del exterior. Si el volumen de no residentes, es decir, personas que solo pasan un tiempo breve en las Islas, se eleva, lo hacen también las compras que realizan los hoteles para, por ejemplo, tener abastecidos sus comedores. «Las importaciones crecen en la proporción en que lo hace el consumo turístico», explica José Cristóbal García.

En global, Canarias vendió al exterior en los cinco primeros meses del año por valor de 950,4 millones de euros, un 23,7% menos que en el mismo periodo del año pasado. El gran lastre fueron esos productos energéticos, que se colocaron en mucha menor cantidad (-37,8%) que entre enero y mayo de 2022. 

España aumenta sus exportaciones un 6,4% y reduce un 47% el saldo negativo

En realidad, y para añadir más importancia al efecto distorsionador de la energía, se trata realmente de mercancía de paso. Hasta que se mantuvo operativa la refinería de Cepsa de Santa Cruz de Tenerife sí había un valor añadido generado en las Islas, un efecto del trabajo desarrollado en la planta de la capital tinerfeña que dotaba a una materia prima como el petróleo de las condiciones necesarias para poder venderse en el mercado exterior.

En el lado de las importaciones se anotaron 1.710,2 millones de euros, con lo que el saldo negativo quedó situado en los 759,8 millones de euros. Alimentación, bebidas y tabaco es el epígrafe con mayor peso en este lado del cuadro, con un 26,7% del total tras acumular una factura de 455,9 millones de euros. Es un 17,3% más de lo pagado en los cinco primeros meses del año pasado, por el referido incremento en la llegada de visitantes y por el aumento de precios.

En el conjunto del país, el déficit comercial se redujo notablemente, en 12.504,5 millones de euros (-47%). Se exportó por valor de 165.968,7 millones de euros (6,4% más) y se pagaron 180.033,9 millones (-1,4%) por lo importado. 

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