ANÁLISIS

La arquitectura del siglo XXI

La arquitectura del siglo XXI

La arquitectura del siglo XXI / LP/DLP

María Nieves Febles Benítez

Todas las civilizaciones han dado respuestas a sus necesidades de cómo habitar y de relacionarse en colectividad en edificios públicos y en espacios compartidos. Así, a través de las necesidades como individuos que vivimos agrupados, hemos creado infraestructuras donde trabajar, impartir justicia y gobierno, cultura y espectáculo, hemos creado viviendas cambiantes según la época.

Hoy en día, las ciudades son cada vez más complejas porque las necesidades sociales son más diversas, específicas y especializadas, necesarias para que todos vivamos con un nivel de bienestar general adaptado a nuestro tiempo y al país que nos ha tocado vivir.

Las ciudades crecen sin parar en detrimento de las zonas rurales, por tanto, la complejidad organizativa exige de sistemas cada vez más sofisticados y profesionalizados. Se estima que en 2050 el 68% de los habitantes del planeta vivan en ciudades, así pues 7 de cada 10 personas vivirán en grandes urbes. Y esto requiere una reflexión social y política, además de un compromiso por parte de nuestra profesión. Por tanto, nuestra aportación a la sociedad es fundamental y nuestro objetivo primordial es favorecer el bien común, mejorando la calidad de vida pública y privada. Este amplio abanico de desarrollo se demuestra en la actualidad a través de planes y estrategias participativas que mejoren las relaciones interpersonales, de diferentes sexos, religión, poder adquisitivo, edades y comportamiento. Todo ello con el cometido de evitar posibles desigualdades y marginación social. Esto requiere de profesionales capaces, con formación y con conciencia de la función social que cumplimos.

Por otro lado, en los espacios libres de la ciudad debemos de mejorar la convivencia apostando por generar más zonas verdes con arbolado que invite al paseo peatonal y que cumplan una doble función, por un lado, colaborar con la reducción de emisiones de co2, y por otro, generar nuevos espacios de sombra que propicien su ocupación por parte del ciudadano. Una ciudad para todos, donde el uso del vehículo pase a ser residual y no prioritario, como ocurre en la actualidad. Ciudades más transitables y disfrutables.

Tener en cuenta este tipo de factores es solucionar los problemas que ya vemos que empiezan a ser insostenibles, como las largas colas en la autopista para el desplazamiento a la ciudad o al sur de la isla de Tenerife.

Los equipamientos requieren de programas de funcionamiento con una mirada abierta, versátil y en ese campo, los arquitectos debemos asumir la responsabilidad de recoger y canalizar todas estas aspiraciones ofreciendo soluciones técnicas actualizadas que garanticen las necesidades y plasmen la realidad del tiempo que vivimos y el futuro hacia el que nos dirigimos.

Las administraciones públicas deben apostar por mantener como premisa fundamental que los edificios colectivos y lo público en general, ofrezcan la mayor calidad, no solo en cuestión de imagen, sino en cuanto a materiales; y para ello se ha de contar con los técnicos cualificados que garanticen el mejor edificio. Calidad y diseño como señas de identidad. En cuanto a la vivienda en su vertiente pública se encuentra en una situación de necesidad alarmante, ya que la demanda cada vez mayor es motivada por la falta de ingresos de los ciudadanos y por la inexistencia de promociones en un número adecuado a la realidad. Además, se deben tener en cuenta colectivos cada vez más diversos como los jóvenes, los ancianos, los migrantes etc con unas particularidades y necesidades específicas.

La nueva Ley de Vivienda 12/2023 necesita un amplio debate colectivo y su puesta en marcha por el gobierno canario precisa de un análisis de las dificultades reales, como pueden ser la falta de suelo, la adaptación del planeamiento urbanístico y la gestión del suelo, con el fin de estar en condiciones óptimas para no perder recursos económicos y cumplir con los planes de viviendas. En este tema colaboramos activamente desde los colegios profesionales de arquitectos/as, nuestra mano tendida a colaborar y a asumir la responsabilidad necesaria que conlleva ya que somos parte integrante del proceso dirigido a que los ciudadanos accedan a una vivienda digna.

En cuanto a los programas relacionados con las viviendas colectivas privadas o públicas, también como profesión debemos permanecer atentos a las necesidades de convivencia y a la corresponsabilidad que debe existir entre personas e instituciones. Como colectivo profesional entendemos que se debe favorecer la creación de más espacios comunitarios que propicien el encuentro entre sus moradores. La vivienda debe ser entendida como ese lugar en el que convivimos a diario, un espacio privado donde la colectividad no debe ser marginada.

Comprender el entorno se convierte en eje fundamental sobre el que debe pivotar nuestra visión de esta nueva arquitectura. Viviendas entendidas más allá de meras construcciones, se trata de nuestras moradas, nuestros refugios; y los arquitectos/as somos responsables de que los edificios estén relacionados con el entorno, con el paisaje urbano o rural. Además, tienen que ser sostenibles para adecuarlas a los condicionantes actuales teniendo en cuenta la orientación, la ventilación cruzada y con envolventes, es decir, muros y cubiertas aisladas térmicamente para que el confort interior sea adecuado. La sostenibilidad como reto ante el inminente cambio climático.

El arquitecto se debe presentar ante la sociedad como acicate que favorece la reflexión sobre dónde y cómo queremos vivir y dar respuesta a nivel espacial a esas necesidades.

Por último, la buena arquitectura tiene en cuenta la utilización de instalaciones y materiales adecuados para la permanencia de los edificios, con una imagen digna y adecuada al tiempo que vivimos. La vivienda actual en Canarias tiene un problema real de envejecimiento ya que cerca del 45% de ellas tienen más de cuarenta años de construcción, por lo tanto, afrontamos el reto de la rehabilitación para evitar que la ciudad se envejezca con edificios fuera de mercado siendo los fondos europeos en materia de rehabilitación fundamentales para atajar este problema.

Con la reciente celebración de la Semana de la Arquitectura hemos querido ofrecer un espacio de reflexión en esta línea, invitando a profesionales y ciudadanos a sumarse a esta nueva reformulación de nuestra profesión.

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