Entrevista | Norberto Santana Rodríguez Jefe de cirugía torácica del Hospital King Faisal Specialist de Arabia Saudí

Norberto Santana: "El Can de las Ciencias me enorgullece más porque soy un cirujano expatriado"

Norberto Santana, segundo por la izquierda junto a su equipo de cirugía torácica del Hospital King Faisal Specialist de Arabia Saudí,

Norberto Santana, segundo por la izquierda junto a su equipo de cirugía torácica del Hospital King Faisal Specialist de Arabia Saudí,

Norberto Santana Rodríguez, jefe de cirugía torácica del Hospital King Faisal Specialist de Arabia Saudí, se siente orgulloso de recibir el Can de las Ciencias por su trabajo porque formado en el Hospital Doctor Negrín vió como en este centro no le dejaron cumplir sus sueños profesionales. Tras dos años en Nueva York, en el país árabe ahora es pionero en utilizar el ozono en los trasplantes de pulmón.

¿Cómo recibe el premio Can de las Ciencias que le concede el Cabildo de Gran Canaria por su trabajo como cirujano especialista en trasplantes de pulmón?

Es un gran honor para mi porque soy un expatriado. Me formé en el Hospital Doctor Negrín y después en el Hospital de Puerta de Hierro, en Madrid, y cuando trabajaba como cirujano torácico en la Unidad de Trasplantes de Puerta de Hierro, en 2007, me hicieron una oferta en el Negrín para que montara aquí la Unidad de Trasplantes. Volví e hice la memoria y se presentó a los políticos y a la Unidad Nacional de Trasplantes, pero no hubo apoyo político. Por eso para mi este reconocimiento me enorgullece todavía más.

Se cumple con usted es refrán de que «Nadie es profeta en su tierra» porque lo consigue en el Hospital King Faisal Specialist de Arabia Saudí donde es jefe de cirugía torácica.

 Eso dice mi padre también. Es cierto. La verdad es que sufrí bastante y una de las razones por las que me fui del Hospital Negrín fue por el acoso que sufría. Luego estuve en el Hospital Mont Sinaí, en Nueva York, dos años antes de venir a Arabia Saudí donde llevo cinco años.

¿Le acosan por querer montar la Unidad de Trasplantes?

Bueno. El problema que tenemos en España, en general, y en Canarias en particular, porque está mas acuciado, es que la gente que tiene iniciativas no suele gustar mucho, y eso genera anticuerpos, resistencia. Sufrí mucho.

 ¿Quiere decir que buscamos talentos y cuando los tenemos hacemos que se vayan?

Eso pasa con mucha frecuencia. No se imagina a las personas que les pasa. La gente se piensa que los médicos nos vamos por cuestiones económicas, pero nadie abandona un país por eso. Cuando un profesional se va es porque está cansado del sistema, está frustrado, o ha sufrido acoso laboral. El acoso laboral es frecuente en el sector sanitario y lo sufrimos los médicos. No es fácil ir a otro país, hay que adaptarse, y como no tienes plaza fija, a la primera de cambio te pueden decir que prescinden de tus servicios. 

¿Pero a quien molestaba que montara la Unidad de Trasplantes de pulmón?

Creo que a los cargos del hospital no le gustaba mucho la idea y si a eso le suma que tenía una actividad relevante en la investigación, y en el sector privado, y todo eso molestaba.

El hospital King Faisal Specialist de Arabia Saudí es pionero en utilizar el ozono en los trasplantes de pulmón. ¿Qué descubren con este gas?

Primero hacíamos trasplante pulmonar a animales pequeños, y surgió la idea, a través de un estudio genético con el Instituto Karolinska, en Suecia, a través del catedrático Leandro Fernández, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que nos abrió la puerta a que cuando el órgano se rechaza se debe a genes relacionados con la oxigenación, antes se pensaba que la oxidación se debía a un proceso inflamatorio agudo, y eso abrió la puerta a pensar que si se bloqueaba la oxidación se evitaba el rechazo, y el mejor fármaco para esto es el oxono. 

¿Hay más garantías de éxito en los trasplantes de pulmón que en los de otros órganos?

El pulmón es probablemente el órgano más complejo para trasplantar. En España hay siete unidades de trasplante pulmonar y funcionan seis para una población de 44 millones de habitantes. Conseguir donantes válidos es complicado, sólo el 20 por ciento puede donar pulmones válidos. Es un órgano que si la persona está en muerte cerebral, en cuidados intensivos, conectado a respirador, el pulmón se infecta y ya no vale. La oferta de donantes es escasa comparada con otros órganos.

¿Y con el Covid más?

El covid hace que sea muy complicado trasplantar. Uno de los requisitos para el trasplante es que la persona pueda caminar. 

¿Si el enfermo tiene cáncer de pulmón el trasplante puede ser una opción de vida?

No. Cuando una persona tiene cáncer de pulmón, el más frecuente en el hombre, y ya casi en la mujer, es una contraindicación el trasplante. Trasplantamos a personas que tienen una enfermedad pulmonar terminal para la que no existen tratamientos óptimos. Como hay pocos órganos los reservamos para las personas que creemos que van a tener una supervivencia más larga.

Siempre se ha dicho que un cirujano no solo trabaja con las manos sino que además siente con ellas. ¿Qué supone trabajar con un robot?

Es verdad que la cirugía, y mis mentores que están en Gran Canaria, me enseñaron que la cirugía es un arte y lo terminas de creer cuando tienes experiencia y te das cuenta que es un arte y depende de cada persona. Es una conexión entre tu pensamiento y tus movimientos manuales por el beneficio de las personas. El robot es una herramienta más de todo el arsenal que tenemos para operar y la tecnología hará que sea una herramienta más necesaria.

¿Cuál es la operación que más recuerda por algún motivo?

La de una princesa saudí, hija de uno de los primeros reyes de Arabia. Fue tremendo. Tenía cáncer de pulmón que le invadía la traquea, y no le gustó lo que le dijeron en Estados Unidos, y vino a mi consulta. La operé y me fui a Las Palmas porque era verano. Tuvo una complicación tardía, y me llamaron. Regresé y se resolvió, y lleva cinco años bien. Desde entonces tenemos una relación familiar.

¿Y cómo ve la sanidad en Arabia Saudí?

Es una sanidad muy potente, Arabia tiene ciudades muy grandes, pero en el hospital King Faisal Specialist está considerado el mejor del mundo árabe, el único que hace trasplantes de pulmón, y el objetivo para 2030 es que esté entre los diez primeros del mundo. Eso le puede dar una idea de la inyección de capital que hay, y también de profesionales de todo el mundo. En mi departamento somos un equipo. Le cuento una anécdota. Hace dos semanas estaba de guardia, y me tocó ir a Damman en avión porque no estaba un compañero para hacer la extracción de un pulmón, y luego me quedé para el implante. Era una chica joven que sobrevivió a una leucemia, que recibió la quimio, pero un injerto de médula no reconoció sus pulmones y le atacó. Llevaba ocho meses conectada a un ventilador, y se le hizo un trasplante, y a las dos semanas se fue a casa. Esto es lo que enorgullece. Pero montar una unidad de trasplantes no es una decisión política, hay que contar con un buen equipo de cirujanos.

Y frente a esa realidad. ¿Qué puede decir sobre cómo ha colapsado la pandemia al sistema sanitario en España?

Es algo que he seguido desde aquí porque aquí no hemos tenido ese colapso sanitario probablemente porque aquí se hizo un cierre de fronteras, pero si que he seguido lo que ha sucedido en España, y en Gran Canaria. Creo que sigue siendo el mismo problema de los últimos treinta años. La falta de previsión de personal, el que no se tenga en cuentan como mejorar los recursos humanos se debe a que la sanidad está en manos de decisiones políticas cortoplacistas, y cuando pasan situaciones como la de la pandemia hacen que el sistema se colapse.

 ¿Y qué consejo le daría a los jóvenes que se preparan para ser cirujanos torácicos?

Pues que antepongan la seguridad de los pacientes, ante todo. Eso lo he hecho toda mi vida, y es importante que entrenen su talento y sus habilidades. Se puede tener un don, pero se requiere muchos años de esfuerzo y de preparación. Y que sean honestos, humildes, eviten la arrogancia, y que cuando tengan experiencia enseñen a otros.