La historia de Juan Ángel: De adicto al alcohol a renacer de sus cenizas

Llevó una vida marcada por el alcohol desde su adolescencia

Siguiendo el ejemplo de su padre, quien era un bebedor empedernido, se adentró en un mundo oscuro y se alejó por completo de su familia

Gracias a Cáritas Diocesana encuentra una nueva vida lejos de la adicción que lo consumió durante más de 50 años

La historia de Juan Ángel: De adicto al alcohol a renacer de sus cenizas

C. T.

Gracias a Cáritas Diocesana, Juan Ángel encuentra una nueva vida lejos de la adicción que lo consumió durante más de 50 años. Con un cuerpo marcado para siempre por un accidente laboral que le quemó parte de la cabeza, su vida estuvo llena de desafíos y tragedias. Sin embargo, con la ayuda de esta organización, ha logrado encontrar la fuerza para superar su adicción y reconstruir los lazos con su familia. Esta es la inspiradora historia de Juan Ángel, un hombre cuyo coraje podría rivalizar con el de los protagonistas de las películas más conmovedoras, según ha contado a los micrófonos de SER CANARIAS.

Una vida marcada por el alcohol y la adicción

Juan Ángel, un hombre nacido en Fuerteventura pero gran canario de adopción, llevó una vida marcada por el alcohol desde su adolescencia. Siguiendo el ejemplo de su padre, quien era un bebedor empedernido, se adentró en un mundo oscuro y se alejó por completo de su familia. Su adicción lo separó de su esposa, sus hijas y su nieta, dejándolo sumido en el sinhogarismo y enfrentando episodios dolorosos, como la pérdida de un amigo en un trágico accidente automovilístico en el que él estaba al volante, bajo los efectos del alcohol.

Viviendo entre cartones bajo una palmera en Las Palmas de Gran Canaria, Juan Ángel parecía haber perdido toda esperanza. Sin embargo, gracias a la intervención de Cáritas Diocesana, su vida dio un giro inesperado. La organización le brindó un lugar en una pensión y la oportunidad de reconstruir su vida. Ahora, Juan Ángel está nuevamente junto a sus hijas y su nieta, y su mayor deseo es pasar la próxima Navidad con ellas, un sueño que parecía inalcanzable en el pasado. Como el Ave Fénix, ha resurgido de las cenizas y solo desea una cosa: ser feliz.

De las calles a la rehabilitación

La historia de Juan Ángel despierta compasión en aquellos que la conocen, algo que él mismo no busca. Su vida ha sido un cúmulo de adversidades. Sin embargo, a pesar de los desafíos, ha demostrado una determinación inquebrantable. Juan Ángel trabajó como manitas para la ONG, ayudando en labores de jardinería y limpieza. Este cambio le permitió abandonar las duras condiciones de vida en la calle y comenzar a reconstruir su vida.

El camino hacia la recuperación no ha sido fácil para Juan Ángel ni para el equipo de Cáritas Diocesana. Aunque tuvo algunos tropiezos y recaídas en el pasado, encontró apoyo y esperanza en La Casa Esperanza, un centro de rehabilitación en Agaete. Durante cinco meses, Juan Ángel recibió terapia psicológica, educativa y clases de gimnasia, todo diseñado para ayudarlo a comprender y retomar el control de su vida. Aunque hubo altibajos, Juan Ángel considera que esta experiencia transformadora le cambió la vida.

Un futuro prometedor

Superando obstáculos, Juan Ángel ha logrado mantenerse sobrio durante cuatro meses, lo cual es un logro significativo. El seguimiento y apoyo continuo de Cáritas Diocesana han sido fundamentales para su progreso. Zuleima García, su asistente social, ha trabajado estrechamente con él durante los últimos dos años, reconociendo la complejidad de su caso y celebrando cada pequeño paso hacia la recuperación. Ella destaca que la combinación de adicciones y problemas de salud mental ha aumentado en tiempos de pandemia, pero casos como el de Juan Ángel inspiran esperanza.

A pesar de los desafíos y arrepentimientos, Juan Ángel ha encontrado la determinación para mirar hacia adelante y aprovechar al máximo su nueva oportunidad. Ha aprendido que vivir en el presente y luchar contra sus propios demonios internos es fundamental para mantenerse en el camino de la sobriedad. Aunque el pasado no se olvida, Juan Ángel ha demostrado que la redención y la felicidad son posibles cuando uno se compromete consigo mismo y cuenta con el apoyo adecuado.