Valsequillo | Normando Peñate Peñate Pregonero de la Ruta del Almendrero en Flor

Normando Peñate: «La Ruta del Almendrero en Flor es todo un homenaje a la Naturaleza»

El autor del libro ‘Tenteniguada. Apuntes sobre su historia’, pregonará este viernes el 50 aniversario de la Ruta del Almendrero

Normando Peñate Peñate

Normando Peñate Peñate / La Provincia

Juanjo Jiménez

Juanjo Jiménez

Normando Peñate Peñate, (Tenteniguada, 1954) se define como maestro de escuela «y hombre de campo». Tras dar clases en numerosos colegios de los altos de las isla finaliza su trayectoria profesional como director del colegio Gran Canaria. En 2018 publica su libro ‘Tenteniguada. Apuntes sobre su historia’, en el que dibuja el inicio de la Ruta del Almendrero, que cumple su 50 aniversario y que pregonará este viernes.

Usted publica en 2018 el libro ‘Tenteniguada. Apuntes sobre su historia’. ¿Qué le animó a colmatar los folios?

Fue en 2017 cuando me decidí con motivo del centenario de la iglesia del pueblo. Aquí aclaro que para nosotros a Tenteniguada lo consideramos ‘pueblo’, aunque pertenezca a Valsequillo, porque tiene iglesia, cementerio, escuela..., y de hecho los vecinos de sus barrios de alrededor siempre dicen ‘vamos al pueblo’.

Y cómo tal, ¿qué recuerda de el de cuando usted era chico?

Pues una vida sencilla, estudiando a la luz del carburo o de la vela, y con una gran unión, con mucha iniciativa de jóvenes y mayores para crear grupo, tal es así que la propia iglesia y el camposanto se levantaron con la colaboración de todos.

Le avala al lugar el recorrido de su movimiento vecinal.

Bueno, es una tendencia que se inició en 1917, de cuando se hizo la iglesia, pero que llega a la actualidad, que forma ya parte de su idiosincracia, y de ahí esa cultura de la colaboración que la que surge también la Ruta del Almendrero.

Pero su origen se encuentra en Tejeda, ¿o no?

Sí, sí. En Tejeda. Su inicio es curioso porque Tejeda y Tenteniguada tienen muchas similitudes. Ambos estamos alejados y ambos teníamos teleclub, y sus jóvenes participan en la fiesta, se reúnen con los mayores para aprender a tocar los instrumentos y a bailar la música tradicional. De esa tendencia surge aquí un grupo llamado Los Picachos de Tenteniguada, en los 70, que hicieron una obra de teatro, Almendras Amargas, que incluso se llevó al cine.

¿Y por qué es tan importante ese libreto?

Porque sirvió para cohesionar muchísimo a los jóvenes, y aún le digo más, de ahí surgieron muchas parejas, que se enamoraron y casaron.

Anda. Que fomentó la demografía, quiere decir.

También, también. Tampoco tanto, (ríe), pero era una forma de reunirse en una época en la que no existen los medios digitales de hoy en día. Antes, al llegar de trabajar o estudiar se reunían en el pueblo y se fomentaba así su actividad.

"Desde que se hizo la iglesia en 1917 existe una cultura vecinal de la que surgió la iniciativa de la fiesta"

Pero volvamos a Tejeda.

Sí. En 1970 un grupo de chicos de allí, el Club Juvenil de Tejeda, hicieron una fiesta que se llamó Pum 70, que es como la explosión del almendro, y que al año siguiente ya bautizaron como Fiestas del Almendro en Flor. Viendo el éxito que habían tenido, tres jóvenes de Tenteniguada -Armando Peñate, Damián Corujo, ya fallecidos, y Fernando Toscano, que es el que tenia coche-, subieron arriba y preguntaron cómo la hacían. Les gustó tanto la idea que a principios del 71 vinieron los de Tejeda abajo y se creó tal ilusión entre todos que comenzamos ese año. Costó arrancar pero tuvo un enorme éxito, al punto que Valsequillo se incorpora años después.

Me dice usted que es la primera fiesta, aparte de los Carnavales, que son paganas.

Sí. Y como no coinciden con ninguna otra, en teoría no teníamos ni que pedir permiso al cura ni al ayuntamiento, aunque por deferencia así lo hicimos.

Tendrá miles de anécdotas.

Muchas alegrías. Y algunas penas, también.

Cuénteme las penas, para ir luego a la alegría.

Pues la más impactante fue el fallecimiento en 2014 de Damián Corujo, al que le dio un infarto cuando presentaba un acto en Tenteniguada. Murió delante del pueblo al que tanto quería y eso nos dejó impactados. Y alegrías, inmensas, porque ha ido creciendo hasta convertirse en todo un homenaje a la naturaleza y a la gente de mi pueblo.

¿Qué le diría a los grancanarios para que suban este fin de semana a la parranda?

Que aquí van a estar en familia pasando un rato recordando aquellos años en los que comíamos la leche de la teta de la vaca a la escudilla, con sus potajes de jaramagos y la carne de cochino, viendo cómo los artesanos trabajan la lana, el telar y el barro entre el hermoso paisaje del almendrero en flor, aunque advierto que este año su floración se ha atrasado un poco, pero con el cariño de la gente, seguro que adelantará el proceso.

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