Algunos de ellos aprendieron a hacer la colada, a planchar y a coser y ahora la cocina se ha convertido en todo un descubrimiento. Quince hombre llevan desde hace nueve meses participando en el taller Atrévete con la casa que promueve la Concejalía de la Mujer de Santa Lucía. Su objetivo, aprender a realizar todas las tareas del hogar para romper tabúes. "Eso de que la mujer en la casa y nosotros en el trabajo en la calle ya no está de moda", dice uno de los alumnos. ¶

Aunque en un principio el taller había dedicado a la parte culinaria sólo tres meses se ha alargado hasta nueve debido a la gran expectación. Cada viernes en la Escuela de Adultos de Vecindario a partir de las siete de la tarde, Natalio, José Antonio, Pepe y Ricardo, entre otros, se colocan el delantal y a las órdenes de la monitora de cocina, Pino Sánchez, hacen exquisitas recetas. Se han atrevido con la paella, pollo al curry y croquetas. Se distribuyen las tareas y mientras uno pica los ingredientes del refrito, otro hierve el agua para la sopa de mariscos, y tres de ellos hacen un gran pastel para el postre. Tan buenas migas han hecho unos y otros que se turnan para traer la bebida, sobre todo vino de la tierra. El viernes pasado Pepe Medina trajo el caldo lanzaroteño El Volcán de la Corona. ¶

Pepe acude cada viernes desde Las Palmas y asegura que hacía tiempo que no se lo pasaba tan bien. "Me animó a venir un amigo que ya estaba inscrito y aunque al principio me lo pensé un poco decidí probar y la verdad es que estoy encantado. Hoy vamos a preparar una paella mixta y croquetas de pollo".

Natalio Vega juega con ventaja. De profesión cocinero asegura que esta actividad le vale para distraerse y enseñar un poco de lo que sabe. "Para mí venir aquí y cocinar con los compañeros es una válvula de escape, una forma de desconectar del día a día, y la verdad es que nos llevamos muy bien. Creo que ha sido un grupo que ha conectado muy bien".¶

Ana Gómez, responsable del Aula de la Mujer y coordinadora del proyecto, está muy contenta con la aceptación del taller. "La idea en un principio era romper con esas tradiciones que hoy en día no son muy lógicas como el hecho de que el hombre no conozca las tareas básicas de la casa y la mujer tampoco sepa colocar una bombilla. Entones se propuso este taller. La sorpresa fue que nos dimos cuenta de que los alumnos aprendieron de inmediato a poner una lavadora, a planchar y coser, y como al final habíamos incluido cocina y les gustó tanto lo hemos alargado".¶

A Pino Sánchez, monitora del taller de cocina, la tratan como una reina, no en vano es la única mujer con la que trabajan cada viernes entre fogones. "La Concejalía de la Mujer subvenciona todos los ingredientes y yo los compro temprano y me organizo con el menú. Y luego, cuando tenemos todo hecho, cenamos tan ricamente".

Dicen sus compañeros que Delfín Rodríguez "está hecho un hacha" con el picado de la cebolla, y él responde que son ellos los que se aprovechan de una maña que a veces lo hace llorar. "Yo vengo desde Almatriche y te aseguro que lo de la cebolla es un castigo", asegura entre lágrimas y risas.¶

Pedro Luis Herrera, natural de El Tablero, afirma que "entre el cachondeo que tenemos y nuestro buen humor nos salen platos riquísimos; ése es nuestro secreto". Aplicar las técnicas culinarias nunca fue tan divertido: curso gratuito, compañerismo, viernes por la noche, cena entre amigos. Los que tienen parejas aseguran que sus mujeres están encantadas.