Feria de Artesanía Faro de Maspalomas

La artesanía de los cubiertos alumbra Maspalomas

La feria de artesanía Faro de Maspalomas acerca el trabajo de 64 artesanos que combaten el calor con una muestra tradicional

Benyara Machinea

Benyara Machinea

Tenedores convertidos en esculturas, joyas hechas al momento o sombreros típicos con un toque moderno son algunas de las piezas que conforman la Feria de Artesanía Faro de Maspalomas.

La idea de convertir tenedores y cucharas en figuras humanas surgió de forma natural en la mente de Héctor Fuenzalida, un artesano chileno afincado en Gran Canaria. Originario de una familia de trabajadores del cuero y de la marroquinería, cuenta con una amplia colección de músicos, deportistas y personajes típicos hechos de acero. "Empecé a probar diferentes materiales que pudieran ser útiles hasta que llegué al tenedor y la cuchara y a través del hombre de Vitruvio me di cuenta de que podía sacar una figura a partir de la cubertería", explicó el impulsor del proyecto Yo fui tenedor. Fuenzalida es uno de los 64 artesanos de la Isla que han decidido exponer sus trabajos en la 16ª Feria de Artesanía Faro de Maspalomas. El evento organizado por el Fondo para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac) arrancó el pasado viernes y continuará hasta este domingo, entre las 17.00 y las 23.00 horas, con una muestra de 23 de los 87 oficios que componen el catálogo oficial.

Los visitantes pueden llevarse a sus hogares piezas de cerámica, joyas de cristal, juegos o prendas de ropa típica, entre otros tantos, que combinan tradición con un enfoque moderno de concebir la artesanía. Uno de los principales atractivos de este encuentro son las demostraciones en vivo, que tienen lugar en un puesto específico al que acude cada día un artesano distinto para desvelar los secretos que esconde la elaboración de sus piezas. Ayer fue el turno de la alfarería tradicional y Maite Ríos, una profesional del sector con 28 años de experiencia a sus espaldas, enseñó a los asistentes cómo crear sus primeras piezas. 

Arantxa Arenas posa con uno de sus sombreros Gracioseros, con el que rescata la prenda típica canaria.

Arantxa Arenas posa con uno de sus sombreros Gracioseros, con el que rescata la prenda típica canaria. / José Pérez Curbelo

"Lo primero es ir a buscar la materia prima, que es un barro que recogemos en el campo canario, este por ejemplo es de Santa Brígida. Después se pone al sol, se machaca y se mezcla con arena de barrancos, un 25% más o menos, y se empieza a moldear la pieza con la técnica del urdido", explicó la artesana durante su demostración. Con la pasta preparada se levanta la pieza en bruto, se desbasta y se les pasan dos piedras distintas, una rasposa y una fina, antes de dejarla secar y llevarla al horno.

A la espera del relevo

La profesora en la materia explica que el relevo generacional es un aspecto que "está costando un poquito", pero insiste en que "aún quedan alfareros en las Islas, aunque no sean muchos". Los que se acercan a sus talleres tienden a acudir con un interés previo en la materia y, una vez se ponen manos a la obra, les anima encontrar resultados a corto plazo. 

Los que no pudieron asistir a la primera demostración aún tienen otra oportunidad de conocer el arte de la alfarería este miércoles, de la mano de otro profesional de la Fedac especializado en la materia, mientras que el martes será el turno de las clases de cuchillería. El viernes continuarán las demostraciones en vivo con una experta en bordado, el sábado abordarán la zapatería y la marroquinería y el domingo cerrarán los actos con unas últimas lecciones sobre el oficio de la cestería de caña.

Los visitantes pueden llevarse a sus hogares piezas de cerámica, joyas de cristal, juegos y prendas típicas

Algunos artesanos también aprovechan los días de feria para elaborar frente a los visitantes nuevos materiales. Ese es el caso de José Manuel Díaz, un experto en miniaturas que hecha mano de cañas y de piezas de madera para crear juegos tradicionales infantiles, queseras y piezas de labranza para el campo. "Cojo el cuchillo y voy haciendo las creaciones poco a poco", aclaró mientras mostraba algunas recreaciones en miniatura del cuchillo canario, que estaba terminando de confeccionar ayer mientras atendía al público.

Su pasión por este tipo de piezas piezas le viene del mundo de la labranza, donde trabajó hasta los 30 años y aprendió lo que era un sacho, una flauta o una escopeta de caña. "A raíz de un accidente que tuve en una obra, como no podía valerme de una pierna, me dediqué a hacer cositas, lo que yo me iba acordando", incidió. Lo primero que elaboró fue un cuadro con pequeñas piezas de labranza, antes de lanzarse a un panel más grande y a piezas de grandes dimensiones para los bueyes y las vacas. 

Ahora el canario ostenta el carnet número 31 de la Fedac de entre más de 1.000 participantes. "Ya quedan muy poquitos artesanos de mi edad, sé que en Lanzarote queda uno y otra señora en Fuerteventura", aclaró. Sin embargo, cuestiona que "en las ferias hoy casi todo es bricolaje, pero se cuentan con los dedos de una mano los puestos de artesanía tradicional hecha a mano". 

Arte de cristal

Alfonso Campos, impulsor del proyecto Arte en cristal, también se lanzó frente a las llamas para mostrar al público la delicada elaboración de sus detalladas piezas de cristal. Armado con un soplete fundía y daba forma a barras de este material de entre 1.500 y 1.800 gramos que adoptaban su nueva forma como esculturas de animales, escenas que nacían de su imaginación y joyas de distintos colores y formas, sin cerrar los oídos a encargos especiales que pedían los clientes.

Es una tradición que viene de varias generaciones atrás y que el artesano empezó a practicar hace 32 años pese a las dificultades que tiene trabajar este material frente a otros más resistentes. "Desde joven te vas metiendo poco a poco en este mundo hasta que terminas creando figuras u obras de arte, como mucha gente le llama", aseveró. 

Maite Ríos muestra la técnica del urdido con la que elabora piezas de alfarería.

Maite Ríos muestra la técnica del urdido con la que elabora piezas de alfarería. / José Pérez Curbelo

Un aspecto al que han tenido que hacer frente los creadores es el calor y la calima que han incidido en la Isla desde la semana pasada y que se ha notado especialmente en el volumen de ventas de los primeros días. Rocío Torres, creadora de cerámica contemporánea, aclaró que "la gente aún está un poquito reticente y hasta a partir de las ocho o nueve no empiezan a venir porque está haciendo una ola de calor muy potente". 

La artesana elabora piezas de cerámica a alta temperatura, como platos y cuencos con diseños únicos que llevan a cabo tanto para restaurantes como para particulares. "Para nosotros es un gustazo estar en una feria donde podemos tener un trato directo con el cliente y ofrecerle cositas para que tengan en su casa en el día a día", aludió. El esmalte azul que prepara junto a su compañero y que remata algunos de sus platos es uno de los aspectos que más caracteriza al proyecto, al que han bautizado como "azul Gustavo". La artesana justifica que "llama mucho la atención porque nos recuerda al mar, transmite mucha alegría y además queda bien y te anima a disfrutar de la comida". 

Los dos impulsores de esta iniciativa se animaron a apostar por el proyecto hace 15 años, cuando Torres hizo las prácticas en el taller de su compañero. "Mi madre siempre nos inculcó el arte y la cultura en general. Mi padre también era músico así que de una forma u otra siempre he estado rodeada de arte en todos los campos y desde muy chiquitita se me daba bien modelar, la plastilina era mi juguete favorito así que desarrollé una facilidad con los volúmenes y, como no, me encanta un pringue", cuenta. 

Nueva vida a la tradición

Arantxa Arenas se decanta más por el mundo textil y con motivo de la feria trajo una pequeña muestra de su trabajo, en la que reinventa piezas de ropa y sombreros tradicionales de las Islas. "A mí siempre me ha gustado coleccionar sombreros, desde bien chiquita empecé a coleccionar algunos modelos vintage, y cuando empecé a coser decidí enfocarme en la sombrerería de tela, que tampoco es muy común", incidió. 

La costurera es originaria de Valencia pero reside en Canarias y, atraída por su investigación de técnicas en desuso, ha lanzado colecciones inspiradas en el Archipiélago como Entre Islas, en la que utiliza un deshilado que está basado en la primera fase del calado canario. Uno de sus productos estrella es precisamente su interpretación del sombrero Graciosero, caracterizado por un ala gacha y ancha que atiende a una de las principales peticiones de sus clientes, que es contar con una pieza que proteja del sol y de las inclemencias del tiempo. En esta versión moderna del atuendo típico de La Graciosautiliza fibras vegetales para una mayor transpirabilidad y cuenta con dos opciones de modelos al tratarse de elementos reversibles.

Las figuras creadas con cubertería de Héctor Fuenzalidas, que forman parte del proyecto 'Yo fui tenedor'.

Las figuras creadas con cubertería de Héctor Fuenzalidas, que forman parte del proyecto 'Yo fui tenedor'. / José Pérez Curbelo

"Lo que hacemos así es llevar a un punto más contemporáneo un producto tradicional de las Islas Canarias y yo también puedo sacarlo fuera, a la Península, y contribuyo a la hora de darlo a conocer", destacó. Entre los clientes de la feria, sin ir más lejos, la artesana explica que esta historia suele llamar mucho la atención de los visitantes de otras comunidades autónomas, así como de visitantes alemanes e italianos que abundan entre los puestos.

Otra visión de la cerámica es la que contempla Álvaro Lozano, creador de Amcceramistas, que aprovecha las formas que le ofrece esta técnica para crear caricaturas en tres dimensiones en las que representa a todo tipo de personajes populares y animales marinos como pulpos, pescados o caballitos de mar. "Elaboramos nosotros los esmaltes y, una vez lista esta fase, se meten en el horno, donde se completa la pieza", relata el artesano. 

Las altas temperaturas han concentrado a la mayor parte de los asistentes durante las últimas horas del día

Lozano explica que su principal fuente de inspiración para elaborar su joyas y esculturas se basa en "buscar algo que no esté visto en el mercado". Tras haber participado en otras ediciones de la feria, sí que nota un pequeño descenso en la asistencia durante estos primeros días, a lo que apunta a la situación económica como posible causa. "Se entiende, pero esto no es como el yogur, que se echa a perder", resalta. 

En el encuentro aparecen representadas las creaciones de materiales como cerámica, joyería, madera, metal, piel, textil o vidrio de 15 municipios de la Isla, mientras que la capital es la que cuenta con más representación, con un total de 20 artesanos que expondrán sus obras hasta este domingo. Para ello, la iniciativa del Cabildo de Gran Canariacuenta con una inversión que asciende a 100.000 euros por parte de la Fedac, además del apoyo logístico que presta el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana. La organización aspira a alcanzar hasta este domingo ventas similares a las del año pasado, cuando se sumaron hasta 116.682 euros en compras directas. Los artesanos, por su parte, esperan que la bajada de temperaturas que se prevé para esta semana ayude a reflotar unos primeros días algo más flojos de lo habitual. 

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