Retos socioeconómicos del Archipiélago | El diagnóstico del Parlamento Europeo

Europa receta formación contra el «asombroso» empobrecimiento de Canarias

Un informe comunitario exhorta a aprovechar mejor el dinero de la UE en vez de preocuparse tanto por no perderlo

La baja competitividad ‘condena’ a la región

Europa receta formación contra el «asombroso» empobrecimiento de Canarias

Agencia ATLAS / Foto: Save The Children

«Asombroso». Así califica el Parlamento Europeo el progresivo empobrecimiento que Canarias sufre desde comienzos de siglo. Un persistente alejamiento de la renta per cápita nacional y comunitaria que la Eurocámara achaca en gran medida a los bajos niveles educativo y formativo del Archipiélago. Las Islas no saldrán del atascadero en que llevan entrampadas más de 20 años sin elevar de forma considerable la productividad y la competitividad de su economía, y el primer paso para ello debe darse en la educación. Es «fundamental» la modernización de los servicios de orientación profesional, de modo que las capacidades y habilidades de cada alumno se orienten hacia el sector o actividad en que más y mejor se aprovechen. Es «fundamental», por tanto, no seguir desperdiciando el talento.

Política de cohesión en las Regiones Ultraperiféricas (RUP) es el título del informe que, por encargo de su Comisión de Desarrollo Regional, acaba de publicar la Eurocámara. Un prolijo análisis socioeconómico en el que se abordan cuestiones como la inmigración, el aumento de la población, la caída del PIB per cápita, el grado de penetración de la economía digital o el mejor o peor uso de los fondos estructurales y de cohesión. En el caso de Canarias, el asunto que atraviesa, en mayor o menor medida, todos los puntos del informe es ese intenso proceso de depauperación colectiva que ya dura casi un cuarto de siglo. No en vano es el «gran problema» de la Comunidad Autónoma, tal como ha reconocido el mismo presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo.

La Eurocámara apuesta por reforzar la protección de las RUP «en todas las políticas»

La brecha que separa el Producto Interior Bruto (PIB) por habitante de las RUP, en general, de la media comunitaria continúa siendo tan grande como a comienzos de siglo. No se ha producido la tan ansiada convergencia. El PIB per cápita, cabe recordar, es el resultado de dividir el valor de los servicios prestados y bienes generados en un determinado territorio y período, por lo general un año, entre el número de habitantes del territorio en cuestión. Y aunque no es un indicador infalible, sí sobran las evidencias de la relación positiva entre el PIB, renta o riqueza por individuo y la calidad de vida. A mayor PIB per cápita, mayor bienestar social. En este sentido, el informe del departamento temático de Políticas Estructurales y de Cohesión de la Eurocámara recuerda que la renta por individuo llegó en el año 2000 en el Archipiélago al 97% de la media comunitaria. En palabras gruesas podría decirse que por cada cien euros que el europeo medio tenía en los bolsillos, el canario tipo tenía 97. Estaba a punto de producirse la convergencia; los isleños estaban más cerca que nunca de ser plenamente europeos también en términos de riqueza. Pero todo se torció. A partir de ese momento, las Islas «han experimentado un descenso asombroso», expone el análisis. Tan «asombroso» que se ha llegado «hasta el punto de haber sido superadas recientemente por Martinica, Madeira, las Azores y Guadalupe». Las Islas ya ni siquiera son la región más rica entre las nueve RUP, algo que ya adelantó este diario hace unos meses.

Los autores del informe hacen hincapié en el daño socioeconómico causado por la pandemia de la covid, que paralizó la industria turística, si bien el empobrecimiento relativo de la Comunidad Autónoma comenzó mucho antes. A Canarias le cuesta Dios y ayuda superar los períodos de crisis, de los que suele salir más tarde y hasta mucho más tarde que otros territorios menos expuestos a la coyuntura internacional. Es la otra cara del éxito turístico, siempre subordinado a decisiones que en última instancia se toman fuera del Archipiélago, de entrada la que cada año adoptan las familias británicas y alemanas al elegir el destino en que disfrutar de sus vacaciones. «De hecho, Canarias y la Guayana Francesa son las dos únicas Regiones Ultraperiféricas cuyo PIB per cápita disminuyó durante cada década en relación con la media de su país», se precisa en el análisis. En definitiva, ya no solo se trata de que la riqueza media per cápita del Archipiélago se aleje un poquito más cada año del dato europeo, sino que también lo hace del PIB por habitante nacional, que a su vez es inferior al comunitario. En otras palabras: las Islas están a la cola de la cola.

Población

El hundimiento de la renta per cápita está detrás del socorrido argumento del control o limitación de la población, que incluso volvió a colarse en el Parlamento de Canarias en la anterior legislatura. Si el PIB por individuo, cabe insistir, es el resultado de dividir el valor de la producción entre el número de habitantes, resulta obvio que una menor población, un menor denominador, dará lugar a un mayor PIB per cápita. Una fórmula reduccionista que, en cualquier caso, choca de frente con uno de los pilares constituyentes de la Unión Europea: la libertad de circulación y establecimiento de sus ciudadanos. En esta línea, el informe del Legislativo comunitario efectivamente reconoce el «significativo» incremento que ha experimentado la población isleña como el «principal factor» de la caída de la riqueza media. Pero no solo por su mayor «número», que es en lo que suele ponerse énfasis, sino también, y sobre todo, por su «perfil». Dicho de otro modo: el problema no está solo en el denominador, sino también en el numerador, esto es, en la incapacidad del tejido productivo autonómico para generar mayor renta. Y es aquí donde el análisis entra de lleno en una cuestión tan peliaguda como palmaria que suele pasarse por alto: una economía de baja cualificación, como la canaria, asume mano de obra de baja cualificación; al menos en mucha mayor medida que una economía más tecnificada. Por eso la comparación entre el industrial País Vasco, por ejemplo, y la terciarizada Canarias, que décadas atrás tenían una población similar, resulta falaz. Sencillamente porque muchas personas de escasa o nula formación, preparación o cualificación no tienen cabida en Euskadi pero sí en las Islas. En definitiva, si Canarias ganase en productividad y competitividad, sus flujos migratorios se regularían por sí solos. Y el informe de la Eurocámara lo deja claro.

En Canarias abunda el trabajo de baja cualificación, por eso se dispara la cifra de residentes

«La mano de obra atraída desde otros países a menudo carece de conocimientos especializados y suele trabajar en la industria de servicios o en la construcción, lo que supone una contribución total relativamente modesta al PIB de la región». Mano de obra, toca insistir, que viene aquí y no al País Vasco porque allí no tendría una tan alta empleabilidad. Pero, además, resulta «evidente», ahondan los autores del informe, que «muchos migrantes europeos que se trasladan a las islas Canarias son jubilados, con una contribución limitada al PIB». Y, por último, «algunos inmigrantes se trasladan con fines de reunificación familiar y su repercusión en el PIB y la economía suele ser menos significativa». El atractivo del buen clima para los jubilados europeos y factores sociales como el de la reunificación familiar son inamovibles, por así decirlo, pero sí es posible actuar sobre la principal causa del desplome de la renta per cápita: la baja productividad y la baja competitividad que lastran la economía del Archipiélago y que, aunque resulte paradójico, desembocan en una suerte de efecto llamada que atrae mano de obra de escasa o nula capacitación y, por ende, poco productiva. La pescadilla que se muerde la cola. Los autores de la investigación de la Eurocámara son de nuevo tajantes: «El tamaño relativamente pequeño de las empresas, su mano de obra generalmente caracterizada por bajas cualificaciones y especialización y el hecho de que la economía ya haya alcanzado el cenit de su ciclo de desarrollo en su sector económico primario, es decir, el turismo, han reducido aún más el crecimiento regional». Y rematan: «La dependencia de un modelo turístico tradicional, junto con la escasez de innovación para impulsar la productividad y la competitividad, está obstaculizando las perspectivas de crecimiento. Estos factores se suman a los persistentes efectos de las deficiencias estructurales relacionadas con la educación, las condiciones del mercado laboral, la capacidad administrativa y la calidad institucional, entre otros». En otras palabras: o se gana en I+D+i, y con ello en productividad y competitividad, o la economía isleña no despegará. La previsión que manejan en el Parlamento Europeo es que la población de las Islas alcance su «pico» en 2050, a mediados de siglo, «y comience a disminuir a partir de entonces».

Pobreza

No extraña, a tenor de lo anterior, que los dos grandes «desafíos» detectados por los analistas de la institución ubicada en Estrasburgo sean precisamente la productividad y la competitividad. Los dos grandes «motivos de preocupación» y los dos factores que explican por qué Canarias tiene bajos salarios, poco dinamismo económico y, al fin, un bajo PIB per cápita. Todo eso que en última instancia «afecta a la cohesión social» y ha conducido al Archipiélago hacia una situación de, en términos generales, «pobreza moderada». «Estos desafíos están estrechamente relacionados con las condiciones del mercado laboral, con el riesgo de exclusión debido a la presencia de grupos de personas activas poco cualificadas y profesionalmente especializadas, con situaciones de desempleo de larga duración y con la alta temporalidad laboral». ¿Cómo se sale de semejante encrucijada? Con educación y formación.

La radiografía de la educación que muestra el informe del Europarlamento es demoledora: el nivel educativo de la población canaria es inferior a la media nacional en todos los estadios de la enseñanza; la tasa de finalización de los estudios de Formación Profesional es muy baja; y los resultados de las principales evaluaciones internacionales dejan a los alumnos del Archipiélago por debajo de la media en la mayoría de los campos, «especialmente en materias como las lenguas extranjeras», algo hasta cierto punto paradójico si se tiene en cuenta que las Islas viven de los turistas foráneos. Por todo ello, el análisis apunta como «una de las cuestiones fundamentales de la región» la modernización de los servicios de orientación profesional, lo que contribuirá a engrasar la puerta que separa el ámbito educativo-formativo del empresarial. Se trata, en definitiva, de que la formación tenga encaje en el tejido productivo y de que este encaje sea el ideal en cada caso para maximizar así el talento. «La aplicación de un enfoque integrado que abarque todo el sistema educativo».

Un tejido productivo más competitivo ‘regularía’ por sí solo la densidad y el «perfil» poblacional

Además, el trabajo del Parlamento comunitario no solo hace una defensa cerrada del artículo 349 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), que es el que consagra un tratamiento diferenciado y específico de las RUP en las políticas comunitarias, sino que apuesta por su blindaje y mejora. La idea es que podría reforzarse en distintos ámbitos: en materia fiscal, en los regímenes de ayuda, en normas que afectan a la vida cotidiana, en el nivel de complementariedad entre los fondos de cooperación y la ayuda concedida a los países vecinos… El informe se convierte así, y desde ahora, en un argumentario de referencia para los Gobiernos de las RUP, que podrán esgrimirlo ante las instituciones europeas para exigir mejoras en el artículo 349 y su aplicación.

Hay que recordar que el Parlamento Europeo ya respaldó la idea de una aplicación más amplia del artículo 349 del TFUE, que «podría interpretarse de forma más innovadora y positiva, en particular con vistas a crear programas ad hoc y nuevas políticas específicas». Es más, en Estrasburgo defienden que las particularidades de las RUP deben «tenerse sistemáticamente en cuenta en las propuestas legislativas de la UE y durante las negociaciones interinstitucionales». Hay que tratar, al fin, de «reforzar e integrar la aplicación del artículo 349 en todas las políticas de la UE».

Fondos comunitarios

Este amplio estudio solicitado por la Comisión de Desarrollo Regional –REGI Committee, en inglés– dedica también un epígrafe al uso de los dineros comunitarios, básicamente el Fondo Social Europeo (FSE) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder). Para su análisis toma como referencia el período presupuestario 2014-2020, y aunque destaca «varias iniciativas» con «objetivos apropiados» –en especial la formación de desempleados como gestores de innovación–, avisa que «todavía faltan proyectos transformadores destinados a impulsar las oportunidades de empleo y a abordar cuestiones estructurales».

Además, en el informe se reprocha al Gobierno de Canarias –o más bien a los sucesivos Gobiernos de Canarias– y demás instituciones del Archipiélago, sin nombrarlos, un «enfoque» errado de la gestión de los fondos de la UE. Una gestión que «parece guiarse principalmente por el objetivo de no perder financiación en lugar de centrarse en una planificación y ejecución eficaces», sentencian los autores del análisis. Es más –ahondan–, «parece que se están dedicando más esfuerzos a justificar los gastos realizados en el período 2014-2020 que a planificar de forma proactiva el período siguiente». Y rematan: «Esta falta de previsión plantea preocupaciones sobre la futura dirección de la utilización de los fondos».

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