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San Mateo

La utopía que esconde la falsedad

Una exposición en San Mateo muestra con contrastes la realidad de la generación conocida como 'millennials' l Critica el pasotismo social con textos y pinturas

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Exposición 'Utopías' en San Mateo

El arte es cultura, es creatividad; es rompedor, conmovedor. Cuando una persona observa una pieza artística puede experimentar varios sentimientos a la vez. Si los colores son alegres; alegría. Si los colores son oscuros; tristeza. Una obra de arte puede elogiar o criticar, puede mostrar sintonía o una antítesis. Una obra puede juzgar una realidad social que se ha asentado a lo largo del tiempo, y que está tan arraigada que pasa desapercibida.

La sociedad puede verse reflejada en muchas cosas: en una serie, en una película o en una exposición artística. Para darse cuenta de ello solo hay que mirar más allá de lo estético, observar en lo más profundo de la obra y de uno mismo. Porque puede darse el caso de que eso que se critica sea algo que nosotros hacemos diariamente sin darnos cuenta. Puede que lo hayamos interiorizado tanto que se ha ya convertido en algo normal en nuestra forma de comportarnos.

Utopías es una exposición que refleja en tres salas el contraste de lo utópico con la realidad, "sobre todo queríamos poner de manifiesto lo que está pasando en la sociedad", cuenta Elisenda Romero, autora de la parte literaria de la muestra.

Realidad vs redes sociales

La exposición muestra de manera rompedora el contraste que se ha creado en la sociedad, principalmente la generación conocida como los millennials. "Hay una obsesión por presentar nuestra vida de manera idealizada a través de las redes sociales", relata Abigail Ojeda, autora de la parte artística de la exposición.

La vida está llena de contrastes "y eso es lo que hemos querido reflejar, pues si miras los cuadros, aunque son bonitos y tienen varios colores, los mensajes están escritos en blanco y negro", continúa Elisenda. Y aunque la exposición trata de mostrar los contrastes, no siempre utiliza la técnica. Por ejemplo, en una obra concreta prácticamente todo es el de mismo color, porque el mensaje que transmiten a través de ella es lo bastante fuerte y no necesita los contrastes. La pieza se titula La madurez no permitida, "representa a una generación infantilizada", explica Elisenda.

Por otro lado, "en una de las obras se puede ver el flotador del flamenco, porque estuvo muy de moda", añade Abigail. Debajo de ese flotador de flamenco se puede leer un pequeño texto, que cuenta como un hombre se sienta a las puertas de un supermercado a pedir, "ahí se ve el contraste de una persona que no tiene recursos y los que los tenemos los derrochamos", comenta Abigail.

"Las imágenes las presentamos como utópicas, pero en realidad queremos decir que son falsas", aclara Elisenda. Las piezas critican la inacción, el "no tomar un papel activo en nuestra sociedad", añade. Entre los colores utilizados en la exposición destaca el morado, "hemos querido relacionar el color con los unicornios, y el resto son chillones porque van dirigido a los millennials", cuenta Elisenda.

Idea

"Esto se nos ocurrió hace dos años, estábamos hablando de las redes sociales, sobre los filtros de Instagram y caímos en la cuenta de que somo más infantiles que antes", explica Abigail.

Utopía esconde una crítica social marcada por los contrastes, en ella puedes encontrar una pintura de un banco con un arcoiris y a su lado un mensaje que representa lo que hace la mayoría de la sociedad: tomar una instantánea para luego subirla a las redes sociales por unos likes.

La falsa madurez que es descubierta cuando vemos algo que nos permite volver a ser niños, aunque sea solo durante unos segundos, el ego que es impulsado por las redes sociales pero que puede ser destruido por las mismas. También muestra la insensibilización que se ha desarrollado hacia las personas de menos recursos como el hecho de que cuando hay alguien pidiendo dinero tratamos de obviar su existencia y su necesidad.

Sobre todo refleja una sociedad esclava de una pantalla, deseosa de mostrar una vida perfecta, sin problemas y necesidades, con la intención de ganar likes en las redes sociales, contribuyendo a que la mentira se vuelva verdad hasta cierto punto. Haciendo que la vida idílica exista dentro de una pantalla, dentro de una red social y delante de una cámara.

Creándose de esta manera una vida que solo se puede vivir a través de una pantalla, provocando que la propia vida esté atrapada en esa pantalla. "La sociedad millennial es la que ha vivido el cambio de lo analógico a lo digital, y es la que más lo ha sufrido", finaliza Elisenda.

Utopias invita a todas las personas a reflexionar sobre la manera en la que han venido actuando, sobre cómo una red social ha condicionado su felicidad, su comportamiento, sus relaciones. Porque en muchas ocasiones resulta más sencillo ver la vida a través de una pantalla o de una foto para que el entorno no te sobrepase. También hay veces que es mejor una actitud infantil que una adulta, pero eso es algo efímero porque detrás siempre está la realidad.

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