Olimpiada majorera de pelada de tunos

Fuerteventura acoge cada año la Olimpiada del Pelado de Tunos, aunque en algunas islas lo conocen como higo chumbo, un fruto que puebla gran parte del territorio majorero y que esconde en su interior cantidad de beneficios.

Los vecinos de La Matilla, en el municipio de Puerto del Rosario, celebran cada año, a excepción de 2020 y 2021 por motivos de la pandemia de la covid, el tradicional concurso de pelado de tunos, uno de los acontecimientos más importantes de sus fiestas patronales en honor de la Virgen del Socorro. Tanto es así, que han logrado consolidar esta iniciativa a través de sus diferentes ediciones y se ha convertido en un autentico referente social y festivo no solo en Fuerteventura, sino fuera de sus fronteras.

Una edición más, la emoción se apoderó no solo de los participantes, sino de los espectadores durante las diferentes pegas para extraer la cáscara a la apreciada fruta y evitar las temibles púas o picos.

Este año participaron 10 concursantes, entre ellos, el alcalde de Puerto del Rosario, David de Vera, que participó tanta energía que se cortó uno de sus dedos, y el consejero insular de Medio Ambiente, Carlos Rodríguez, quienes debían arrancar la piel a los tunos en un tiempo máximo de 60 segundos.

Los organizadores de la Olimpiada recogieron muy temprano los tunos. «Tiene que ser con la blandura para que no estén caldeados ni te piques al recolectarlos de la planta», señaló a este periódico uno de los miembros de la organización. Además, añadió: «Luego se barren con una escoba o cepillo para eliminar las púas y que no hayan daño a los concursantes. También se los regamos con agua para desprender totalmente los picos, que si se clavan son muy molestos».

Otro de los participantes señaló a este periódico que «no descartamos el próximo año invitar a gente de Sidi Ifni, donde también tienen muchas tuneras y son expertos en esta fruta.

Tras el pitido de salida, los concursantes tenían que coger los tunos de una caja instalada sobre la mesa donde se desarrollaba el concurso y con sus afilados cuchillos y navajas tenían de desprender la piel del apreciado fruto.

Tras el desarrollo del concurso, los miembros del jurado decidieron que el ganador sería Clemente Montañez , mientras que Carlos Rodríguez sería segundo.

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