Agricultores y ganaderos critican su grave situación y la línea con Tarfaya

No al barco de Tarfaya, No a la actual Política Agracia Común, Agua urgente, el campo se seca o Exigimos controles sanitarios, son algunas de las frases que lucían las pancartas que el sector primario majorero sacó ayer a la calle para denunciar la grave situación que sufre y que supone una lenta agonía para su supervivencia.

Agricultores y ganaderos majoreros se movilizaron ayer en contra de la precariedad que sufre el campo insular, una reivindicación a las que se ha sumado la exigencia de paralizar la futura línea marítima que unirá Fuerteventura con el puerto marroquí de Tarfaya, informa a Efe.

Bajo el eslogan El campo majorero se planta, unos 200 agricultores, según datos de la Policía Local capitalina, tomaron ayer las carreteras de la Isla hasta llegar a la sede de la Consejería de sector primario del Cabildo majorero y desde allí a pie, y acompañados de varios tractores, hasta la Dirección Insular de la Administración General del Estado.

La presidenta de una de las organizaciones convocantes, la Asociación Campo Majorero, Delia Suárez, explicó que el motivo de la manifestación se centra en exigir precios justos y la no importación de productos que están viniendo de terceros países.« Queremos consumir el producto local, que se promueva el Kilómetro 0 desde nuestras instituciones y que no dejen entrar las importaciones de terceros países porque el sector está ya bastante resentido», argumentó.

Aunque los convocantes dejaron claro que la movilización no va en contra de la línea de Tarfaya, en la pancarta con la que arrancaba la manifestación se podía leer No al barco de Tarfaya.

Delia Suárez se mostró preocupada por el riesgo que podría suponer la reapertura marítima con Tarfaya, aunque dejó claro que el campo majorero no se niega a que venga turismo, sí a un turismo de rodaje con vehículos y mercancías y, a la vez, que se importen productos agrícolas que aumenten la competencia desleal.

Para Suárez, el arranque de la línea con el puerto de Tarfaya podría «destruir el campo majorero y traer consecuencias para el sector ganadero porque se están padeciendo enfermedades como la viruela o la lengua azul, en Marruecos, unas enfermedades que podrían trasladarse a nuestros animales y perder la raza autóctona majorera, una raza que está en peligro de extinción».

Un día después de que el Cabildo majorero convocara un cónclave en torno a Tarfaya del que se concluyó que el sí a la línea tenía que venir aparejado de las mismas garantías de seguridad que el resto de los puertos del Estado, Suárez dejó claro que no están en contra de la línea, «sino de que entren productos agrícolas y ganaderos sin tener un Punto de inspección Fronteriza dotado de todas las herramientas necesarias», la misma petición que el Cabildo.

Además, pidió que «no se ponga en riesgo al consumidor con productos que puedan traer alguna toxicidad». «Ellos van a vender a unos precios mucho más baratos que nosotros, tienen una mano de obra a 2,5 euros, con la que no podemos competir en Canarias», indicó la agricultora que teme que las grandes superficies se muestren interesadas en el futuro en «traer el producto de Marruecos que es más económico y barato».

A las puertas de la Cooperativa de Gran Tarajal, su presidente, Arturo Hernández, aclaró que esta manifestación se une a las que se han estado llevando a cabo en todo el territorio nacional, pues en la isla «tenemos los mismos problemas estructurales y hemos visto que hay una erosión que no se está frenando en el sector agrario». Además, ha pedido agilizar la tramitación de ayudas; incorporar nuevas líneas al POSEI que tengan en cuenta la insularidad de Fuerteventura o la valoración del Arbitrio Insular de Entrada de Mercancías (AIEM), entre otras.

La Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga-Asaja) denunció la «lamentable intención» de algunas formaciones políticas de la Isla de desmovilizar la manifestación de ayer. La presidenta en Canarias de esta organización, Ángela Delgado, presente en la protesta, señaló que «este tipo de actuaciones no solo demuestra la poca o nula sensibilidad que tienen determinados políticos con la agricultura y, sobre todo, con la ganadería». |

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