La inflación y el parón de las ayudas frenan el autoconsumo en el Archipiélago

La caída de las rentas disponibles aleja la posibilidad de instalar placas en los tejados

Dos operarios instalan placas fotovoltaicas en el tejado de una vivienda.

Dos operarios instalan placas fotovoltaicas en el tejado de una vivienda. / LP / DLP

Julio Gutiérrez

Julio Gutiérrez

En mayo de este año, antes del cambio de Gobierno en Canarias, el consejero saliente con competencias en materia de energía, el hoy senador José Antonio Valbuena, hizo balance de la evolución del autoconsumo durante la pasada legislatura. La conclusión es que en solo cuatro años la potencia instalada se multiplicó por doce. A partir de ahí, el apagón es prácticamente total. La no convocatoria de las ayudas regionales en este año y la erosión que la inflación provoca en las rentas disponibles son algunas de las responsables.

De los 9 megavatios que había instalados en 2019 a los 104 de mayo de este año. La base de la demanda se reduce a medida que los tejados y las cubiertas de las Islas se pueblan de placas fotovoltaicas. No obstante, «todavía hay muchísimo por hacer», aclara el presidente de la Asociación Canaria de Energías Renovables (ACER), Enrique Rodríguez de Azero.

Hay razones objetivas para el frenazo. Fuentes del sector de los instaladores, empresas que realizan proyectos llave en mano –tramitan las ayudas, redactan el proyecto e instalan–, señalan a la ausencia de la convocatoria de ayudas por parte de la Administración regional. Se mantienen las bonificaciones en el IRPF y, en algunos ayuntamientos, también el IBI. Además, los cabildos tampoco aflojan en la incentivación del autoconsumo, pero las más sustanciosas son las bonificaciones del Gobierno de Canarias.

¿Antes de fin de año?

Con la vista puesta en la emergencia energética y la necesidad de acelerar los sistemas almacenamiento, nadie se atreve a asegurar que la Consejería de Transición Ecológica y Energía que dirige Mariano Hernández Zapata llevará las subvenciones al Boletín Oficial de Canarias (BOC) antes de que termine este año.

Siendo un factor importante, tampoco es el único que está llevando al autoconsumo a un aterrizaje al que no le cabe el calificativo de suave. El presidente de ACER señala que la inflación generalizada impacta contra la capacidad de ahorro de las familias. Si tienen que pagar más por los alimentos o el mantenimiento de la vivienda, la cantidad disponible para invertir en la instalación de placas se reduce. Si ahorran menos, necesitan un préstamo bancario más grande, lo que conduce a otro problema: el incremento de los costes financieros tras la escalada de los tipos de interés desde hace más de un año.

Tampoco ayuda el incremento de los costes financieros por el aumento del precio del dinero

Menos poder adquisitivo, créditos más caros y poco accesibles, y, en casos, para rematar el panorama escasamente halagüeño, también cuotas hipotecarias más elevadas que se suman al lastre de las economías domésticas. «Las bonificaciones son necesarias, pero primero hay que tener disponible una parte importante del capital», señala Rodríguez de Azero.

Los anteriores gestores explicaron que en los cinco primeros meses y medio del año la potencia instalada creció a un ritmo de 0,18 megavatios diarios. Esa proyección les llevó a afirmar que en todo este año se podría llegar a los 66 megavatios. O, de otro modo, instalar al autoconsumo definitivamente en los dos dígitos sobre el total de renovables generadas; ya antes de alcanzar el ecuador del ejercicio había llegado al 10%. El Plan de Transición Energética de Canarias (Ptecan-2030) sitúa esta modalidad de generación en los 534 megavatios de potencia.

La excepción ibérica

Otro de los factores que desalientan es la contención del precio de la luz. La excepción ibérica arrancada por España y Portugal a la Unión Europea (UE) ha acabado con el efecto huida que se generó cuando el importe del recibo eléctrico comenzó una carrera desbocada que le condujo a duplicarse en solo seis meses.

Ayudas del Gobierno de Canarias aparte, lo cierto es que en el conjunto del panorama nacional también se están produciendo movimientos de contracción de relevancia. En el inicio de esta semana, la empresa Holaluz anunció el despido del 30% de su plantilla (unos 200 trabajadores). 

Entre otras cuestiones, la empresa aludió precisamente al parón en la instalación de placas solares para el autoconsumo. «El crecimiento ha sido muy rápido y quizá excesivo en el caso de algunas empresas», afirma el presidente de ACER.

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