Un Pino en zafarrancho de colores

Teror amaneció en la víspera de la romería y ofrenda a la Virgen del Pino de lo más lindou. Era lindou el señor apostado en la caja de turrones de La Mollera. Lindou, también la color del laurel de indias de la plaza, y lindou el rebumbio de los preparativos. Esa versión en spanglish del adjetivo ‘lindo’ salía de una joven inglesa soñadora que llegaba a Teror sin esperar el zafarrancho de colores en el que se había convertido lo que en principio sería el descubrimiento de un tranquilo pueblo del interior de la isla, y su máquina de retratar echaba fuego disparando a todo lo que se meneaba: pero qué «lindou», decía sin parar de exclamar enseñándole el resultado de la foto al primer parroquiano que tenía enfrente. No en balde ya hace más de medio siglo que, la del Pino, es Fiesta de Interés Turístico

Y tenía razón la indómita británica. La villa, que se desperezaba en esos días de ese intenso azul que solo septiembre regala a las medianías de Gran Canaria, era una pintura en sí misma, un naif con cientos de personas subiendo y bajando por la calle Real, lo mismo de visita que para distribuir pales enteros de refrescos, cervezas y licores de otras mayores graduaciones, con los turroneros apostados en sus cajas, como las de Elías y de Mederos, bajo la sombra de la araucaria, con los puesteros anunciando bocadillos de los Nueces con Clípper de fresa, y los vendedores de reliquias y objetos del santiguar despachando a mansalva palo santo, decenarios, rosarios, vírgenes, santos con bigote y cachorro, velas votivas y ‘limpia casas’, o clean homes, en su versión anglosajona, mientras el timplista de la villa, Raúl Pérez, regala la banda sonora de la mañana.

Pero alto ahí. De repente una corneta rompe el intenso murmullo. Y tras el pito, lo tambores, que retumban desde la calle de la Escuela, donde hace un rato está formando el Regimiento de Infantería Ligera Canarias nº 50 del Ejército, ensayando para acompañar a la imagen en la procesión de este viernes, día grande de la patrona de Gran Canaria.

Fue alongar el primer soldado por la calle Real y montarse la novelería a todo móvil grabando el paso de la tropa, que incluía un grupo de animadas admiradoras que le echaban el ojo a un par de candidatos, que al fin y al cabo, las fiestas, desde muy antiguo, son la mejor fórmula para acabar con la endogamia, sobre todo a partir de los coches de hora. 

Ahí estaban con conferencia en Facetime pidiendo en directo una tercera opinión sobre el muchacho, con gran fiesta general.

Y no era la única videollamada andante que se vivía en la plaza de la villa, incluso dentro de la iglesia, donde la señora Dolores Marrero, de Santa Brígida, colaba a su hija -que estaba en Las Palmas-, frente a la imagen.

«Mírala qué guapa», le decía antes de perder toda cobertura.

Tras el ensayo del desfile, bajo un calor en aumento que más que probablemente se incremente este jueves durante el transcurso de la romería que se inicia a las tres y media de la tarde, se montaba de nuevo otra importante cola en la puerta de las Ánimas, que es la que estos días da acceso al interior de la basílica. Y se continuaba con los intensos preparativos, lo mismo en el puesto de los dulces de las monjas del Císter, como en las atracciones para la chiquillería que se encuentran ubicadas en la alameda, gentileza de Atracciones Mi Gitana, a cargo de las camas elásticas, o el tiovivo motorizado, cortesía de Baby Capricho.

Lo que está por venir

Poco más allá, en la plaza de Sintes, donde se ubica el escenario principal que ayer recibía el Festival Folclórico de Gran Canaria y este jueves acogerá al término de la romería la verbena de la víspera con DJ Promaster, Las Ladys y D’Music, el recinto queda flanqueado por chiringuitos como el de Chan Chán, -papas locas, bocata de vueltas y salchipapas-, o puestos de venta que lo mismo ofertan bollos que truchas, alfajores, lazos de miel o mantecados. Todos ellos en modo cuenta atrás para lo que está por venir, un tsunami humano de 200.000 personas, según estima el Cabildo entre el jueves y el viernes.

La primera oleada llega desde la mañana de este jueves con los peregrinos más madrugadores, aquellos que quieren subir con la fresca, y continúa a partir de las tres y media de la tarde, según establece el programa, que es cuando las carretas que representan a los 21 municipios de la isla, a la que se suman, entre otras, la del Cabildo, arranquen desde el Castañero Gordo.

Será media hora más tarde cuando la imagen de la patrona de Gran Canaria sea colocada en el pórtico de la iglesia, lo que marca el inicio oficial de la romería.

También se colocarán en los aledaños medio centenar de niños, que por parejas, representarán a los municipios para dedicarle unas décimas a la Virgen, mientras que otros ocho, en representación de cada una de las islas del archipiélago canario, también le recitarán versos a la imagen.

La romería, que será retransmitida por RTVC y TVEC, estará presidida por la carreta de la villa, a la que seguirá la del Cabildo, titulada A verte yo cantando. Completan el desfile la de La Aldea de San Nicolás y Mogán, como tradicionalmente lo hacen en esos puestos por su lejanía, para a continuación dar paso, según un orden establecido por sorteo, a las de Firgas, San MateoArtenaraSanta María de GuíaGáldarVallesecoAgaeteAgüimesLas Palmas de Gran CanariaTejedaValsequilloTeldeSanta Lucía de TirajanaArucasSan Bartolomé de TirajanaMoya, Santa Brígida e Ingenio.

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